Después de que Arturo Zaldívar presentara su renuncia como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), tocaba al Senado de la República analizar si esta resultaba procedente, ya que, la propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) señala en su artículo 98 que este tipo de renuncias solo proceden por causas graves.
Debido a lo anterior, la oposición y algunos analistas acusan que ni el presidente ni el Senado tendrían que haber avalado la salida de Zaldívar de la SCJN porque nunca expuso una causa grave para dejar su puesto en el órgano judicial al que pertenecía.
Se debe mencionar que Zaldívar solo argumentaba que se sumaría a la “transformación del país”, esto no es sorpresa, ya que se sabía desde hace un tiempo que comulgaba con las ideas planteadas por la “Cuarta Transformación” de López Obrador. Esto se hizo evidente, en muchas ocasiones, en las sesiones de la SCJN, en virtud de que se notaba que defendía los intereses del ejecutivo federal.
Por ello, la opinión pública dice que la verdadera motivación de Zaldívar para dejar la SCJN es complacer a AMLO, ya que al exministro le restaba un año de su periodo, sin embargo, el fin de su ciclo ahí no le permitiría al presidente colocar más piezas a su favor en el poder judicial. En especial, después de que se sintiera traicionado por quienes él propuso y le han votado en contra.
AMLO pensaba que le aplaudirían sus caprichos al proponerlos para la SCJN. Así, se sintió defraudado y decepcionado de Juan Luis González Alcántara, Margarita Ríos-Farjat, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz Ahlf. Pese a que las últimas dos sí lo han complacido en gran medida. De hecho, por eso, AMLO se había empeñado en que Esquivel fuera la presidenta de la SCJN, posición que le arrebató Norma Piña.
Hablando de Piña, no hay que olvidar que el presidente se ha dedicado a criticarla de manera sistemática por tan solo hacer su trabajo. Asimismo, no hay que pasar por alto que, tras la tragedia en Guerrero por el paso de Otis, AMLO quiso aventarle la responsabilidad a la corte del rescate de la entidad, “sugiriendo” que los fideicomisos que ya se habían eliminado se enviaran en ayuda.
Hay que rememorar que la ministra presidenta se mostró abierta al diálogo para analizar las condiciones en las cuales se pudiera brindar este apoyo, mas no aseguraba que ya era un hecho, no obstante, el presidente lo tomó como algo definitivo. Después, se dictó un amparo a través del cual se prohibía tocar los fideicomisos (ante lo que es un evidente atropello de la mayoría oficialista del congreso y de su líder moral) y la posibilidad de que el poder judicial los “donara” a Acapulco se esfumó.
A lo anterior, López Obrador reaccionó declarando que Norma Piña ya se había echado para atrás y que el poder judicial no quería perder sus privilegios. Además, esbozó una campaña en contra de tal poder e, incluso, se hicieron publicaciones en las redes sociales oficiales del Gobierno de México con el mensaje: “Jueces y magistrados del PJF se niegan a devolver recursos públicos para reconstruir Acapulco”.
El presidente y su gobierno se atrevieron a lanzar esta campaña en contra, sin importar que, por un lado, se declaró el fin de la emergencia y, por otro, se negaron a aprobar recurso en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2024 para atenderla. Y ya ni hablar de la eliminación del FONDEN.
Regresando al asunto de quién va a reemplazar a Arturo Zaldívar en la SCJN, el titular del ejecutivo federal ya lanzó su terna de propuestas, entre las que destacan tres simpatizantes de MORENA, pues son: Bertha María Alcalde, Lenia Batres y María Estela Ríos. Aunque ninguna aparece adherida al partido guinda en el Padrón de afiliados a Partidos Políticos del INE, sí hay que hacer algunas aclaraciones.
De entrada, se sabe que Bertha María Alcalde es cercana al presidente, por lo que intentó colocarla como una pieza clave en el INE para doblegar a su merced a tal institución. Asimismo, recordemos que su madre, su padre y su hermana son miembros activos de MORENA y han estado o están en puestos relevantes para AMLO.
Si bien no se puede juzgar a una persona por la familia a la que pertenece, Alcalde se ha movido en las cúpulas de MORENA de forma cuidadosa. En una situación similar está Lenia Batres, pues es hermana de Martí Batres, actual jefe de gobierno de la Ciudad de México y, además, ella por sí sola tiene su propia carrera política ligada al partidismo.