Aunque el Día Internacional de la Familia es el 15 de mayo, en nuestro país, ayer, como primer domingo del mes de marzo, se conmemoró el día de la familia, el cual, de acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) se instauró en México desde marzo de 2005 durante el gobierno de Vicente Fox.
Según este mismo organismo, este día tiene como propósitos, por un lado, el impulso de la integración familiar y, por otro, destacar su importancia en el tejido social.
No solo es un recordatorio para la sociedad en general acerca de la relevancia que tiene el núcleo familiar. Aunado a ello, es una alerta para los propios gobiernos para que no se olviden de la creación de políticas públicas que busquen la protección del vínculo que tienen quienes conforman una familia.
Ahora bien, no pensemos a esta unidad social solo con fines de procreación, pues va más allá que lazos de sangre o la típica misión bíblica de poblar la tierra porque es una realidad que estamos en este mundo para algo más que reproducirnos. De hecho, el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española (RAE) define a la familia de muchas formas.
En efecto, la RAE define a la familia como un grupo de individuos que tienen parentesco y viven juntos o como el conjunto de ascendientes o descendientes o con unión de algún tipo en un linaje. De manera más simplista especifica que la familia es la descendencia. Hasta aquí todo está relacionado con los lazos sanguíneos.
Pese a lo anterior, la RAE señala que familia también es aquella gente que comparte alguna condición, opinión o tendencia. Asimismo, otra definición es que es la agrupación de personas que están vinculadas, ya sea por amistad o por trato. Entonces la familia se vuelve una célula humana fundamental de la sociedad, pero que no depende de forma exclusiva de la procreación o del linaje, va más allá.
Esto abre el panorama para considerar la diversidad en las familias, es decir, podemos hallar diferentes tipos. El modelo heteroparental ha quedado obsoleto, ya que existe una multiplicidad de familias. Hoy en día encontramos familias compuestas por abuelos y nietos, por tías y sobrinos, homoparentales, monoparentales, sin descendencia o hasta aquellas formadas solo por amistades de años, porque existen vínculos incluso más fuertes que los que une la sangre.
A un día de esta conmemoración no hay que olvidar que la familia debe ser el primer sitio seguro para el desarrollo de la persona, tendría que ser ese primer soporte que le brindará estabilidad, confianza y respaldo para salir al mundo. Por ello, cuando la familia tradicional o consanguínea deja de ser ese lugar seguro, entonces es válido alejarse por salud mental propia y, de hecho, hasta por bienestar en general. La sangre no es una cadena que ata, sino que debería inyectar al corazón del grupo familiar, así que no existe obligación de permanencia.
Sin duda alguna, la familia de verdad siempre procurará fomentar el amor, la comprensión, la solidaridad, el respeto, la unión y, a su vez, la individualidad de cada integrante. De igual forma, quien en realidad es familia, no te abandona en momentos difíciles ni ejerce violencia hacia ti de ningún tipo. Si se dejan de cumplir estas cuestiones, solo estamos hablando de meros parientes entendidos, según el diccionario de la RAE, como una persona que tiene cierta relación de parentesco con otra.
Tampoco podemos olvidar que en la familia como agrupación no solo se trata de recibir, sino de dar, se convierte en una relación recíproca. Quien no da, quien no entrega no puede esperar recibir y no porque se le cobre, sino debido a que entonces sería una relación de otro tipo, pero nunca familiar, ya que esta última tiene que ser bidireccional. Además, cada individuo cosecha lo que sembró.
El árbol genealógico también se poda, hay que abandonar el miedo a cortar con relaciones familiares que no aportan en ningún sentido. Se debe dejar atrás la idea de que por el simple hecho de compartir sangre estamos obligados a permanecer, aunque nos hagan daño. El perdonar no implica que se desee mantener a esa persona en la vida, sino que se suelta para que siga adelante en paz.
Con todo ello, los gobiernos deben buscar fomentar la diversidad en el núcleo familiar y el respeto a esta. Además, se requiere la existencia de programas de apoyo psicológico especializado real que coadyuve a ello. Empezando porque no se vuelva casi imposible hacer una cita en alguna institución de seguridad social, como ya es costumbre para todas las especialidades. La salud mental, también es salud y la familia se construye día a día, recordemos esto al conmemorar el Día de la Familia.