Después del 6 de junio, con la mayoría de las canicas en las bolsas de la guayabera, los morenos pelaron naranjas y se tumbaron a la hamaca, en la embriaguez del triunfo, faltos de formación política, chatos de visiones anticipadas.
En la espera del reparto del pastel en ayuntamientos, gabinete estatal y en los poderes legislativo y judicial, bajaron la guardia, se sumieron en la milonga.
Olvidaron la conseja de Martín Luis Guzmán, quien desmenuzó la realidad mexicana: «la política mexicana sólo conjuga un verbo: madrugar».
Héctor Aguilar Camín, repudiado por la cuatrote, agrega que “la realidad histórica ha demostrado, sin embargo, que la política mexicana en realidad sólo aspiraba a conjugar tres verbos: Sumar, Sumarse y Sumirse”.
‘Para uno que madruga, otro que no duerme’, suma la picaresca de la política mexicana, en desuso en estos nuevos tiempos de transformarlo todo de raíz; hasta la liturgia y praxis política.
El preámbulo contextualiza lo que pasa en Veracruz.
Cuitláhuac García Jiménez llegará a la mitad del camino de su sexenio el 15 de noviembre en términos institucionales, cuando entregue a la LXVI Legislatura -que estará cobrando su primera quincena- el documento de lo que ha hecho como titular del poder ejecutivo en este año bisagra e históricamente el 1 de diciembre, onomástico de su tercer año de ascensión al poder.
Los clásicos del discurso político dicen que el poder no se comparte, se ejerce. Se repite que la ortodoxia no aplica a una forma novedosa de ejercer el poder.
Antes de los tres años, han irrumpido actores políticos que antes gozaban de los privilegios terrenales del anonimato que, en desbocado frenesí, buscan posicionarse en el futuro inmediato, marcado por la sucesión del 2024.
La presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Isabel Inés Romero Cruz salió de la aldea en búsqueda de la tutela, consejo, rectoría, guía u hoja de ruta, marcada por la titular de la Secretaría de Energía, Rocío Nahle García.
Podría entenderse la inocencia y/o falta de malicia política de la magistrada presidenta del Poder Judicial de Veracruz; sin embargo, es de elemental gramática entender que es depositaria de unos de los tres pilares que soportan el gobierno veracruzano, dicho en castellano puro, forma parte de la tríada que conduce los destinos de Veracruz junto con el gobernador Cuitláhuac García y Adriana Paola Linares Capitanachi, presidenta de la mesa directiva de la 65 Legislatura.
Hasta un niño de primaria sabe que Cuitláhuac García Jiménez es el jefe político, más allá de la separación teórica e institucional de los poderes.
Es hasta suicida pensar en un deslinde temprano respecto a la rectoría de Cuitláhuac García Jiménez.
Después del encarte hecho por el presidente respecto a que Rocío Nahle García es presidenciable, es lógico suponer, por el principio de decantación que su ficha acomoda, embona y encaja en el escenario veracruzano.
Desde palacio de gobierno parecen ofrecer empatía con el proyecto de Rocío Nahle, lo que presupone una transición de terciopelo del gobierno cuitlahuista.
Y en esta regla que implica la inexistencia de reglas, personajes desatados e inflados por las circunstancias, traen una cauda de fuegos de artificio para hacerse notar, irrumpiendo en la aldea veracruzana cual potros cerreros, desbocados, sin guía aparente, mostrencos de la política.
Sergio Gutiérrez Luna, presidente de la Mesa Directiva en el primer año legislativo de la LXV legislatura, despedaza las formas, atenta contra el establishment de la cuatrote y aprovechándose de su encargo, busca meterse en el escenario sucesorio veracruzano.
Tiene derecho, sí. Cualquier veracruzano o veracruzana pueden aspirar a votar y ser votados. Así lo marca la ley.
Los usos y costumbres marcan que el jefe político marca el destino de un partido, en el Movimiento de Regeneración Nacional quien detenta el poder se llama Cuitláhuac García Jiménez; así de liso y llano. Guste o no guste a la nueva clase política, quien quiera hacer huesos viejos en Morena, deberá tener el palomeo del maestro universitario que apenas alcanzará la mitad de su mandato el 1 de diciembre.
Aquí no aplica el ‘no te calientes garnacha que el aceite está frío’ de la narrativa política fidelista; pero sí el sentido común.
Es temprano para derrochar recursos al más puro priista en tiempos donde la austeridad republicana es dogma.
Como diría don Juan Maldonado Pereda, “en política lo más seguro; es lo inseguro”.
Volviendo al ejercicio del poder público, los noveles practicantes del agandalle partidista, ávidos de reflectores debieran recordar una vieja conseja: ‘si no puedes cortarle los güevos al tigre, no se los arañes’... de otro costal.
Iván Luna Landa, Coordinador de Comunicación Social en el organigrama estatal, afirmó que las observaciones del ORFIS a la Coordinación General de Comunicación Social serán solventadas y solo representan el 1% del presupuesto total que corresponden principalmente a comprobaciones de gastos.
Dijo el encargado de la comunicación en la entidad dijo que ya se han sentado a solventar las observaciones y confío en que no habrá duda de la transparencia con la que se han ejercido los recursos públicos.