Hay dos tipos de deuda, la que te capitaliza y la que te hunde.
Normalmente el concepto de deuda se asocia con algo negativo, tanto en términos económicos, como sociales y hasta políticos, ya que, en temas de administración pública, ya que se piensa en escasez, compromiso y sacrificio a corto y largo plazo, sin embargo, esto no necesariamente es así, ya que la contratación de deuda puede crear o impulsar el desarrollo de empresas, reducir pago de intereses al juntar deudas diversas o permitirte acceder a bienes y servicio que de manera normal no se podría, por ello, contratarla no es algo malo, el problema viene cuando se hace mal uso del recurso obtenido.
La deuda tiene la finalidad de impulsar de manera inmediata obras e industrias, y esto no solo arroja el beneficio inmediato de contar con carreteras, hospitales, aeropuertos entre otras cosas
La contratación de deuda debe estar enfocada en el detonamiento del crecimiento y desarrollo económico, tanto en el orden público como en el privado, evitando a toda costa que se dirija al gasto corriente, es decir, que el dinero no se destine a compras, contratación de nuevo persona, servicios generales, etc. Si bien puede parecer lógico, muchas veces y principalmente en la administración pública, estas acciones corresponden a una mala planeación gubernamental y de política económica. Por ello, es fundamental la aplicación y formación de criterios y lineamientos para la contratación y uso de la deuda, un ejemplo de ello es la Ley de disciplina financiera, misma que surgió después de los malos manejos financieros que se dieron en Veracruz en el sexenio de Javier Duarte, provocando en el Estado, que la deuda publica sin cuentas de orden, esté por encima de los 40 MMDP, y si se contabilizaran las cuentas de orden rondaría los 80 MMDP, dejando un Estado con una deuda proporcional a poco menos de un tercio de su ingreso total, pero, la deuda solo se puede evaluar en función de sus ingresos disponibles, es decir, solo con sus participaciones, y al representar estas cerca del 50%, estamos hablando de una disponibilidad para pagar de poco mas de 60 MMDP, lo que deja un ingreso disponible relativamente pequeño, ocasionando que bajen las calificaciones crediticias y suban la tasa de interés que se paga por los créditos contratados.
En el escenario público federal en el 2023, al igual que en los últimos 15 años, el gobierno gastó más de lo que ingresaron a las arcas públicas, al haber necesidades para el cumplimiento de los objetivos gubernamentales, se prevé que los requerimientos financieros del sector público llegará a 1.3 BDP (billones de pesos), equivalente a 4.3% del PIB, monto que se ubica dentro del margen establecido en la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, y que representa la misma proporción del cierre del año 2022.
Al mantener un ordenamiento en el manejo financiero tanto en el incremento de los ingresos, como llevar una responsabilidad en el gasto o consumo y mantener un equilibrio en la deuda a permitido alcanzar un balance presupuestario alineado mismo que otorga beneficios en topes de deuda, calificaciones y tasas de interés.