“Los precios que ahora pagamos por la gasolina quizás parezcan altos, pero todavía no están ajustados en lo más mínimo al nivel mundial del precio del petróleo”.
Paul Samuelson
El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania —que cada vez parece más Rusia entre la Unión Europea y los Estados Unidos— ha generado una serie de afectaciones a nivel mundial, siendo la más relevante el caso de los energéticos, de forma particular la gasolina y el gas. Por un lado, tenemos que esto último tiene una mayor repercusión para Europa, debido a las bajas temperaturas que se presentan en el Continente y el energético ruso les brinda la solución.
Por otro lado, en el caso del petróleo, se tiene una repercusión mayor, ya que no sólo se limita al Continente europeo, sino que tiene efectos en todo el mundo; esto debido a que las mezclas como el Brent, —que es una referencia europea, y el West Texas Intermediate— determinan el precio del petróleo en el mercado internacional.
En estos escenarios, encontramos al Brent con un precio de 115 dólares por barril, teniendo un incremento del 25% en lo que va del mes, y de manera agregada en los últimos doce meses ha tenido un aumento del 84%, pero aún sin llegar a su maximo historico de 1987 donde tocó los 144 dólares por barril.
Por el lado del WTI, cotizó en los 106 dólares por barril, sumando un incremento de 23% en lo que va del mes, y de manera agregada en los últimos doce meses ha tenido un aumento del 80%, sin llegar a su maximo historico de 1986 de 145 dólares por barril. Sin embargo, de seguir el conflicto y de aumentar la escala de intensidad, muy probablemente aumenten los precios y se superen los máximos históricos.
El primer impacto en materia de alza lo vemos en las gasolinas, donde en Europa están llegando a los 4 euros por litro, es decir poco más de 90 pesos, y en los Estados Unidos ya superó los 3 dólares, es decir poco más de 60 pesos. Para México el precio aún está en equilibrio, donde la magna tiene un promedio de 21 pesos, la Premium de 23 y el diesel de 22. Cabe resaltar que son precios con los estímulos fiscales que tiene el gobierno, de no ser así, los precios serían aproximadamente de 27 pesos para la magna y premium, y de 29 para el diesel.
La principal función de los estímulos es la de contención del precio, lo que significa dos cosas: la primera y más importante, y que normalmente no se dice, es la de contener la inflación, ya que la gasolina es un bien que al aumentar su precio genera por efecto dominó, dado que todo debe transportarse, un aumento generalizado en todos los productos.
En lo que respecta a la segunda, es el impacto social y político que representa no subir los precios de los combustibles.
El no subir los precios de las gasolinas debido al apoyo de los incentivos fiscales no representará un desajuste o menor recaudación para el ejercicio fiscal del 2022, dado que al tener la mezcla mexicana un aumento de casi el 100% de su precio de referencia (55 a 105 dolares por barril) el ingreso extraordinario petrolero equilibrará el ingreso potencial que se dejará de recaudar por el IEPS y equilibrará el subsidio en el alza potencial del precio, siendo esta una buena medida de política fiscal para la contención de la ya muy alta inflación.