¿Recuerdan el uso de Pegasus? Ese software que, hace poco, volvió a salir a la luz, en virtud de que los militares estaban ocupándolo para espiar a activistas, a quienes defienden los derechos humanos y a organizaciones de la sociedad civil. En aquella ocasión, el presidente de la República salió en la defensa de las fuerzas armadas afines a su transformación, diciendo que no se trataba de espionaje, sino de actividades de inteligencia. Obvio, cuando espía la 4T es labor de inteligencia, pero si otros lo hacen entonces sí es espionaje, la lógica de AMLO.
Una de las organizaciones que se detectó que era espiada por el gobierno mexicano es el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez A.C., mejor conocido como Centro Prodh. No es un secreto que a López Obrador no le agradan este tipo de asociaciones, en especial, si siente que amenazan las acciones o el prestigio de su gobierno.
De hecho, no hay que olvidar que, por un tiempo, AMLO estuvo concentrado en desacreditar a la sociedad civil organizada cuando no le aplaudían sus actos o no concordaban con su movimiento de transformación. Una de las organizaciones que se vio severamente golpeada es Artículo 19, pues, el titular del ejecutivo afirmaba que esta era financiada por Estados Unidos y, por ello, estaba en su contra.
La realidad es que Artículo 19 es una organización independiente que no tiene filiación partidista, la cual, busca proteger el desarrollo de los derechos de libertad de expresión y de acceso a la información pública. Esta agrupación, que data de 1987, aunque tiene sede en Londres, guarda presencia en diversos países y México no es la excepción.
Ahora, Obrador ha olvidado un poco a Artículo 19 para concentrarse en el Centro Prodh. Ha destinado un espacio en varias de sus conferencias mañaneras para aseverar que este centro es afín al conservadurismo y al Partido Acción Nacional (PAN). Asimismo, ha insinuado que se dicen defensores de los derechos humanos, pero que lo son a modo, siempre y cuando no afecten al PAN, ya que, asegura que conviven sin ningún problema con sus élites. Todo esto por defender los derechos de las personas y exigir justicia durante el mandato del político tabasqueño.
El Centro Prodh, al igual que Artículo 19, tiene un camino andado, puesto que fue fundado en 1988. Así, de acuerdo con su página oficial, este centro promueve y defiende los derechos humanos de los individuos y colectivos que han sido excluidos o se encuentran en alguna situación de vulnerabilidad. Además, pretende coadyuvar a la edificación de una sociedad en donde la justicia, la equidad y la democracia estén presentes.
Los argumentos presidenciales son los mismos de siempre, los que ya sabemos que Obrador utiliza cuando se siente atrapado y no tiene mayor respaldo. Lo anterior, porque cuestionó que dónde estaba este centro cuando se dieron violaciones a los derechos humanos en los periodos anteriores. En ese mismo sentido, manifestó que cuando Calderón buscaba militarizar al país ahí no dijeron nada.
Este centro ha salido a defenderse y sostuvo que su trabajo en pro de la defensa de los derechos humanos no solo se ha realizado durante la cuarta transformación. Sus integrantes aseguran que defendieron a campesinos en el sexenio de Fox y denunciaron la militarización establecida en la guerra contra el narcotráfico en los tiempos de Calderón. De la misma forma, este centro recuerda que estuvo presente con las familias de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos con Peña Nieto.
Pese a que López Obrador afirma que no generaliza, considera que la mayoría de las organizaciones de la sociedad civil, como el Centro Prodh, están relacionadas con la derecha y el conservadurismo panista. No es de extrañar que AMLO piense esto, ya que este tipo de organizaciones le estorban, puesto que impiden que su gobierno actúe sin frenos y sin ser exhibido y, por supuesto, porque son actores sociales que buscan justicia y que le exigen que rinda cuentas.
No hay que confundirnos, como el presidente, rendir cuentas, contar con transparencia y garantizar el derecho de acceso a la información de la población no se hace a través de las famosas mañaneras del titular del ejecutivo. No es lo mismo la comunicación social del gobierno que rendición de cuentas, transparencia y derecho de acceso a la información pública. Y mucho menos, por medio de sus mañaneras, en las que se dedica a criticar a quienes considera adversarios, en donde quiere dictar agenda y desestima cualquier discrepancia con él.