​Tras la jornada histórica que vivió México el 2 de junio, quedó todavía un gran trabajo que debían realizar los órganos electorales, tanto el INE, como aquellos que corresponden a las entidades. Así, poco a poco se han ido confirmando los resultados y, con ello, se han dejado venir las advertencias de impugnaciones. 

Asimismo, después de cumplir con tal compromiso, al interior de los partidos de oposición ya se está pensando en lo que queda. Por ejemplo, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) está en el proceso de aceptar que ha perdido su registro a nivel nacional; pues su dirigencia aún guardaba la esperanza de impugnar la elección, pese a que esto no sería suficiente para que el instituto político sobreviviera.

Tanto en el Partido Acción Nacional (PAN) como en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) les piden cuentas a sus dirigentes, en específico, a Marko Cortés y a ‘Alito’ Moreno, respectivamente. Y es que fue evidente que estos dos personajes estaban más preocupados por asegurar un escaño político para sí mismos que por el triunfo electoral de Xóchitl Gálvez y del resto de candidaturas en todo el país.

Después de la última derrota en las urnas, en ambos partidos se considera que es necesario que cambien sus respectivas dirigencias. De hecho, ya existe el reclamo de que tanto ‘Alito’ como Cortés deberían de renunciar ante el fracaso electoral. Si bien no son los únicos responsables de haber perdido ante MORENA, en gran medida entregaron su aporte para ello.

Algo que tienen en común ambos dirigentes es que por nada del mundo querían dejar la presidencia de su partido. Es más, me atrevería a decir que estarían interesados en buscar los mecanismos para continuar en su posición, cuestión que no se duda de Moreno, ya que se sabe que intenta permanecer en la cumbre, pese a que sus correligionarios ya le exigen irse.

En la casa blanquiazul, le demandan a Marko Cortés que se rompa la alianza con el PRI, puesto que trajo consigo resultados desastrosos, no obstante, es poco probable que aun sin esa unión, el PAN hubiera obtenido mejores resultados que los que ya conocemos. 

Es claro que ni Cortés ni Moreno son los primeros líderes en apuntarse en las listas de Representación Proporcional. Sin embargo, es aquí donde también hay que reflexionar en torno a qué tan conveniente es que quienes ostentan las presidencias de los comités de los partidos tengan ese acceso casi seguro a un puesto político, aunque los resultados de su gestión sean cuestionables.

¿Un dirigente de partido tendría que concentrarse solo en las labores que son inherentes a su puesto al interior de su organización? O, en cambio, ¿también debería tener esa oportunidad de asegurar un escaño en el poder legislativo? Con esto último, incluso perdiendo, ellos salen ganando. 

En el caso de Marko Cortés, no podemos pasar por alto las diferencias que ha tenido con Xóchitl Gálvez y que, pese a que se ha disculpado por las “formas” y no por el “fondo”, es un hecho de que no tienen la misma visión y permanece la incapacidad de presentar un frente unido y autocrítico.

Gálvez ha reconocido que Sheinbaum ganó la elección, empero, de igual forma, resalta que las manos del presidente siempre estuvieron bien metidas, que existieron inequidades, que no había una cancha pareja e, incluso, que existía la intromisión de la delincuencia organizada. Todo esto no se puede negar, sin embargo, la excandidata presidencial reconoce que una nulidad de elección es, prácticamente, imposible.

Así, Xóchitl espera evidenciar los actos ilegales del presidente, Andrés Manuel López Obrador, y busca que se le castigue, pero no pretende revertir el resultado electoral. Esto último es lo que está exigiendo Cortés y pierde de vista que ese no es el camino.

¿Será que ‘Alito’ y Marko soltarán el poder en sus partidos políticos o preferirán hundirlos? Ya veremos en un par de meses las decisiones que tomarán estos líderes, claro siempre pensando de forma individual como es su costumbre.