La nueva secretaria de educación, Leticia Ramírez, está en boca de todos, después de mostrar que desconoce del todo el nuevo modelo educativo que la 4T está intentando implementar en el país y, con ello, hizo famosa la frase “no podría contestar eso”, sin embargo, esto no fue lo único desafortunado de su entrevista con Danielle Dithurbide.
En esa misma conversación, la periodista le cuestiona acerca del rezago educativo a consecuencia de la pandemia y Ramírez le responde que “se tendrá que ir midiendo, vamos viendo…”, es decir, aún no tiene cifras que puedan indicar la magnitud de los efectos de la pandemia en la educación en el país. Esto significa que entrando en funciones no cuenta con un diagnóstico que le permita desempeñarse de la mejor manera o, en su defecto, de existir, ella lo desconoce.
Al no estar en posibilidades de proporcionar información al respecto de este tema, la profesional del medio de comunicación le preguntó si saben cuántos estudiantes ya no regresaron a este nuevo ciclo escolar y, del mismo modo, la secretaria no tiene idea, puesto que aseveró que se tendría que ir midiendo y que el dato exacto lo conocerán hasta octubre.
Si bien es cierto que el ciclo escolar apenas está comenzando y que, probablemente, sería muy pronto para tener sistematizados estos datos, también es cierto que distintas organizaciones que se enfocan en el tema educativo ya cuentan con sus propias estimaciones, entonces ¿Por qué la secretaria de educación desconoce el alcance de la deserción escolar tras la pandemia?
Cuando llegó el momento en que la periodista le pidió que ejemplificara de manera real cómo los niños aprenderían las matemáticas con este nuevo modelo educativo, seguido de una pausa de unos segundos y de titubeos, la profesora Ramírez dijo “no podría contestar eso”. ¿Cómo le vamos a preguntar a la secretaria de educación sobre el nuevo modelo educativo que se pretende implementar? Y más, cuando recién está entrando, los seguidores de la 4T califican esto como un pecado. Otros más, comentan en redes que solo falló en esta interrogante y que el resto las respondió correctamente.
De hecho, aunque la secretaria contestó adecuadamente a varios de los cuestionamientos que se le hicieron, la realidad es que en algunas ocasiones titubeó un poco y, en otras, se hizo patente su total desconocimiento no solo de ella sino de la propia institución que tiene a su cargo. Lo anterior, debido a que a pesar de que su labor no es recolectar datos de la deserción escolar o del rezago educativo de forma directa, pues sí son cuestiones que la Secretaría de Educación Pública (SEP) tendría que manejar y, a su vez, proporcionarlas a su propia secretaria.
Así, esto muestra con claridad que todo el aparato encargado de la educación en México está de cabeza y no es una situación exclusiva del nombramiento emergente de Ramírez, sino que ella llega a poner la cereza al pastel a todo el problema que se ha arrastrado desde que inició este sexenio y que, por supuesto, tiene sus raíces en administraciones pasadas, no obstante, no es excusa para únicamente echar culpas a “los neoliberales conservadores de la mafia del poder” como siempre canta nuestro presidente, sino que se requiere actuar.
Hay tanta exigencia para con quienes están frente a grupo, pero no se ve que se busque la misma calidad y rigurosidad con las personas que se supone que deben dirigir y aplicar las políticas públicas supuestamente esbozadas desde las entrañas de la cuarta transformación, lo cual, en este caso se hizo evidente.
Además, queda en el aire la duda sobre quién sugirió que sería buena idea que la secretaria, a tan pocos días de haber asumido el cargo, diera una entrevista a nivel nacional en la que se le cuestionara temas medulares de las condiciones y los retos que enfrenta la educación en el país y, sobre todo, acerca del nuevo modelo educativo. ¿Quién pensó que iba preparada para ello?
Es evidente que en la SEP les esperan largas jornadas de trabajo para enfrentar sí los efectos de la pandemia, pero, igualmente, para contrarrestar las consecuencias de la ineficiencia y la precariedad del sistema educativo que se han acarreado por años y han sido alimentadas de manera rebosante por las ideas de AMLO.
La entrevista se vino a sumar al CV de Leticia Ramírez, lo cual, le está jugando en contra, ya que los reclamos de las semanas pasadas estaban basados en todos los requisitos que le solicitaban al magisterio no solo para ingresar al servicio, sino para obtener una promoción en comparación con lo que era necesario en la vida real para ocupar el puesto de secretaria de educación. De por sí, la gente involucrada con la educación no estaba contenta con Delfina, ahora menos con Ramírez. Hay que recordar que no es suficiente ser honestos como nuestro gobernador para desempeñar un cargo de tal envergadura.