Esta última semana, la Cuarta Transformación en Veracruz tuvo mucha tensión debido a que se les vino a sus representantes una gran ola de reclamos y movimientos. Primero, el lunes muy temprano, al menos, 30 colectivos de búsqueda de personas desaparecidas cerraron el primer cuadro de la ciudad de Xalapa y, además, tomaron el Palacio de Gobierno.
Las entradas de este edificio estaban cerradas y custodiadas por integrantes de dichos colectivos. Asimismo, en la calle Enríquez se extendían lonas en donde aparecían los reclamos y los rostros de las personas desaparecidas. De igual forma, las calles aledañas fueron cerradas, lo cual, causó, como era de esperarse, un caos en el tránsito de vehículos en el centro de la capital del estado.
Ese día, las y los trabajadores que laboran en palacio solo estuvieron de pie a las afueras en espera de instrucciones. Estas últimas llegaron después de un par de horas de estar aguardando, pues los jefes no se aparecían y no sabían qué hacer. Así, se anunció el mandato de que se regresaran a sus casas y estuvieran pendientes.
Los colectivos esperaban que el gobernador les atendiera, pues ya han aguardado mucho tiempo para una respuesta adecuada a esta problemática. Aunque el presidente de la República y el mandatario estatal no quieran verlo, hay muchas personas que no aparecen y las acciones han sido deficientes.
Por su parte, AMLO anda queriendo hacer un nuevo censo de gente desaparecida, puesto que considera que el número es errado y que las organizaciones de la sociedad civil y los colectivos inflan estas cifras porque piensa que exageran. A su vez, Cuitláhuac, tal parece, que prefiere mirar hacia otro lado y se tapa los oídos para no escuchar lo que en realidad sucede.
El martes, Palacio de Gobierno seguía sin acceso y el centro continuaba cerrado, pero el gobernador brillaba por su ausencia, no había respuesta ante el reclamo de la sociedad. De hecho, el titular del ejecutivo estatal estaba sonriente en Boca del Río en un evento, posaba para las fotos y lucía como si en su sede de atención no pasara nada. Todo indica que era más importante estar de “socialite” que atender esta grave situación.
Se dice que el gobernador envió a su nuevo secretario de gobierno para calmar las aguas. No obstante, era obvio que los colectivos no deseaban dialogar con él y era normal porque con quien querían entablar conversación era con el gobernador que, con su apretada agenda, no se había podido dar el espacio.
Ante la indiferencia de Cuitláhuac y lo inútil de la presencia de Juárez Gil, los colectivos se desplazaron a las entradas y salidas de la ciudad capital y las tomaron, primero, de manera total y, luego, de forma intermitente y declararon que no se moverían hasta que el gobernador les atendiera.
En la noche del martes ya se retiraban con la promesa de que el jueves el gobernador por fin tendría tiempo para escucharlos, así que, el miércoles, ya se podía tener acceso a palacio y al centro de la ciudad. No obstante, la libre circulación duraría poco, ya que antes del mediodía la calle de Enríquez fue cerrada por estudiantes que presentaban también sus reclamos.
Aunque la manifestación estudiantil duró poco, para el jueves, otra vez nos topamos con Enríquez cerrada y un caos de tráfico en el centro, puesto que, ahora, quienes buscaron expresar sus quejas fueron los pensionados. Así, esta última semana, Xalapa vio una serie de manifestaciones seguidas.
La noche del jueves, el gobernador cumplió con su palabra y se reunió con los colectivos en un conocido hotel en la ciudad de Xalapa. En consecuencia, ante la exigencia de los colectivos y el deplorable desempeño de quien se encarga de la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas, se lanzará una nueva convocatoria para la titularidad de esta.
Lo anterior debido a que la actual encargada de despacho, Brenda Cerón, ya ha estado por largo tiempo al frente de esta comisión, pues ya en dos ocasiones se ha lanzado la convocatoria y se ha declarado desierta. Tal vez, Cerón pensaba que terminaría la administración siendo la titular, cuestión que nunca pasó.
El viernes ya no tuvimos ninguna manifestación, sin embargo, ese día, se anunció a quienes serían las y los coordinadores de Defensa de la Cuarta Transformación en las entidades. Por ello, después de las 6 de la tarde, ya se reunían los morenistas para festejar que Rocío Nahle había ganado la dichosa encuesta. Así que, por la noche, otra vez Enríquez cerrado.
Huerta y Zenyazen ya esperaban este resultado, ya sea por el cumplimiento del ordenamiento de paridad en las gubernaturas, porque las cifras no les favorecieran o por el poderoso dedazo presidencial. De hecho, quien se vio decepcionado fue Eric Cisneros, el exsecretario de gobierno.
Todo indica que, Cisneros preservaba la esperanza de tener una oportunidad de triunfar, después de haber pintado todo el estado con sus lonas, espectaculares y bardas, con supuesta publicidad para sus libros sobre la negritud, su bandera. El exsecretario ignoró las advertencias sutiles y las más directas que AMLO le mandó desde Palacio Nacional, así como también, hizo caso omiso a lo que el propio gobernador le decía.
Se sabía, Cisneros no era el favorito y no sería el elegido, pero él guardaba esa ilusión. Por ello, se le vio entre decepcionado y molesto en todas las fotos, relegado a la esquina, apartado del resto del grupo que ya festejaba a la zacatecana. No hay ninguna sorpresa.