A contrapelo de los buenos deseos presidenciales de fraternidad en temporada decembrina, Veracruz es teatro de operaciones encubiertas donde los grupos internos de poder de la cuatrote se jalonean, exhibiendo el músculo y jugando a las dominadas.
Aquí los abrazos y no balazos, incluidos en la doctrina del tata morenista, no aplican.
Y en el rejuego de intereses que apuntan of course al 2024, villancicos, posadas, pistas de hielo y demás parafernalia navideña no amainan los encontronazos entre los morenos, quienes, al no tener, en teoría, enemigos crecidos en el horizonte inmediato, se propinan patadas y puntapiés al amparo de la retórica popular del ‘para uno que madruga, otro que no duerme’.
Ricardo Monreal Ávila, senador zacatecano, abrió el orden al bat en las hostilidades grupales de Morena, al intervenir en el encarcelamiento de seis jóvenes bajo el argumento jurídico de ultrajes a la autoridad, ley penal que remite a la cárcel a cualquier mortal ordinario sólo por el hecho de zarandear a un policía preventivo de la Secretaría de Seguridad Pública o ministerial de la Fiscalía General del Estado de Veracruz o elemento de la Guardia Nacional.
El presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República (Jucopo) dijo hace unos días que hará un llamado a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) para exigir la liberación inmediata de seis jóvenes detenidos por “ultraje de autoridad” en Veracruz.
Considerando este cargo como “ominoso y absurdo”, el legislador señaló que hará un exhorto formal al Congreso local, para hacer efectiva esta medida antes de concluir sus sesiones ordinarias.
El gobernador veracruzano Cuitláhuac García Jiménez espetó al legislador zacatecano que no la juegue de redentor de delincuentes, en un primer escarceo que los analistas políticos -8 millones 63 mil veracruzanos y veracruzanas- leyeron como parte de un enfrentamiento de tribus morenas con miras a la sucesión presidencial y estatal en el 2024.
La reyerta verbal se había apaciguado hasta este miércoles 22 de diciembre, cuando estalló la bomba mediática con la detención del secretario técnico de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, José Manuel del Río Virgen, acusado por Verónica Hernández Giadáns, la fiscal autónoma e independiente, quien ordenó aprehender al ex alcalde de Tecolutla, acusado de ser partícipe del asesinato de René Tovar Tovar, candidato del Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Cazones de Herrera, cometido el 4 de junio de 2021, justo en la víspera de la elección municipal que ganó después de muerto.
En la contención de daños, la fiscal autónoma e independiente, abogada de los veracruzanos, debe tener los pelos de la mula en la mano respecto al bonche de fojas testimoniales, contundentes, se infiere, para llevar a la barandilla de un juez al político allegado a los senadores Ricardo Monreal y Dante Alfonso Delgado Rannauro.
Claro, hasta un estudiante de primer semestre en Derecho sabe que el debido proceso lleva implícita la presunción de inocencia del acusado; hasta que los fiscales y abogados de la FGE determinen lo contrario con base a las pruebas reunidas contra José Manuel del Río Virgen.
Esto lo sabe Cuitláhuac García Jiménez, vocero de facto de la fiscal, porque el impacto del expediente judicial ha explotado en el altiplano con las reacciones virulentas de Ricardo Monreal Ávila, quien dijo que la detención del secretario técnico de la JUCOPO senatorial es una acción judicial “maquinada e inventada” por la fiscalía veracruzana.
En Veracruz la justicia se ha politizado dijo Monreal al salir en defensa de su funcionario legislativo, de quien apuntó que le “consta el prestigio y la buena fama de los que durante toda su vida ha gozado José Manuel del Río Virgen y tenemos la certeza de que superará este acto ilegal en su contra”.
Grandilocuente como es, vendedor de espejismos políticos, Dante Delgado de plano se apuntó la puntada de exigir la desaparición de poderes en el estado de Veracruz de Ignacio de la Llave donde gobierna Cuitláhuac García Jiménez.
El coordinador nacional de Movimiento Ciudadano (MC), denominó como “secuestro político” y un “abuso de poder” la detención en Veracruz de José Manuel del Río Virgen, secretario técnico de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado de la República y militante de su partido.
Delgado Rannauro dijo que solicitará al Senado de la República que investigue estos hechos, “para que de proceder, demos inicio a un proceso de desaparición de poderes por alterar el orden constitucional. Veracruz no merece un mal gobierno, los veracruzanos no debemos tolerarlo”.
El gobernador veracruzano rechazó que se trate de un gancho al hígado mediático contra Monreal y su grupo político, donde parece recalar Dante Delgado, Cuitláhuac negó que se trate de una venganza política, fue claro al manifestar que "no revuelve las cosas y es un tema de la Fiscalía", a pesar de que mediáticamente se intentó generar un intercambio de declaraciones, detalla el comunicado de prensa difundido en respuesta a las reacciones de los senadores referidos.
García Jiménez señaló que hoy la FGE no es brazo ejecutor de nada, y tampoco su titular "anda preguntando si a este sí o a este no, en qué momento sí o no, usted dígame para ir contra fulano. Le he dicho, usted actúe, no me tiene porque avisar, que sea todo por el lado derecho, de procuración de justicia", no obstante, lo único que si ha pedido el mandatario es no dar espacio a la impunidad.
La ley es de aplicación general, habría que agregar a la narrativa del gobernador veracruzano, no hay intocables, tampoco inmunidades otorgadas por el servicio público.
También es cierto que los hechos se concatenan en una serie de eventos desafortunados, donde los grupos políticos contrarios a la pertenencia del gobernador veracruzano, intentarán arrebatarle parcelas de poder al maestro universitario.
Una observación a vuelo de pájaro de pitonisos, hermeneutas, brujos, chamanes, futurólogos y opinócratas del quehacer político es que mientras los morenos se despedazan entre ellos, en reacción natural para ver quien tiene más herramientas en el juego sucesorio, el grupo político de los Yunes del Estero viven una semana redonda, primero con la ratificación unánime de Patricia Lobeira Rodríguez como alcaldesa electa y después con el triunfo de Federico Salomón Molina e Indira Rosales San Román en la elección interna del Partido Acción Nacional.
Cuidado, la soberbia es mala consejera; quizá valga la pena revisar el nacimiento, ascenso y caída política de Javier Duarte de Ochoa, quien menospreció al enemigo que más tarde lo llevaría a tribunales y al encierro carcelario en el Reclusorio Norte.
Los morenos de la cuatrote veracruzana tienen todo el poder con más de 125 alcaldes sumados a su proyecto y un congreso con 35 legisladores magenta, un acorazado invencible en la teoría y en el imaginario popular.
Sin embargo, hay experiencias plasmadas en la historia del poder, verbigracia el imperio romano, erosionado hasta las ruinas por el cristianismo y el plomo contenido en las vasijas de vino tinto.
Y romanticismos aparte, la historia del Titanic, vapor trasatlántico cuyos armadores presumieron henchidos de soberbia que era insumergible.
Ricardo Monreal, rankeado en una lejanísima 7ª posición entre los presidenciables de Morena, no tiene nada que perder y sí mucha ganancia mediática si el gobernador Cuitláhuac García Jiménez lo sube a su peso en el ring del poder político.
De Dante no hay mucho que agregar, sólo que le queda aun el relincho de los bríos idos; nada más.