​Esta semana, el presidente Andrés Manuel López Obrador reanudó su propuesta de eliminar, al menos, diez de los órganos autónomos que hay en el país. Si bien dejó fuera a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), incluye en su lista negra a instituciones como el Instituto de Transparencia (INAI), el de Telecomunicaciones (IFT) y a la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE).

El mandatario federal no ha detallado la lista, pues, aunque ha dicho que contempla una decena de órganos autónomos, solo ha revelado tres. Este trío es de suma importancia, sin embargo, para AMLO estorban y no por la “onerosa” carga económica para su manutención, la cuestión va más allá. 

Especialistas y distintos gremios han manifestado que dar este paso implicaría un retroceso hacia el autoritarismo. Estas instituciones autónomas son un ingrediente esencial para el desarrollo de la democracia mexicana, pese a que el presidente no lo ve así. 

El titular del ejecutivo federal señala como inservible al IFT, ya que, entre otras cuestiones, según él, no le permite integrar internet a “bajo costo” en toda la República y, en especial, después de que se declarara que tal institución vigilaría con lupa a la CFE y sus tratos con Iberdrola.

Ahora bien, el Gobierno Federal se ha jactado de traer internet para la población a un costo accesible y sin tanta complicación con el servicio que brinda CFE. No obstante, si analizan el precio por GB que ofrece, podrán notar que otras compañías tienen un mejor paquete de datos por una tarifa, por mucho, inferior y con mayor estabilidad. 

En cuanto al INAI, el presidente, de nueva cuenta, afirma que solo es un gasto muy grande para el pueblo de México y, en forma irónica, rescata el último escándalo de tal institución, en el que el excomisionado Óscar Guerra utilizó una tarjeta institucional para pagar la cuenta en un centro nocturno. Por ello, los señala como un ente que alimenta y es parte de la corrupción.

Lo que AMLO no dice es que, aunque este acontecimiento sí sucedió, Guerra reintegró todo el dinero al erario del INAI. Aun cuando es cuestionable el hecho de que esto quedó en lo oscuro y no se ventiló hasta ahora, también hay que recordar que el excomisionado, que continuaba laborando en el INAI en otro espacio, tras el alboroto, renunció.

El presidente está muy preocupado por la corrupción, pero solo por aquella que se detecta en espacios no morenistas o fuera de su propio círculo personal. Cuando se trata de alguien de la 4T dice que lo engañaron o se rodeó de personas malas, como es el caso de SEGALMEX. Así como también, cuando se trata de sus hijos, mejor voltea a ver a otro lado y dice que son buenos, pese a que las pruebas demuestran lo contrario.

Es cierto que no todo va bien en los órganos autónomos, pero eso no significa que sea necesario eliminarlos y pasar sus labores a las instituciones del gobierno y centralizar, de nuevo, el poder y las decisiones en un solo sitio. De hecho, sería correcto revisarlos, reestructurarlos y hacerlos más eficientes, para lo cual, se requiere, de forma urgente, que sean de la ciudadanía y no de cuotas de poder y cuates de las facciones partidistas o del gobierno en turno.

Es esencial, para estos organismos, la consolidación de servicios profesionales de carrera transparentes que garanticen que cada integrante pasa por un proceso riguroso que comprueba la posesión de los conocimientos, las capacidades y la experiencia para desempeñarse en cada puesto.

La existencia del órgano autónomo no está mal, lo que es incorrecto es que los partidos políticos busquen repartirse los espacios en esas instituciones dejando de lado la especialización. Además, lo que, de igual forma, está mal es que el partido que ostente el poder quiera acaparar tales instituciones y controlarlas introduciendo a su gente afín.

Gran parte de las dificultades actuales de los órganos autónomos están ligadas a las acciones de la Cuarta Transformación y, por supuesto, de las decisiones que toma AMLO. Pues, les recorta el presupuesto a gran escala y el presidente busca tener a sus propios agentes en las posiciones directivas, con lo que les niega la autonomía. Aunado a ello, reciben ataques constantes desde la presidencia; asimismo, el gobierno de la 4T tiene pendientes diversas designaciones de tales instituciones, con lo cual, las dejan en condiciones precarias para operar.

Con la iniciativa que pretende presentar el presidente sobre las pensiones, cuando le preguntan de dónde vendrá el presupuesto, señala la austeridad republicana y que harán más recortes, entre los que incluyó el ahorro por la desaparición de los organismos autónomos. Empero, esto es claro que no alcanzaría, es más, Animal Político expone que el presupuesto del INAI es solo el 0.01 % de lo que requieren las pensiones. 

El presidente no busca velar por la democracia, la transparencia y el bienestar de la población mexicana, lo que quiere es la eliminación de los pesos y contrapesos que regulan el actuar político y permiten limitar las acciones autoritarias que busca imponer. Con ello, facilitaría los negocios de su clan.