​“No hay política pública sin ingresos; ni desarrollo sin entender de dónde viene el dinero.”

Cada año, la Ley de Ingresos pasa casi desapercibida en el debate público, pese a ser uno de los documentos económicos más relevantes para cualquier Estado. En términos simples, la Ley de Ingresos es el mapa que define cuánto dinero puede recaudar el gobierno, de dónde proviene y bajo qué reglas, durante un ejercicio fiscal. Sin ella, el presupuesto sería solo una lista de deseos sin sustento financiero.

En Veracruz, al analizar la Ley de Ingresos 2025, vemos que se autorizaron ingresos totales por 175 mil 245 millones de pesos, una cifra que refleja tanto la dimensión económica del estado como su alto nivel de dependencia de recursos federales . Este monto se distribuye entre el Gobierno del Estado, los municipios y los organismos públicos descentralizados, pero su composición revela una verdad incómoda: Veracruz recauda poco por sí mismo y vive, en gran medida, de transferencias federales.

¿De dónde sale el dinero?

Solo 10 mil 074 millones de pesos, es decir, apenas 5.7 % del total, corresponden a ingresos propios del Estado: impuestos, derechos, productos y aprovechamientos . El principal impuesto estatal es el Impuesto sobre Erogaciones por Remuneraciones al Trabajo Personal (nómina), que aporta más de 5 mil 183 millones de pesos, concentrando más del 50 % de la recaudación local .

Le siguen impuestos menores como hospedaje, adquisición de vehículos usados y tenencia residual. Esta estructura confirma un problema estructural: Veracruz tiene una base tributaria estrecha, poco diversificada y altamente sensible al ciclo económico. Cuando el empleo formal se estanca, los ingresos estatales también lo hacen.

En contraste, 162 mil 867 millones de pesos, equivalentes al 93 % del total, provienen de participaciones, aportaciones y convenios federales . Dentro de este rubro destacan el Fondo General de Participaciones, el FONE educativo, el FASSA en salud y el FAIS municipal, todos ligados directamente a la Ley de Ingresos de la Federación y a las fórmulas de coordinación fiscal.

La relación con la Ley de Ingresos federal

Aquí está el punto clave: la Ley de Ingresos de Veracruz no se explica sin la federal. Las participaciones dependen de la recaudación nacional del ISR, IVA e IEPS; las aportaciones están etiquetadas y condicionadas a reglas federales; y los convenios dependen de prioridades presupuestales del gobierno central.

Esto significa que Veracruz no controla plenamente su ingreso, sino que lo administra bajo un esquema de dependencia fiscal histórica. En 2025, por ejemplo, más de 38 mil 800 millones de pesos se destinan solo al pago de nómina educativa vía FONE, sin margen de decisión estatal.

¿Cómo fue 2025 frente a otros años?

La Ley de Ingresos 2025 mantiene una estructura conservadora, sin nuevos impuestos relevantes ni ampliación significativa de la base gravable. No hay endeudamiento aprobado y se privilegia la estabilidad financiera sobre la expansión fiscal. En términos macroeconómicos, esto reduce riesgos, pero también limita la capacidad del Estado para detonar crecimiento propio.

Como he sostenido en otros espacios, la fiscalización y la eficiencia del gasto son la otra cara de la Ley de Ingresos. Recaudar poco obliga a gastar mejor. Sin controles efectivos, cada peso federal que llega pierde impacto económico y social. La experiencia internacional muestra que los territorios que fortalecen sus sistemas de recaudación y fiscalización logran crecer más, incluso sin aumentar impuestos, simplemente reduciendo desperdicio y mala asignación.

@EdgarSandovalP

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