Este martes se llevó a cabo una marcha en la ciudad de Xalapa para “defender” a la candidata a la gubernatura por MORENA, Rocío Nahle. En esta movilización acusan que la zacatecana es víctima de violencia política en razón de género, tras las denuncias en redes acerca de su presunto enriquecimiento ilícito, lo cual, se ve reflejado en la posesión de propiedades millonarias.
La cuestión es que se quiso hacer pasar esta manifestación como una muestra de apoyo de la ciudadanía hacia Nahle y, sobre todo, como parte de los dispositivos de las feministas en el estado, lo cual, a todas luces, es mentira. De entrada, con anterioridad, habían circulado en redes sociales diversas capturas de pantalla en donde se convocaba al funcionariado público a acudir a tal marcha.
Luego, ese día, se vio el acarreo desde distintos puntos de la entidad. Además, se contaba con una organización que parecía provenir desde las instituciones gubernamentales morenistas, puesto que hasta con playeras contaban. Con ello, se sabe que de improvisado, genuino, espontáneo y ciudadano no tenía nada.
Asimismo, destaca que se vieron a algunas mujeres con playeras que hacían alusión a pertenecer a la colectiva feminista Brujas del mar. Incluso, una mujer salió a pronunciarse como representante de la colectiva, sin embargo, tanto en redes sociales, como en otros medios, Brujas del mar ha desmentido que apoyaran la movilización.
De igual forma, en redes sociales se exhibió que la persona que se dijo ser parte de la colectiva, en realidad, era una trabajadora de una institución gubernamental perteneciente a MORENA. Con esto, se les cae el teatro a los morenistas.
La investigadora y activista feminista Mónica Mendoza ha compartido en redes sociales un video en el que pone en evidencia todo esto y también está verificado por varios medios de comunicación. Además, ella señala que hasta se vio el supuesto respaldo del Instituto Veracruzano de las Mujeres (IVM) con su supuesto Consejo Consultivo, órgano que ha estado ausente en las luchas de las mujeres y que reaparece, ahora, para alzar la voz por Nahle.
Mendoza también aclara que el Consejo Consultivo en cuestión no tendría que ostentarse de tal forma, toda vez que es un órgano que ha caducado, ya que tiene años que tendría que haberse renovado, lo cual, no ha sucedido en el gobierno de Cuitláhuac García.
Es triste e indignante que nos quieran engañar de esta manera, pretendiendo que una movilización es ciudadana y, sobre todo, que es feminista, cuando, la realidad es otra. Las feministas han luchado por el reconocimiento de nuestros derechos y por la justicia en crímenes contra las mujeres, como para que vengan a querer utilizarlas en esto.
Es primordial entender que el escándalo de las propiedades de Rocío Nahle que están ligando a actos de corrupción por el elevado costo de estas y, pues porque las cuentas no salen, no es violencia política contra las mujeres en razón de género, son denuncias de corrupción.
Este tipo de violencia está definida en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en su artículo 20 Bis, en donde se señala que:
Es toda acción u omisión, incluida la tolerancia, basada en elementos de género y ejercida dentro de la esfera pública o privada, que tenga por objeto o resultado limitar, anular o menoscabar el ejercicio efectivo de los derechos políticos y electorales de una o varias mujeres, el acceso al pleno ejercicio de las atribuciones inherentes a su cargo, labor o actividad, el libre desarrollo de la función pública, la toma de decisiones, la libertad de organización, así como el acceso y ejercicio a las prerrogativas, tratándose de precandidaturas, candidaturas, funciones o cargos públicos del mismo tipo.
Se entenderá que las acciones u omisiones se basan en elementos de género, cuando se dirijan a una mujer por su condición de mujer; le afecten desproporcionadamente o tengan un impacto diferenciado en ella.
Ante esta definición, es evidente que Nahle no sufre este tipo de violencia. Las acusaciones por presunta corrupción y las denuncias de sus mansiones millonarias no se hacen porque sea una mujer, ni para menoscabar sus derechos políticos y electorales o para impedirle ejercer un cargo público; sino se hacen en virtud de que, como parte del funcionariado público (ya que ella era secretaria de energía), sin importar si se es hombre o mujer, los números no cuadran.
Y no, #NoTodasSomosRocío porque eso implicaría ser cómplices de la corrupción y de la ineficiencia; no todas somos Rocío porque eso significaría utilizar el nombre de un movimiento y de una colectiva, engañando a la ciudadanía; no todas somos Rocío porque no todas tenemos una casa blanca que asemeja a la casa gris del hijo de AMLO.