La Secretaría de Educación Pública (SEP) ha estado en el ojo del huracán en muchas ocasiones durante este sexenio debido a diferentes polémicas, entre las que recordamos la gestión de Delfina Gómez, en donde se destacó por una entrevista y, por supuesto, por su salida de la SEP para ser gobernadora del Estado de México.
Otro de los sucesos que causó ruido entre la comunidad vinculada a la educación y a las profesiones editoriales, fue cuando se hizo una convocatoria para rediseñar los Libros de Texto Gratuitos (LTG), la cual, no contemplaba una retribución económica por dicha labor. Recordemos que, cuando las personas especialistas alzaron la voz para quejarse de ello, se criticaba su vocación y compromiso con el país.
La realidad es que el gobierno esperaba que se enfocaran en todo este trabajo de investigación, redacción, edición y diseño de forma gratuita, como si, por un lado, vivieran de aire y, por otro, como si todo este sector tuviera un salario adecuado.
Más tarde, la SEP lanzó otra invitación para realizar la misma labor, sin embargo, en dicha oportunidad ofrecía una compensación económica de $5,000.00 para quienes se sumaran al proyecto, remuneración que sigue siendo escasa para tal actividad.
Pese a los contratiempos, hoy en día, las autoridades educativas ya cuentan con las nuevas ediciones de los LTG. No obstante, no todo ha sido positivo, ya que a raíz de esto se han generado diversos debates desde el seno de diferentes sectores.
De entrada, en los medios de comunicación se ha reportado que estos LTG ya no cuentan con las asignaturas tradicionales que conocemos como español o matemáticas, sino que, ahora, se manejan otros títulos como “Nuestros saberes” o “proyectos de Aula”.
Asimismo, se han viralizado un gran número de supuestos contenidos de estos libros, sin embargo, medios como “Animal Político” han demostrado que no todo al respecto de ello es confiable. Ciertas páginas han escandalizado a gran parte de la sociedad cuando son contenidos que no están incluidos en los LTG que se pretenden usar para el siguiente ciclo escolar.
Lo que sí es cierto es que algunas personalidades de gran renombre académico han identificado errores en lo poco que se conoce sobre los LTG, los cuales, van desde lo mínimo hasta cuestiones más significativas como información incorrecta. No obstante, no hay que dejar pasar que, esto ha sucedido desde antaño y no es exclusivo de la 4T.
Otro punto que ha creado discusiones en la opinión pública es que algunas personas consideran que estos LTG son herramientas de adoctrinamiento político e ideológico de la agenda del gobierno morenista. Sin embargo, uno de los sustentos de tal argumento es un fragmento de un libro, pero, de secundaria y no de primaria, además de que es un texto estatal y forma parte del material del profesorado, no del alumnado.
No estoy defendiendo ni al gobierno guinda ni tampoco a estos LTG, empero, invito a la reflexión al respecto del tema y, sobre todo, a exigir la revelación no solo del contenido total de estos libros, sino también del procedimiento para llegar a ellos y, sobre todo, la exposición de los programas en los que están sustentados.
Sí, sí, en los gobiernos pasados no se hizo este ejercicio de transparencia ni de rendición de cuentas y sí, no existían estos reclamos tan latentes y públicos, pero, no porque en el pasado no se hizo, ahora tampoco. Es más, es parte de nuestros derechos el contar con acceso a esta información que es pública, así como también es obligación de los gobiernos rendir cuentas.
Se supone que parte de esta labor se realizará a partir del 8 de agosto, en virtud de que el presidente ha anunciado que se llevarán a cabo unas conferencias de prensa vespertinas de, aproximadamente, dos horas, por lo menos, al parecer, por dos semanas. En estas, se dice que se dará a conocer los libros que han sido tan recelosamente guardados y de los cuales solo se ha especulado en los medios y en redes sociales.
Una cuestión grave es que, a estas alturas, con el inicio del ciclo escolar encima, las y los docentes no tienen en sus manos dichos materiales y ni siquiera conocen sus contenidos o los programas en los que están basados. Se ha asegurado que los LTG los elaboraron especialistas, pero quienes están al frente de los grupos solo han visto de ellos lo que ven en redes.
Ya hay llamados al rechazo de estos materiales como, por ejemplo, el del presidente del PAN que ha convocado a arrancar las hojas de los libros con los cuales no se coincida. Esto tampoco es nuevo, ya en el pasado sucedió, pues la sociedad rechazaba temas fundamentales como la educación sexual y preferían arrancar o engrapar las páginas donde contenía esto. Asimismo, exigían que los asuntos relacionados con ello no fueran tratados, lo cual, dificultaba aún más la actividad docente.
Todo indica que el proceso para la construcción de estos LTG no fue el correcto, lo ideal sería seguir el camino determinado por las leyes y las instituciones competentes, así como también, tomar en cuenta a especialistas, al magisterio y la sociedad en general. Empero, esto no implica que, por decisiones individuales sin fundamentos, se deba descartar temas tan importantes como la equidad de género, la educación sexual, la democracia, la ciencia, entre otros.