Antes se pensaba que el máximo obstáculo para que Samuel García fuera candidato a la presidencia de la República por MC era la mayoría opositora del congreso neoleonés. No obstante, eso fue cosa sencilla, ya que sí le aprobaron la licencia que solicitó, sin embargo, no le dejarían elegir a su reemplazo.
Así, comenzó la carrera presidencial de García, por ello, se registra ante su partido y le limpian el camino, eliminando a toda la competencia interna, puesto que no permitieron que la senadora Indira Kempis se registrara para hacer su lucha. Entonces, Samuel se convertía en el precandidato único de MC.
La cuestión es que, de acuerdo con la constitución estatal, en caso de que el gobernador electo se ausente de sus funciones por un periodo mayor a 30 días y hasta por seis meses, el poder legislativo local será quien designe al gobernador interino que lo sustituya. Ahora bien, si esta ausencia fuera menor a 30 días, Samuel García podría dejar a su secretario general de Gobierno, pero no es el caso.
Por lo anterior, el Congreso de Nuevo León, primero, determinó que Arturo Salinas sería el gobernador interino, no obstante, este personaje tiene fuertes lazos con el Partido Acción Nacional (PAN). Además, tenía licencia como presidente del Tribunal Superior de Justicia, por lo cual, MC no se quedaría quieto y, al final, se impugnó esta decisión. Por ello, el congreso tuvo que designar a un nuevo gobernador que cubriera la vacante de Samuel.
Luego, el legislativo local nombró a Luis Enrique Orozco, quien es vicefiscal en la entidad. Asimismo, no podemos olvidar que durante la gestión de este funcionario muchos feminicidios quedaron impunes en Nuevo León. De hecho, no pudo resolver el caso de Debanhi Escobar y le apresuraba dar carpetazo al asunto al afirmar que la joven se había suicidado en una cisterna.
En efecto, se reconoce a Orozco como adverso para MC y para Samuel García y, en cambio, se identifica su cercanía con el PRI y el PAN. Si bien es cierto que tampoco se podría considerar una buena opción tras sus acciones como vicefiscal, pues, la realidad, es que Samuel García no tiene las facultades para nombrar a su reemplazo como se empeñó en vociferar.
Y es que Samuel García quería dejar a su secretario general de Gobierno como gobernador interino, arguyendo que tendría que ser un perfil cercano a MC quien se quede en su lugar, en virtud de que el pueblo de Nuevo León había votado por esta opción cuando lo eligieron a él. Aunque García tiene un punto, las leyes no le dan la razón.
Tal parece que el gobernador electo pasó de noche su doctorado en derecho constitucional, ya que la facultad de nombrar al interino en la situación en la que pretendía irse es, de acuerdo con la constitución estatal, del poder legislativo local y no del gobernador. Y peor aún, quien impulsó la nueva constitución que tienen en el estado del norte es, precisamente, Samuel García.
La insistencia de García por “respetar” la decisión del voto en la entidad tiene otras razones más allá de defender a la democracia, puesto que se metió en muchos enredos por querer imponer a Javier Navarro en su silla. Un gran lío en el que está y, del cual, veo muy difícil que Mariana Rodríguez lo pueda sacar, aunque ya veremos si, al menos, Rodríguez logra limpiar el embrollo en lo mediático (eso sí puede).
A raíz de toda esta situación, este fin de semana llegaron una serie de resoluciones del poder judicial, en las que, se mandataba que Orozco fuera el interino, en otras que Navarro lo sería y en otras que Samuel García no podía dejar su puesto, en tanto no existiera reemplazo. De igual forma, aunque se conminaba a considerar la preferencia electoral y el consenso, no se determinaba como regla.
Así, en unas cuantas horas, Nuevo León tuvo, al menos, tres gobernadores, dos interinos y el electo. El viernes nos fuimos a la cama con la noticia de que Samuel dejaría el puesto a las 11:59 pm para irse por la presidencia y, el sábado, despertamos con la novedad de que siempre no, que “reasumía” el cargo para no dejarles a sus opositores la gubernatura.
Samuel García arruinó su oportunidad para contender por la presidencia porque su compadre ya le había dicho “no es nuestro tiempo”. Incluso, el mismo Colosio declaró que quien debía elegir al interino era el congreso y anunciaba (de forma amable, diplomática y elegante) la evidente crisis de gobernabilidad que dejaba García.
Habrá que reflexionar en torno a lo que era más importante para Samuel ¿Contender por la presidencia o cubrir sus espaldas en la entidad? Porque se ha difundido en redes sociales que la Auditoría Superior del Estado de Nuevo León (ASENL) detectó que la administración de García no ha podido comprobar el uso de una cierta cantidad de recurso para el ejercicio de 2022.
Esto no es nuevo, ya que desde los primeros meses del año se publicó en diversos medios que la ASENL encontró ciertas irregularidades, sobre todo, relacionadas con los costos de proyectos de infraestructura, del empleo de recursos federales y de la adquisición de préstamos quirografarios.
Entonces, ¿será que ya se colgaron los tenis ‘fosfo, fosfo’? Ya veremos qué sigue en estos días, si Samuel se queda como gobernador o si es considerado como usurpador de funciones y debe esperar seis meses para regresar a la gubernatura. Lo que parece ser un hecho, es que no podrá contender para la silla presidencial en 2024, en virtud de que no cumpliría con los 6 meses de separación del cargo. ¿Hay otra salida?