​Hace unos días, la titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra, declaró que era necesario extinguir al órgano que dirige, puesto que considera que ya no responde a las necesidades del pueblo mexicano y, en su lugar, se debería de erigir la Defensoría Nacional de los Derechos del Pueblo.

Lo anterior es una muestra de cuán alineada está Piedra Ibarra a la 4T y, en especial, a López Obrador, ya que es costumbre de este gobierno el eliminar instituciones e instaurar nuevas que supuestamente pongan primero al pueblo o crear algunas otras, prácticamente, salidas de la manga. Al final, nos hemos dado cuenta de que son un fracaso para la población y un éxito para los bolsillos de las élites morenistas.

Ejemplo de ello es Seguridad Alimentaria Mexicana (SEGALMEX), pues ya se ha evidenciado la corrupción y el desfalco de la economía mexicana que operó desde este organismo descentralizado. Otro ejemplo más es el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) que, ante su total fracaso, muta para ser lo que hoy se conoce como el IMSS Bienestar y mientras seguimos esperando tener el sistema de salud mejor que Dinamarca, como prometió el presidente.

Se suma a la lista, por supuesto, el Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado (INDEP), donde la prensa ha identificado que se entregan contratos a empresas de dudosa reputación y que, además, se acomoda a la gente afín al gobierno y, claro, desde donde se envían regalos a la SEDENA. Así, la devolución para el pueblo es mera fachada.

Regresando al asunto de la CNDH, ya se sabía que Piedra Ibarra era allegada de López Obrador y que siempre defendería su actuar como el resto del funcionariado público colocado en sus puestos por las huestes morenistas. No obstante, ahora sale con que se requiere eliminar a la comisión que dirige porque no funciona, cuando esta ha decaído, precisamente, bajo su dirección.

Diversos grupos activistas llevan tiempo denunciando las arbitrariedades que ordena Piedra Ibarra. Ahora, subrayan la urgente necesidad de que ella y su equipo servil a la 4T salgan de la CNDH para que funcione y que no sea eliminada, como plantea ella para complacer a su jefe en el ejecutivo.

Hay que agregar a estas demandas lo que distintos países han opinado desde la ONU, en donde se han hecho señalamientos a la precaria labor no solo del gobierno, sino también del actuar de la CNDH. Esto, en cuanto refiere a las desapariciones de personas, a la persecución del periodismo, la intervención militar en la seguridad del país, la defensa de grupos vulnerables y, claro, en lo relacionado con la defensa de los derechos humanos.

En estos tiempos en que urge fortalecer a las instituciones como la CNDH, la 4T busca sumarla a aquellos órganos que el presidente quiere desaparecer. Recordemos que esto solo sería en favor de la élite gobernante de la 4T y en contra de la ciudadanía mexicana. Aunque AMLO catalogue a quienes pensamos así como adversarios neoliberales que están en su contra.