​Con la llegada de “Otis” a las costas de Guerrero, se reaviva la discusión sobre la desaparición del Fideicomiso del Fondo para Desastres Naturales (FONDEN) en el gobierno de López Obrador. La oposición le ha echado en cara al presidente y a su partido la imprudencia de la extinción de este fondo.

AMLO es fanático de extinguir fideicomisos y adueñarse de tales recursos, pues ha querido destinarlos para otras cosas que, a su juicio, traerían un mayor beneficio a la población, aunque, al final, no siempre termina siendo así. En aquella ocasión de la eliminación del FONDEN también se extinguieron, al menos, otros 100 más.

Hoy, el presidente, dio el golpe a los fideicomisos del Poder Judicial de la Federación (PJF) con la justificación de eliminar los privilegios de los más altos mandos de tal ente, pese a que se ha comprobado que los más afectados son los de jerarquía media y todo el personal operativo.

En el caso del FONDEN, el titular del ejecutivo lo eliminó arguyendo que era un fideicomiso que estaba plagado de corrupción y que, por ello, los recursos en realidad no llegaban a la población. Aunque, en esta ocasión, AMLO no estaba del todo equivocado, la cuestión es que su brutal eliminación no era la solución.

Hay que aclarar que, como bien ha dicho el Subsecretario de Hacienda, el FONDEN no ha desaparecido del todo, aunque en estricto sentido ya no existe. Lo anterior porque si bien el FONDEN como fideicomiso fue eliminado, todavía subsiste el Programa para el Fondo de Desastres Naturales.

Este programa contempla dinero para hacer frente a los embates de los fenómenos naturales, sin embargo, funciona de distinta forma. El FONDEN estaba en manos de BANOBRAS y, se podría decir que, lo caracterizaba un tipo de descentralización, ahora, el programa está en las arcas de hacienda y, por supuesto, centralizado.

Esto no es novedad ni tampoco es algo inesperado, puesto que el gobierno de López Obrador se ha caracterizado por buscar la eliminación de los intermediarios para, supuestamente, eliminar la corrupción y permitir que los recursos lleguen de forma directa a los beneficiarios. No obstante, detrás de estos argumentos están los deseos del presidente de conservar centralizado todo, pues adora tener todo en sus manos.

Por un lado, MORENA y Andrés Manuel alegan que la eliminación del FONDEN fue lo mejor debido a su corrupción y, por otro, su exdirector, acusado de cometer actos de corrupción en su paso por el FONDEN, se ha aproximado a tal instituto político para postularse como alcalde de Querétaro.

No es el único acercamiento que José María Tapia Franco, exdirector del FONDEN, ha tenido con el gobierno morenista, ya que, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) ha documentado que, durante la pandemia de COVID, firmó contratos millonarios con la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) por la venta de ventiladores provenientes de distintos países, los cuales, entregó a sobreprecios. Incluso, jugó chueco al importarlos, puesto que dijo que su ingreso era solo temporal cuando, en verdad, era permanente y, así, evitó pagar ciertos impuestos.

La organización MCCI también ha identificado que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó irregularidades en el FONDEN durante el gobierno de Peña Nieto, cuando Tapia estaba al frente. Empero, la extinción de este fondo no contempla el resarcimiento del daño ni el reintegro de tal presupuesto.

Es cierto, había mucho que vigilar y reparar en el FONDEN, pero eso no implicaba que tendría que desaparecer. En cambio, era necesario establecer mecanismos fuertes de rendición de cuentas y transparencia de los recursos, así como también, medidas para la recuperación de los faltantes a consecuencia de las irregularidades.

Pese a lo anterior, la solución anhelada por AMLO fue eliminar el FONDEN y crear su propio programa, el cual, esté centralizado y solo se entregue en manos de la SEDENA para su aplicación y, en casos extraordinarios, a los estados, sin más “intermediarios”, pero ¿Será que entregue esos recursos en caso de que sean entidades gobernadas por la oposición? O ¿Solo tendrá tal voluntad para ello cuando sean gobiernos guindas?

Finalmente, queda preguntarnos por qué el presidente, por acá, dice que el FONDEN es corrupción y se debe exterminar y, por allá, su candidata presidencial tiene acercamientos con quien operó esa corrupción y, peor aún, siguió siendo un agente dudoso durante la administración de AMLO. Además, esta persona, hoy en día, se perfila para ser el candidato de la alianza de MORENA, Verde y PT para el gobierno municipal de Querétaro.