Hace algunos días compartí una reflexión acerca de los pros y los contra de la incorporación de la Guardia Nacional (GN) a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA). Esta medida que personajes políticos y especialistas estimaron que era una vía para militarizar al país de manera formal y por más tiempo. La verdad es que la forma en que todo se planteó no dejaba otra salida más que llegar a esa conclusión. Pues bien, el tema ha marchado en una dirección más drástica.
El presidente de la República fue criticado porque cuando estaban en el poder tanto Calderón como Peña Nieto, AMLO reprochó la intromisión del ejército en las cuestiones de seguridad del país. Y, aun así, ahora lanzaba su propuesta de integrar a la GN con los cuerpos castrenses, la cual, fue aprobada por MORENA y sus aliados.
Además, salió a decir que, en efecto, ya cambió de opinión al respecto de la intervención de las fuerzas armadas en temas de seguridad a consecuencia del país que le habían entregado las pasadas administraciones. Esto no sorprende en virtud de que se ha esbozado la famosa frase “siempre hay un tuit”, puesto que para todo lo que dice AMLO hoy, su AMLO del pasado lo contradice y sus seguidores en aquel tiempo lo apoyaban y hoy también.
Lo grave no es que cambie de opinión, ya que, en muchas ocasiones, es válido hacerlo al ver las circunstancias, sin embargo, lo delicado son las consecuencias que sus cambios de parecer traen consigo, debido a que no son temáticas sencillas para tratar e incluyen el bienestar de todo el país, no de un solo individuo. Ya no cabe lamentarse, puesto que esta iniciativa pasó, pero aquí va el giro que ha dado.
Sorpresivamente, aunque el PRI votó en contra de incluir a la GN en la SEDENA, luego, una de sus diputadas presentó una iniciativa para que el ejército siguiera interviniendo hasta marzo de 2028 y no hasta 2024, como había previsto AMLO. La opinión pública ha calificado esto como el resurgimiento del PRIMOR (unión del PRI con MORENA) y que sería el principio del rompimiento de la alianza entre el PAN, el PRD y el PRI.
El renacimiento de este romance del PRIMOR se da en un contexto en el que toda la caballería de MORENA se estaba volcando contra Alejandro Moreno, presidente del PRI, mejor conocido como “Alito”. Y, de repente, ante el apoyo fortuito por parte del PRI en la Cámara de Diputados para dejar al ejército en las calles, todo indica que esas voces contra “Alito” se han ido apagando, a pesar de que las acusaciones eran cosa seria.
No hay felicidad absoluta en el seno del PRI, ya que, todo indica que, hay un rompimiento interno, pues, aunque los diputados federales priístas aprobaron esta última iniciativa, en el Senado de la República la bancada de este partido afirma que no va a apoyarla. Además, de que aseveran que nunca les hicieron saber el contenido de la propuesta ni que se iba a presentar ¿Será cierto? Ya veremos cómo avanza la situación y si votarán en contra porque de ser así, la propuesta no pasaría.
Hay que recordar que la fuerza morenista no termina ahí, pues se sabe que incluso en organismos que debieran ser autónomos están metidas las manos de AMLO, bueno, en aquellos donde pudo. No hay que pasar por alto que con ciertos órganos de este tipo tiene su batalla en curso, la cual, en algunos periodos se intensifica y, en otros, hay pausas para enfocarse en otros temas apremiantes.
En ese sentido, destaca el apoyo que desde la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) le brindan al presidente de extracción morenista. Debido a que hace un par de días dicha comisión publicó un posicionamiento en el que señaló que no se promoverá ningún acto de inconstitucionalidad referente a la integración de la GN a la SEDENA porque las condiciones del país ameritan tal intervención.
Lo problemático es que este pronunciamiento llega sin una consulta previa al Consejo Consultivo y, sobre todo, cuando sus integrantes ya habían sugerido a la presidenta de la CNDH que se presentara una acción de inconstitucionalidad para detener el paso de la iniciativa, lo cual, es obvio que ignoró o desechó. Claro, la titular de este ente es, nada más y nada menos, que Rosario Piedra Ibarra, conocida simpatizante de MORENA y que, de hecho, fue candidata por este partido, así que su nombramiento carece de imparcialidad y le niega la autonomía a este organismo defensor de los derechos humanos.
De nuevo, se hacen presentes estas antiguas prácticas del viejo PRI que se daban desde las épocas del partido hegemónico en México y que se están reviviendo con MORENA aplicadas por la mano del mismo AMLO y su séquito de personas en el servicio público. Esas que criticaban tales hechos que hoy llevan a cabo también. Así que, ¿Habrá fusión formal del PRI y de MORENA? ¿Se consolidará de manera pública el PRIMOR? Porque es una realidad que MORENA es más de lo mismo.