Esta última semana se han registrado más de cien incendios forestales en, al menos, 20 estados de la República Mexicana. Entre las entidades más afectadas se encuentra el Estado de México, Morelos y Veracruz, sin embargo, otras también reportan graves daños.
Además, hay que puntualizar que muchos de estos incendios fueron difíciles de controlar e, incluso, algunos de ellos pasaron varios días extendiéndose. La ayuda de la población solidaria no se hizo esperar y se veía en diferentes sitios colectas que pudieran apoyar con materiales y recursos a los equipos de brigadistas que arriesgaban su vida con tal de apagar los incendios.
Se hizo viral en redes sociales que la ‘influencer’ Karely Ruiz llevó un par de camiones llenos de donaciones para contribuir a la mitigación de los incendios en la entidad veracruzana. Aunque la movilización de apoyo tanto humano como material comenzó a fluir, el gran ausente en la zona de desastre fue el gobernador del estado, Cuitláhuac García.
El titular del poder ejecutivo estatal fue cuestionado acerca de las medidas para controlar los incendios y mencionó que se encontraba trabajando de forma incansable día y noche en la capital del estado para atender la situación. Cuando le increparon que trabajaba “desde lejos” y que no se había aparecido por las zonas afectadas, él continuó con su discurso, haciendo caso omiso al comentario.
En una actitud similar, la gobernadora del Estado de México ha publicado que cuenta con diversas mesas de trabajo para atender los incendios en su demarcación. Pese a los esfuerzos de gabinete de ambos mandatarios, el fuego en sus entidades fue muy agresivo y difícil de controlar.
La gente se ha quejado de que no le han visto ni la sombra a Cuitláhuac García y que han recibido más apoyo de particulares que del propio gobierno estatal. Ahora bien, hay que destacar que sí se requiere que un gobernador organice las tareas desde el escritorio, pues es la cabeza del gobierno estatal. Sin embargo, siempre hacen falta las muestras de solidaridad, de preocupación y, sobre todo, de responsabilidad, como el hecho de acudir a la zona de devastación.
Tal parece ser que el gobernador veracruzano le aprende bastante bien a su maestro y defensor, Andrés Manuel López Obrador, pues, así como el presidente de la República no acudió a Acapulco después del huracán “Otis”, Cuitláhuac García es el gran ausente en los incendios. Dar la cara a la población es algo que no está dentro de las prioridades de la Cuarta Transformación.
Es un hecho que la mayoría de los incendios en el país son consecuencia de actos de descuido o, de alguna manera, por la mano de la humanidad. En esta ocasión, se reporta un porcentaje significativo de incendios provocados, pero la cifra se eleva en los rubros siguientes: descuidos, fumadores de cigarro, actividad agrícola y, en general, actividad humana.
Claro, el gobierno morenista ya salió a decir que son incendios provocados y, como para todo lo que les resulta mal, la explicación siempre es el “sabotaje”, la oposición neoliberal orquesta planes para arruinar las acciones de la 4T. Aunque todavía no queda claro el origen de estos incendios, se sabe que la temporada de sequía siempre es de alerta para este tipo de incidentes, no solo por la fácil propagación, sino también por la carencia de agua para sofocar incendios.
En este gobierno se redujeron los recursos para la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) de forma estrepitosa y, prácticamente, se dejó al país sin los recursos del Fideicomiso del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) para hacer frente a las inclemencias de la naturaleza.
Así, es verdad que ni Cuitláhuac ni López Obrador fueron a incendiar los bosques, pero es la responsabilidad del gobierno contar con herramientas para hacer frente a este tipo de desastres. Pese a ello, esto es algo con lo que no se cuenta a consecuencia del establecimiento de las prioridades de la Cuarta Transformación, ya que se enfocó en obras “insignia” las cuales, han salido muy caras no solo en cuestión monetaria, sino también en recursos naturales y en vidas humanas.
Mientras se construyen esas grandes obras que son inauguradas sin estar terminadas, pues nos quedamos esperando el sistema de salud de Dinamarca, permanecemos a la espera de un mejor sistema educativo y seguimos aguardando por mejores condiciones laborales.
Las regiones boscosas de México arden por el fuego y la ciudadanía arde por las condiciones en las que el país se encuentra, arde por sed de justicia, de libertad, de seguridad y de salud. Muestra de ello es el linchamiento en Taxco ante el secuestro y feminicidio de Camila de 8 años, mientras las autoridades siguen sin dar la cara en Guerrero y en el resto del país.