Hace unos días, el presidente anunció que presentaría una iniciativa ante el Congreso para ordenar que la Guardia Nacional (GN) pase a formar parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA). Esta noticia conmocionó a los partidos de oposición, a organizaciones internacionales, especialistas y a la opinión pública. ¿Esto es una solución adecuada ante la inseguridad y la delincuencia en el país?
Primero, hay que recordar que cuando AMLO creó a la GN lo hizo con el fin de abatir la corrupción en las corporaciones policiales que estimaba conservaban muchos vicios, por lo cual, ideó un nuevo cuerpo de seguridad que dejara atrás todo lo negativo y actuara conforme a las leyes, asimismo, decía que sería una fuerza totalmente civil.
Pese a lo anterior, en 2020 Animal Político publicó un reportaje sobre la composición de la GN y, en este, se exhibía que gran parte de quienes la integraban eran activos transferidos desde el ejército y la marina, con un mínimo porcentaje de personal transferido desde la extinta Policía Federal. Entonces, se podría decir que no eran personas nuevas y, en su mayoría, no eran civiles.
Se supone que esta composición se debía a que: 1) estaba contemplado que la GN contara con personal castrense durante cierto periodo en lo que se reclutaba a elementos civiles, y 2) que el mismo ejército tendría actividades de seguridad pública y colaboraría con la GN durante cinco años para dar tiempo a que esta última se fortaleciera y ya pudiera desempeñar sus atribuciones.
Esto, nos hace preguntarnos, si la Guardia Nacional va a pasar a manos de la SEDENA ¿Qué caso tenía su creación como un supuesto aparato civil? Aunque, de hecho, en la realidad, es una institución con fachada civil, pero interiores militares, ya que, por un lado, es dirigida por un ex militar y, por otro, está compuesta por militares y sus operaciones tienen todo ese estilo. Entonces, ¿la propuesta del presidente solo llegaría a formalizar lo que ya sucede?
La mayoría de las notas en la prensa exponen una preocupación por parte de diversos actores políticos y sociales y de organizaciones tanto nacionales como internacionales acerca de este tema, pues señalan que esto sería una militarización del país y su seguridad, lo cual, consideran traería consigo muchas problemáticas. Por ejemplo, Amnistía Internacional indica que hay señales de que el uso de la milicia coincide con el incremento de la violencia en el país, asimismo, afirma que una encuesta de 2016 expone que la mayoría de las personas detenidas por estas fuerzas han denunciado que sufrieron de tortura u otros malos tratos.
Por su parte, la oposición subraya que este cambio sería una herramienta para que el presidente se perpetúe en el poder o para un golpe de estado. Aunado a ello, hay que agregar que le llaman a respetar la constitución y las decisiones del colegiado en donde no hay solo representación de su partido sino de otros más, debido a su anuncio de que, si el Congreso no aprueba esta medida, lo haría por decreto.
Viri Ríos, al contrario de muchas personas, postula que la idea de militarizar ya no parece ser opcional, sobre todo, después de lo acontecido en el norte y en el Bajío del país, puesto que es una muestra de que un cuerpo policial civil no puede enfrentar al crimen organizado. Por esto, ella considera que la única respuesta factible es el ejército, en tanto se fortalecen las policías estatales. No obstante, con una afirmación similar se erigió la GN y tal fortaleza no ha llegado.
Esta periodista también asevera que en la 4T los puestos relevantes concernientes a la seguridad se han convertido en un botín para aspiraciones políticas superiores, sin embargo, ¿Qué puesto no se convierte en ese trampolín en la 4T? Basta con mirar el ejemplo de quien sale de la Secretaría de Educación Pública, empero, ¿Esto es exclusivo de MORENA? Creo que no, pues ya se ha visto en el pasado con distintos partidos políticos.
La Encuesta Nacional de Seguridad Pública del segundo trimestre del año realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) advierte que, en efecto, gran parte de la población no confía en la policía estatal o municipal y no piensa que su desempeño sea efectivo. Del mismo modo, apunta que la mayoría de las personas se siente insegura al estar en diversos espacios públicos. Y, aunque, la mayoría opina que la intervención del ejército y de la marina es efectiva y confían en estos, hay que resaltar que su porcentaje de confianza disminuyó de marzo a junio de 2022.
Hay información por ambas vías, por un lado, el alto nivel de confianza que siente la población por las instituciones militares y, por otro, la experiencia de la militarización en otros países y los resultados obtenidos con la intervención de estos cuerpos hasta ahora. ¿Migrar la Guardia Nacional a la SEDENA solucionará los problemas de corrupción y falta de efectividad en lo que refiere a seguridad pública?