El tema del plagio que cometió Yasmín Esquivel todavía sigue en boca de la opinión pública, sobre todo, porque un grupo de académicos y académicas al interior de la UNAM ha solicitado que se le retire el título a quien hoy es integrante de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). En respuesta, la universidad le rescindió contrato a la profesora Martha Rodríguez Ortiz, quien fue la directora del trabajo de tesis en cuestión.
Rodríguez perdió su puesto al interior de la plantilla docente en virtud de haber cometido faltas graves de integridad. Además, con el caso de Esquivel, se abrió el análisis de su desempeño académico en donde se encontraron discrepancias en su producción y resultado, ya que, como muchas personas han mencionado, parecía imposible asesorar tantas tesis de forma simultánea, entre otras anomalías.
La comunidad académica considera insuficiente esta medida, puesto que no solo Rodríguez cometió actos que van en contra de los principios que promulga la universidad, sino que también Yasmín Esquivel incurrió en actividades incorrectas. No obstante, el problema radica en que, al parecer, la normatividad universitaria no estipula las medidas que la mayoría quisiera, es decir, no faculta a algún órgano o autoridad escolar para retirar el título a Esquivel.
La discusión ha escalado en los entornos académicos y en la política mexicana. A su paso, ha tocado a la 4T, ya que se ha vinculado a Esquivel con las huestes morenistas. Así, el mismo presidente de la República salió a exigir que el rector de la UNAM diera la cara y se pronunciara al respecto del tema, pero le hicieron ver que la rectoría de la universidad ya había anunciado que Enrique Graue saldría a emitir un comunicado oficial.
Mucho se especuló del mensaje que daría el rector, puesto que se pensaba sería algo contundente al respecto de la situación de Yasmín Esquivel y, en efecto, el tópico fue el plagio cometido por la ministra. Sin embargo, las líneas que leyó el rector no tuvieron nada de contundentes ni mucho menos concluyentes y para nada era lo que esperaba la comunidad académica.
El mensaje que dio Graue no expuso ninguna novedad, solo hizo un recuento de los hechos acontecidos hasta el momento. Recordó todo el proceso de investigación que se llevó a cabo en la Facultad de Estudios Superiores Aragón en torno al caso. En ese mismo sentido, rememoró que la conclusión fue que la tesis de Esquivel es una copia de una tesis anterior.
El rector subrayó que el plagio no es algo insignificante y que es una conducta reprobable que viola toda ética y moral, en especial, en los espacios académicos. A pesar de estas consideraciones, informó que consultó a la oficina de la Abogacía General para saber lo que debería proceder, sin embargo, la respuesta es que no hay autoridad en la universidad que tenga la facultad legal para retirarle el título a la ministra.
La única resolución concreta que entregó, y que ya se sabía con anticipación, es que todas las tesis escritas, primero, atravesarán un análisis por medio de software para detectar la existencia plagio antes de que pase a manos del sínodo. A su vez, aseveró que todos los trabajos registrados en TESIUNAM serán revisados en búsqueda de situaciones similares. Estas medidas son con miras hacia el futuro, pero dejan de lado el caso específico del cual se trata.
Aunque el rector sostuvo que no está evadiendo su responsabilidad, la realidad es que la comunidad universitaria e, incluso, la academia del país no pueden asegurarlo porque, a todas luces, pareció que se estaba lavando las manos. Pese a esto, afirmó que el proceso no ha concluido, empero, dejó muy claro que no se puede violar la normatividad universitaria existente.
Todo apunta a que la ministra conservará su título intacto debido a la falta de un sustento legal. Si bien en las universidades se rechaza el plagio, tampoco hay medidas claras para prevenirlo o castigarlo en caso de suceder. Ahora, solo resta tomar cartas en el asunto y abordar de manera más profunda el tema en las instituciones educativas.
Incluso, es vital considerarlo desde el nivel medio superior para que, cuando se llegue a las aulas universitarias, ya se conozca las maneras correctas de citar y lo que inadecuado e indeseable que es el plagio, aunque, por el momento, no haya consecuencias serias.
La 4T ha minimizado el plagio y se ha deslindado del hecho y la UNAM, por su parte, ha enviado un mensaje muy tibio en la boca de su rector. La Secretaría de Educación tampoco se hace responsable de la decisión final. Con ello, cada institución le está aventando la bolita a la otra y mientras tanto tenemos una ministra que sigue despachando en la SCJN con una tesis que es plagio de una previa. La cuestión es que no es un error de citado o un desconocimiento de las normas APA u otro sistema, sino que es, prácticamente, la misma tesis presentada como propia.