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Georgina Rojas Flores

Una politóloga de la calle

AMLO acomoda las piezas de su juego para 2024

18/12/2023 08:34 a.m.

El sexenio de López Obrador se ha destacado por contar con una gran insistencia por controlar de manera descarada los organismos autónomos y los tres poderes de la unión. Asimismo, esta tendencia se ve en los estados en donde Morena es gobierno.

Si repasamos las propuestas de AMLO, podemos recordar aquella en las que quería eliminar al INE y al INAI y, ahora, regresa a buscar extinguir al INAI, a la COFECE y al IFT. En ese mismo sentido, se resalta la insistencia por dejarle el control de la seguridad, de la construcción de obras y de la administración de puertos o aeropuertos al aparato militar.

Todo esto que suena a algo típico de una dictadura y que nos recuerda a las épocas oscuras del marcado presidencialismo mexicano. Aquellas en donde el titular del ejecutivo controlaba no solo la administración pública, sino también lo que pasaba en el partido del cual formaba parte.

Esas viejas prácticas que la oposición quería arrancar de raíz. Esas acciones y decisiones que las mismas escisiones del PRI denunciaban, como es el caso del PRD. Más tarde, hay un rompimiento en el partido del sol azteca hasta llegar a lo que hoy conocemos como Morena.

Ya atestiguamos los intentos por controlar al INAI, en donde todavía se sigue esperando que el Senado nombre a las titularidades que hacen falta para completar el pleno de tal instituto. Igual, ya vivimos las pugnas por colocar figuras afines en el INE, al final de cuentas, quedó Taddei.

No en vano, estos últimos días, el INE ha sufrido momentos críticos en la llamada “herradura de la democracia”, puesto que hasta se llegó a romper el quorum para no discutir asuntos primordiales sobre la forma de operar del instituto. Puesto que tanto la Secretaría Ejecutiva como algunas unidades y direcciones cuentan con encargados de despacho, pero no con una titularidad avalada por la mayoría del Consejo General.

Como era de esperarse, a su llegada, Taddei intentó colocar a personalidades a fines no solo a ella, sino, en especial, a personas aprobadas por la 4T. Sin embargo, no se llegó a un acuerdo y se ha funcionado con personal encargado de despacho y pareciera que no tenía ninguna prisa por cambiar esa situación. Si bien es cierto que el INE sigue operando y cumpliendo con sus obligaciones, eso no significa que deba permanecer con encargados de despacho de manera indefinida.

Ahora bien, tenemos el nombramiento de la SCJN, después de la renuncia de Zaldívar, ya que, al ser rechazadas en el Senado las dos ternas que propuso el presidente con caras ligadas a Morena, pues se dejó vía libre para que AMLO decidiera sin ninguna oposición a qué ficha colocar en la Suprema Corte.

Es verdad que, dentro de las reglas democráticas establecidas en nuestro país, se contempla que el presidente tenga la facultad de nombrar a quien deba ocupar un lugar en la SCJN cuando sus ternas sean rechazadas en el poder legislativo, eso no se discute. 

Lo cuestionable son los perfiles presentados, a todas luces, gente cercana al presidente y, claramente, dejando una puerta abierta para la falta de consenso en la Cámara Alta, ante la negativa de la oposición y los votos que podría reunir el partido guinda. Todo arreglado para dejar en las manos del presidente lo necesario para hacer su jugada.

Se supone que la favorita era Bertha María Alcalde, quien es una incondicional del presidente, así como también se destacan sus fuertes lazos familiares con Morena. Pese a lo anterior, la seleccionada fue Lenia Batres, de igual forma, afín al movimiento. 

AMLO dice que su decisión final se dio a consecuencia de una reunión que tuvo con ambas aspirantes. Asimismo, asegura que la misma Bertha María Alcalde decidió hacerse a un lado para darle paso a Lenia Batres, puesto que consideraba que ella podría colaborar desde otro espacio. Así, el ejecutivo ya tiene una pieza más en uno de los poderes que debería ser un contrapeso. 

Además, tenemos la salida de Reyes Rodríguez Mondragón de la presidencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), aun cuando se sabe que él no quería renunciar, sin embargo, ante la alianza que formaron tres de sus colegas al exigir que dejara el cargo por pérdida de confianza, no le quedó otra salida.

Es curioso que antes del movimiento final, la magistrada Mónica Soto (una de las que pedía la renuncia de Reyes Rodríguez) se reuniera con el diputado Sergio Gutiérrez Luna de Morena. Ella dice que es una reunión normal con un representante de partido ante el INE para aclararle supuestas dudas acerca de lo que sucede en TEPJF.

Soto es quien sustituirá a Reyes Rodríguez Mondragón a partir del 1 de enero de 2024 en la presidencia del TEPJF, de nuevo, qué curiosidad. No obstante, Soto, a diferencia de Lenia Batres, sí cuenta con una carrera en el ámbito al que accedió, ya que tiene larga experiencia en lo electoral y en materia judicial, de lo último carece Batres. 

Ya veremos cómo sigue AMLO acomodando sus piezas ante la llegada inminente de las elecciones de 2024.





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