“El interés compuesto es la octava maravilla del mundo, aquel que la comprende lo gana, aquel que no, lo paga”.
Einstein
Decía Einstein: 'El interés compuesto es la octava maravilla del mundo, aquel que la comprende lo gana, aquel que no, lo paga”. La tasa de interés es el valor del dinero en el futuro; es decir, el poder de compra que tendrán hoy mil pesos no será el mismo que tendrá dentro de 1 año, y para muestra tenemos la inflación de julio que se posicionó en 8.15% o dicho de otra manera, tu poder de compra con un capital de mil pesos, disminuyó en términos reales un 8.15% en un año.
Todo banco central tiene tres herramientas para el manejo de la política monetaria: los coeficientes de reserva, las operaciones de mercado abierto y las tasas de descuento (encontrándose aquí la TIIE).
El subir la TIIE no necesariamente es algo malo; en política monetaria esto se utiliza con una doble finalidad, disminuir el nivel de consumo y aumentar el nivel de inversión, ya que, si es más caro el dinero, las personas no van a querer gastar su dinero; en contraparte, al haber tasas de interés altas, estas pagarán una mayor rentabilidad, por lo cual, las personas van a preferir ahorrar e invertir su dinero.
Este jueves, la Junta del Banco de México posicionó la TIIE en 8.5%, aumentando 75 puntos base; esto, con la intención de disminuir la inflación; sin embargo, generó un efecto curioso, una tasa positiva, es decir, la tasa está por encima de la inflación (8.5>8.15), lo cual significa que el gobierno quiere bajar si o si la inflación, reforzando esto el hecho de que la SHCP puso la tasa de retención sobre inversiones en 0.08% la más baja desde el 2003. A esto le sumamos que los CETES están en 8.79% y 9.41% a 91 y 182 días respectivamente, lo que se traduce en que la política monetaria está enfocada en la contención de consumo engranándose con la política fiscal.
El manejo estratégico de la tasa de interés implica las características de cada país. Para el caso de Latinoamérica, encontramos a Brasil con la tasa real más alta con un 3.34%, siguiéndole México con 0.32%; en contraparte nos encontramos a los Estados Unidos con una tasa real de -5.65%, lo cual muestra que su tasa es mucho más baja en comparación con su inflación (la cual tuvo una reducción muy significativa en julio), esto no representó una oblación para el consumo, por lo cual su actividad económica no se ve reducida siendo resultado de su propia naturaleza económica, sin embargo, tenemos escenarios como el de Argentina donde tienen la segunda inflación más alta de Latinoamérica con un 71%, (sólo por debajo de Venezuela), para lo cual el Banco central de republica de Argentina (BCRA) aumentó la tasa en 950 puntos bases, es decir en un 9.5% (México la aumentó 0.75%), llegando a una tasa de 69.5%, quedando a 1.5% del equilibrio.
Es importante mencionar que tener una tasa de interés más baja que la inflación no necesariamente es malo, es parte de la estrategia macroeconómica que está imponiendo un país, por lo cual, cada uno la utiliza en función de las características de su economía y de su población, habrá quien quiera crecer pero que no le importe llegar a una alta inflación, habrá otros que les interese tener una inflación muy controlada y sacrifiquen un poco el crecimiento, lo más importante será siempre el bienestar generalizado de la población.