El domingo 13 de noviembre las redes sociales se engalanaron, por un lado, con felicitaciones para Andrés Manuel López Obrador por su cumpleaños y, por otro, con imágenes, videos y reclamos sobre la marcha “en defensa del INE”. Esta movilización se convocó en la Ciudad de México, pero, de igual forma, en diversas ciudades de la República Mexicana se replicó el ejercicio.
La marcha tenía como objetivo mostrar que la ciudadanía defiende al INE y está en contra de la reforma electoral propuesta por el presidente. Mucho se ha dicho que su origen provenía del ala conservadora y la oposición, es decir, que se gestó en los partidos del PRI y PAN a la cabeza y, de forma secundaria, en el PRD y Movimiento Ciudadano, en conjunto con otras organizaciones de la sociedad civil.
Si bien es cierto que muchos personajes de la política nacional se vieron caminando con sus lonas, pancartas y su distintiva playera rosa o blanca. Esto no significa que, exclusivamente, las cúpulas partidistas manejaran la organización de este acontecimiento. Mucho menos, se traduce en que solo caminaban hombro a hombro simpatizantes de dichos institutos políticos.
Es evidente que este tipo de individuos robaban foco y claro que usaron sus propios espacios y medios para difundir la marcha y, sobre todo, que acudirían, pero no fueron los únicos. Tanto asociaciones civiles como ciudadanas y ciudadanos independientes corrieron la voz para difundir la convocatoria y para sumarse a esta defensa. Basta con revisar el feed de su red social favorita y podrá ver que no solo sus conocidos simpatizantes de partido compartían estas consignas.
Desde el nido morenista han intentado minimizar en redes sociales esta marcha, denunciando que los mismos medios de comunicación alteran y editan fotografías, que sus videos son tendenciosos y que no asistieron más de 10 000 personas. Pese a esto, ya circulan diversas tomas donde tal parece que sí son más. De hecho, es curioso que algunos muestren imágenes del monumento a la Revolución, prácticamente, vacío y se burlen de que no hay gente, cuando la manifestación estaba aún en ruta desde el ángel de la independencia, en donde se encontraba el río de personas. Hay que mostrar las dos caras de la moneda, no solo la que conviene.
Hasta circula en Facebook una imagen compartida por la periodista Sanjuana Martínez, en donde denuncia que se le está pagando a los acarreados de la marcha. No obstante, a todas luces se ve que, en esa imagen, se está captando a un señor que trae una pila de sombreros blancos y los está vendiendo, tan es así que la mujer con la que intercambia los billetes porta un sombrero idéntico al que el hombre trae en manos.
Con ello, no estoy metiendo las manos al fuego sobre que no exista este tipo de ejercicios, lo que estoy afirmando es que se saca de contexto una imagen para manipularla a conveniencia. Ciertamente, como un usuario le comentó a la profesional de la comunicación, el INE sirve para evitar que este tipo de actos suceda en tiempos electorales.
Ahora bien, uno de los errores de los seguidores de la 4T es afirmar que quienes marchan defendiendo al INE y se pronuncian en contra de la reforma presentada por AMLO lo hacen porque defienden tanto a Lorenzo Córdova como a Ciro Murayama, presidente del consejo del INE y consejero, respectivamente. Lo que no están viendo es que el INE no es Lorenzo Córdova como sí, la 4T es López Obrador, al estilo de la frase atribuida a lo largo de la historia a Luis XIV: “el estado soy yo”.
Además, no es que el INE sea intocable en su totalidad, sino que, más bien, no se toca a capricho de un individuo que se quiere perpetuar en el poder aún sin estar de frente. El INE no se toca para favorecer a un partido político o un personaje de la política. El INE no se toca para centralizar los procesos electorales y subyugarlos a una cúpula en el poder, como sucedía en la época de partido hegemónico que, tal parece, está resurgiendo de las cenizas ahora con la cara de MORENA.
El INE, como todas las instituciones en el país (incluidos los OPLES), se toca para mejorarlo porque es cierto que hay muchas cuestiones por modificar, pero no con una regresión como la que implica esta reforma. Si bien acusan de falsear información porque el INE no desaparecerá, sino que cambiará de nombre a INEC, la realidad es que no solo es un cambio de nombre, implica más. Tal parece que es dejarlo a la merced del grupo parlamentario mayoritario y de quien ostenta el ejecutivo.
Una reforma de este estilo requiere mucho análisis y diagnóstico, pero, sobre todo, propuesta inteligente y viable, basada en un cúmulo de información y en el estudio de las diversas alternativas. Pero, este último día, están muy ocupados cantándole las mañanitas al patrón y sacando del baúl de los recuerdos sus fotos con él.