​Desde hace varios meses se han sumado más problemas de movilidad y transporte en la capital del estado debido a que aunado a las problemáticas de circulación ya acostumbradas, pues se agregan las que traen consigo los cierres simultáneos de avenidas y calles por reparación. Sin duda, las vialidades requieren una intervención, no obstante, esta no ha sido planeada adecuadamente y la población xalapeña ha sufrido las consecuencias de estos errores.

Es evidente la ausencia de planeación, ya que muchos tramos han sido abiertos por una multiplicidad de veces por ciertos detalles, como, por ejemplo, en la Avenida Lázaro Cárdenas, a la altura de la Araucaria. Lo anterior, porque, se tuvo que reparar varias veces, primero se dejó una compostura provisional y, luego, se abrió de nuevo para colocar, supuestamente, unas alcantarillas hechas a medida.

Así, quienes habitamos en la capital somos testigos de que se repara una calle y, a los pocos meses, otra vez está en malas condiciones, sin embargo, en esta ocasión, las reparaciones se hacen días o semanas después de la inicial porque faltó algo y el tráfico sigue enloqueciendo en Xalapa.

Ahora, en estos últimos días, se ha comenzado de manera formal lo que han llamado “plan B” de movilidad en esta región, el cual, entra en acción después de que las pretensiones de instaurar un tren ligero en la ciudad no fuera viable. A decir del gobernador veracruzano, este plan es urgente, en virtud de que el tráfico es insostenible y se requieren más carriles y puentes.

Lo que no toma en cuenta el mandatario estatal es que ante una crisis del tráfico vehicular, la verdadera solución no es la construcción de más carriles y puentes. La experiencia en otras latitudes demuestra que el aumento de carriles no trae consigo el alivio del tráfico, sino, en cambio, produce un incremento de vehículos, lo que, a su vez, genera mayores problemas ambientales y de movilidad.

Aunado a esto, hay que tomar en cuenta que los trabajos de implementación de este “plan B” contemplan la construcción de un puente a desnivel en la avenida Lázaro Cárdenas a la altura de la plaza “Urban Center”, en donde en una madrugada se talaron varios árboles, eliminando la mancha verde de la zona. Por ello, la ciudadanía se ha manifestado en contra de este ecocidio orquestado por las autoridades gubernamentales de la entidad y la respuesta del gobernador y sus funcionarios no se hizo esperar.

Cuitláhuac García ya ha dicho, prácticamente, que los árboles talados en la zona solo eran un adorno para que la calle se viera verde y que si se quiere preservar el microclima de Xalapa es necesario reforestar en lugares estratégicos en la ciudad como los que tienen considerados desde su gobierno.

Pese a ello, el ejecutivo estatal pasa por alto que es un hecho que en aquellas calles arboladas la temperatura desciende en contraste con las que solo tienen la mancha de asfalto. Por ello, en diferentes partes del mundo se está optando por la recuperación de vialidades verdes en vez de conservar las avenidas de múltiples carriles sin vegetación.

El titular de la Secretaría de Infraestructura y Obra Pública (SIOP), Elio Hernández Gutiérrez, ha respaldado al gobernador, pues comparte que existen medidas para atenuar el impacto ambiental de esta tala de árboles y que, de hecho, superan los mínimos establecidos por la ley. 

Recordemos, que no es lo mismo tener un árbol adulto ya desarrollado que uno joven que todavía tendrá por delante varios años para que alcance la madurez de los que se han cortado. Asimismo, el gobierno no está considerando al medio ambiente, sino sus rendimientos monetarios, ya que el mismo Hernández Gutiérrez aseguró que era más barato talar estos árboles que replantarlos.

El titular de la SIOP ha aseverado que tarde o temprano se van a terminar de talar los pocos árboles que siguen en pie en la avenida. Ante tales declaraciones, se podría pensar que la movilización ciudadana no servirá para nada, no obstante, puede conducir a mecanismos de participación ciudadana y llevar a una contraloría social.

Si bien, ya no podremos recuperar estos árboles talados, todavía restan otros e, incluso, si se llegan a talar los que restan, el hecho que la ciudadanía este pendiente de esta obra servirá para vigilar que, en realidad, se cumplan las medidas de mitigación planteadas. Sobre todo, que, en futuras obras, se tome en cuenta a la población y al medio ambiente. 

Al pedir firmas e instaurar un plantón en la zona sirve para traer el foco nacional e internacional al problema. Con ello, no solo se busca la empatía de más personas, sino que se puedan llegar a proponer soluciones que no vean lo inmediato y lo más barato, sino lo eficiente, eficaz y amigable con la población y el medio ambiente.

Por ahora, ya se logró una suspensión provisional de esta obra, queda ver cómo avanza este asunto y si el gobierno veracruzano busca soluciones reales de largo plazo o solo pega una bandita momentánea. Es un llamado para que no olviden que es necesario explorar otras alternativas como, por ejemplo, el mejoramiento del transporte público y el analizar las soluciones que han funcionado en otros espacios.

La campaña que ha lanzado el gobernador y sus seguidores de “y tú, ¿cuántos árboles has sembrado?”, suena hasta a burla porque tampoco es que los árboles que van a plantar salgan de su bolsillo. Así como él nos invita a salir de redes sociales y unirnos a sus campañas de reforestación, también lo invitaríamos a él y a su equipo a presentar políticas públicas profesionales.