​A una semana de las elecciones más grandes de la historia en México, ya se empieza a ver cómo estará el panorama político para los siguientes años. MORENA y sus aliados arrasaron desde la presidencia de la República, hasta diputaciones locales y federales, senadurías y gubernaturas. 

Muchas personas se preguntan cómo pudo pasar esto, asimismo, algunas aseveran que tenían la seguridad de que la multitud que se vio en las casillas era con el objetivo de sacar a MORENA del poder y; otras más, afirman que no conocen a nadie que haya votado por las opciones de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Pese a esto, es un hecho que la diferencia es difícil de rebatir. ¿Qué fue lo que pasó?

No se puede negar que existieron diversas anomalías durante la jornada electoral, ya que, si hacemos un recuento, podemos enlistar varias. Como, por ejemplo, que las casillas abrieron tarde, falta de parte del material electoral, actos de violencia, el acarreo o la manipulación de los votantes, los aparentes errores del PREP y la tardanza de los resultados del conteo rápido, entre otras cuestiones. Sin embargo, al parecer, la suma de estos elementos (que se han considerado aislados) no explican el tamaño de tal victoria.

Se puede discutir la posibilidad de un fraude electoral o de la comisión de delitos en esta materia, pero esto no le dio contundencia a la elección. Todo indica que MORENA encontró la vía legal para obtener los votos que necesitaba o, al menos, así lo hizo parecer. ¿A qué me refiero con esto?

Primero, hay que puntualizar la eficiencia que le representó a este partido el contar con los diversos programas sociales emblemáticos de AMLO. Gran parte de las personas beneficiarias decidieron votar por la continuidad, pensando en sus apoyos.

Segundo, también está ese sector de la población que se cansó de los gobiernos pasados y, aunque, los actuales de color guinda tampoco han entregado los resultados esperados, decidieron darles un nuevo voto de confianza, pero ahora con “carro completo”, para que no haya obstáculos.

Esto, en virtud de que el titular del ejecutivo siempre le ha echado la culpa de sus derrotas a las administraciones pasadas. De igual forma, no hay que olvidar que el mismo López Obrador alzó como eslogan el “cinco de cinco”, lo cual, se extendió por todo el país. 

Ante estos resultados, es difícil comprobar un fraude, pero hay que admitir que fue una contienda sin equidad. Lo anterior, debido a que el oficialismo tenía metidas las manos en las campañas, en los apoyos y, en general, en la mecánica de la elección, incluso hasta en el mismo INE con Guadalupe Taddei al frente. 

Tercero, hay que resaltar que cada individuo vive en un círculo muy acotado y me refiero a que, el hecho de que no conozcamos a alguien que haya votado distinto a nosotros, no implica que no haya sucedido. Necesitamos un poco de realidad, somos millones de cabezas. ¿Esto significa que el resultado es el mejor? No precisamente, ya que, de hecho, las democracias pueden encumbrar a liderazgos autocráticos, incluso, en rostros ajenos.

Todavía está la posibilidad de argumentar fraude electoral, al menos es lo que ha anunciado el presidente del PAN, Marko Cortés; empero, Xóchitl Gálvez ya regresa al Senado y hasta felicitó a Sheinbaum. Aunado a ello, que no se nos pase que tanto Cortés como ‘Alito’ Moreno, prácticamente, ya tienen sus espacios asegurados.

El tema que ahora está en discusión es la sobrerrepresentación de MORENA en la Cámara de Diputados. En una mañanera de AMLO, Luisa María Alcalde, secretaria de gobernación, presentó un estimado del número de escaños que tendría cada partido político y, hasta ahora, la proyección es una mayoría calificada para MORENA y sus aliados, lo cual, se traduciría en un control total de esa cámara.

Si bien es un hecho que MORENA, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) votarían en bloque cada propuesta en el poder legislativo. El punto medular está en que la propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) indica, en su artículo 54, que ningún partido tendrá más de 300 diputados como resultado del principio de mayoría relativa y el de representación proporcional. 

Así es, la Carta Magna hace referencia a un partido, no a una coalición. Este es el supuesto del que estaríamos hablando porque, en efecto, juntos MORENA, PT y PVEM superarían esa cifra, pero de forma individual no. En ese mismo sentido, el reglamento de elecciones del INE, para lo que refiere a la asignación de diputaciones federales, también hace referencia a partidos y no a coaliciones. 

Para efectos prácticos, el oficialismo tendría más de 300 diputaciones y estaría sobrerrepresentado y, en estricto sentido, no violaría la ley si es que nos apegamos a lo anterior. Lorenzo Córdova, expresidente del INE, asegura que, de seguir por este camino, se estaría haciendo una interpretación inadecuada de la ley, sin embargo, es una lección que nos deja el proceso electoral.

Por lo pronto, ya se ven los primeros efectos tras la elección presidencial de México, ya que los mercados internacionales han reaccionado.  La idea del control total de MORENA en la Cámara de Diputados no se ha visto con buenos ojos; en especial porque AMLO ha adelantado que, antes de salir, impulsará las reformas que le fueron negadas en su sexenio, pero ahora con mayoría de curules.