Lo de Biden es histórico, está en camino en convertirse en uno de los presidentes menos eficientes de los EE UU, ya que el conflicto de Ucrania le ha dejado muy malos resultados, en geopolítica ha perdido mucha influencia, como el caso de Irán y Arabia Saudí, económicamente va en picada, dado que cada vez más países se apartan de ellos con la desdolarización, aunado a esto tienen una alta inflación, crecimiento prácticamente nulo, y le podemos sumar el inminente inicio de una recesión, conduciéndonos a una estanflación. Por si no fuera poco a esto le sumamos otro aspecto histórico, la no autorización del techo de deuda por parte del congreso de los EE UU, lo cual en teoría no debería ser la nota, sino el hecho de que el país del norte pueda endeudarse sin consecuencias (al menos, hasta ahora).
El techo de deuda es el límite del monto total de dinero que el gobierno federal tiene permitido tomar prestado para cumplir con sus obligaciones financieras. Esto en el sentido de atender los déficits presupuestarios que tienen, es decir, dado que gastan más de lo que ingresan deben pedir prestado, lo cual no es necesariamente malo, toda economía se financia a través del crédito, pero lo que si genera alteraciones es que su endeudamiento sea prácticamente ilimitado, y dado que estos recursos se destinan a conceptos como el financiamiento de programas de protección social, los intereses de la deuda pública y los salarios del Ejército, lo convierte en una economía prácticamente ilimitada y con una expansión constante, siendo por ello la economía más grande del mundo.
El año pasado tan solo la deuda nacional ya superó los 31 billones de dólares, y el tope es de 31.3 billones, por lo cual está a nada de caer en default, lo que llevará a su choque y realidad económica, todo esto se ha venido generando por aspectos donde la economía norteamericana ha venido mandando señales de debilidad, como los ya mencionados de la desdolarización, raquítico crecimiento, alta inflación y debilidad geopolítica. Al suceder esto y no haber liquidez, no podrían hacer frente a sus cuentas, incluidos los intereses y otros pagos que les debe a los titulares de bonos, los militares y los jubilados.
Si bien el aspecto de tope de deuda se dio en 1917 donde se instauró como parte de la segunda Ley de préstamos “Liberty”, es el congreso el que debe aprobarlos con 60 votos favorables de los 100 posibles, lo que actualmente es un problema porque solo cuentan con 51, por lo cual será necesario convencer a mínimo 9.
En el escenario de que no se autorice el tope, los EE. UU. puede suspender algunas inversiones y canjear algunos tipos de deuda, pero esto solo sería para ganar tiempo en lo que se consigue elevar el techo, además el presidente Biden menciono que estaría considerando exhortar la 14va enmienda, que establece que "la validez de la deuda pública de Estados Unidos, autorizada por ley, (...) no debe ser cuestionada". En otras palabras, los gastos ya votados deben poder ser pagados. Pero esto solo mandaría otro terrible mensaje al exterior sobre la ya muy debilitada economía de los Estados Unidos
La complicación más grande viene en el tiempo, ya que la secretaria del Tesoro Janet Yellen, puso como “plazo estricto” el primero de junio para la aprobación del congreso, de no pasar, Estados Unidos podría incurrir por primera vez en una suspensión de pagos de su deuda soberana y recalcó que "si el techo de deuda no se eleva, se deberán tomar duras decisiones. Desde 1789 Estados Unidos ha pagado sus facturas a tiempo. Eso es lo que el mundo quiere ver, el compromiso de seguir haciéndolo",