Es un hecho que Andrés Manuel López Obrador considera a la prensa como su enemiga o es así en la mayoría de los casos. Hemos visto al presidente que, para salir de un lío mediático, argumenta que algún medio o periodista es neoliberal, golpista y que está en contra de su gobierno. La verdad es que el titular del ejecutivo siempre considera a la prensa como adversa y ha hecho oídos sordos en lo que refiere a la peligrosidad para ejercer esta profesión en el país.
Ahora, en la última semana, se dio a conocer que existió una filtración de datos de las y los periodistas que acuden a cubrir sus “mañaneras”. Primero, se llegó a hablar de un hackeo y, luego, se aclaró que, más bien, fue una extracción ilegal, pero ¿Alguien de la 4T filtró al público estos datos?
Se explicó que, en realidad, se extrajo la información de una página de “preproducción” a través de la cuenta de un extrabajador, con lo cual se vulneraron los datos de 263 periodistas como, por ejemplo, sus direcciones, sus documentos de identidad, número de teléfono, su CURP o pasaportes.
Además, hay que resaltar que fue la misma prensa que alertó a Presidencia, puesto que comenzaron a ver sus datos exhibidos en la red, es decir, el propio gobierno no se había dado cuenta, en virtud de que el sistema no lo identificó como una vulneración, ya que se entró de forma correcta con usuario y contraseña. Lo problemático es que tales credenciales son de alguien que ya no trabaja para el gobierno.
Asimismo, se especificó que el ingreso se dio con IP de España, aunque, claro, no podemos olvidar que esto puede ser engañoso, puesto que por medio de una VPN se podrían transmitir datos de manera segura y anónima, pues pueden ocultar la IP e, incluso, se utilizan para mostrar una de otro país.
Traigo esto a la mesa de discusión debido a que, cuando se documenta algo relacionado con las agresiones a la prensa o sobre hackeo de datos, el presidente suele decir que son grupos extranjeros neoliberales que están en su contra. Así que no podemos tener la seguridad de que esto sucedió desde España.
Es frecuente que la gente emplee esta herramienta para tener acceso a la variedad del catálogo de una plataforma de streaming que esté disponible en otro país diferente al suyo. Aunque, de igual manera, se suele hacer uso de tal dispositivo para, precisamente, ocultar la identidad digital, por ejemplo, en casos del periodismo, más que nada, por seguridad. No obstante, puede usarse una VPN para cometer algún acto fuera de la legalidad, como en este caso.
Volviendo a lo referente a las credenciales que se dieron para tener acceso a la plataforma de “preproducción”, se debe resaltar que, como señala Leopoldo Maldonado, es una negligencia del gobierno porque no cuenta con protocolos mínimos en lo que refiere al alta y baja de este tipo de credenciales.
Por un lado, hay que destacar que el INAI está llevando a cabo una investigación en referencia a este suceso y, por otro, la secretaria de Gobernación ya anunció que se presentaría una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR), de hecho, se supone que ya tienen el caso en sus manos.
Mientras tanto, el gobierno tendría que informar a las personas implicadas cuáles datos fueron vulnerados y qué medidas de corrección se emplearán al respecto, así como también tendrían que ofrecer el ingreso a un mecanismo de protección.
Pese a lo anterior, según explicaba Maldonado, el grupo de periodistas que se había acercado a Artículo 19, solo reportaba que ofrecieron incorporarse a la protección, pero no tenían un informe concreto acerca de los datos personales comprometidos y tampoco les mencionaron nada acerca de las acciones correctivas.
Con ello, podemos ver la manera improvisada en que el gobierno morenista atiende esta vulneración, así como también se nota la relevancia que se le da a la prensa. Todo indica que López Obrador minimiza el hecho y que considera que son sus enemigos actuando en su contra, ya que estima que es un asunto político.
Aunque sus especulaciones fueran ciertas, el presidente no asume la responsabilidad que su administración tiene en sus manos ni acepta sus errores. Aunado a ello, no se pueden pasar por alto las confusiones tanto del vocero del gobierno de México como de la titular de la Secretaría de Gobernación, al momento de brindar información al respecto de lo sucedido. Se tenía que apagar el “incendio” y lo hicieron de la peor manera.
Esto se da en el contexto, por un lado, del ataque con fuego al vehículo de la periodista Yolanda Caballero en Tijuana, luego de que denunciara a la alcaldesa de tal municipio por ponerla en una situación vulnerable.
Y, por otro lado, de la publicación de que una de las campañas del presidente fue financiada por el narcotráfico, cuestión que AMLO niega categóricamente, pese a las consideraciones que ha tenido en público con este y pese a su política de “abrazos, no balazos”.