Las últimas elecciones para definir la gubernatura tanto del Estado de México como la de Coahuila, de alguna manera, son un termómetro que nos puede indicar la temperatura y los ánimos electorales con miras al 2024. Sin embargo, quedó claro que tanto la oposición como MORENA tienen mucho que aprender si quieren triunfar el siguiente año.
En ambos lados se pensó que los resultados en el Estado de México definirían quién ganaría la silla presidencial en 2024. Así, ante la derrota en esta entidad, la alianza de la oposición asegura que “hay tiro” en virtud del cálculo que hacen de la votación obtenida y confiando en que la reducción del abstencionismo les sumará más votos.
Lo que está olvidando la alianza es que MORENA ya controla, prácticamente, la mayoría de las entidades del país, pues sus gobiernos están en manos de personas de extracción guinda, asimismo, su presencia en muchos de los congresos estatales es abrumadora. Además, pasa por alto que recuperar las cifras del abstencionismo o de quienes anulan su voto no va a significar que serán números para estos partidos.
Es cierto que estas personas no están cómodas con MORENA y, por ello, no le dan su respaldo en las urnas. No obstante, tampoco aprueban a la oposición, esto es, este fenómeno no es solo hartazgo hacia un partido o corriente, sino un desprecio a todos los institutos políticos que no han sabido ser una opción adecuada para la población.
Hace falta más que buenas candidaturas, estrategias, alianzas y demás para sacar a MORENA del control, cuasi hegemónico, que tiene. Así, la oposición sigue sin descubrir este ingrediente secreto para llegar a su meta. Aunque parece algo difícil, estas últimas elecciones nos brindan pistas, por un lado, que ir juntos no se traduce en una victoria y, por otro, que probablemente dividir a la maquinaria morenista rinde más frutos, como sucedió en Coahuila. Lo anterior, porque quienes peleaban la candidatura en este partido se escindieron y terminaron con otros que acabaron doblando las manos ante MORENA, pero no los candidatos.
Para el Estado de México se armó un pleito con Movimiento Ciudadano que no mandó a nadie a la contienda y, en la recta final, pintó una barda en la delegación Cuauhtémoc de la CDMX, que decía que con el PRI ni a la esquina. Esto se interpretó como un juego sucio en contra de la oposición, por lo que, más tarde, el partido naranja salió a aclarar que tampoco con MORENA, pero mientras ya se quería desviar las miradas al suceso de que la oposición se destruye y que el partido de Dante Delgado es un satélite de MORENA.
Llama la atención la falta de olfato que demostraron las casas encuestadoras para ambos casos, puesto que, por un lado, en Estado de México pronosticaron cifras más grandes en la diferencia entre Delfina Gómez y Alejandra del Moral, con lo que sobreestimaron a la primera. En contraste, subestimaron a la fuerza opositora en Coahuila, ya que los números se fueron por encima de lo pronosticado.
Después de la victoria en Estado de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador, se reunió con muchos de sus gobernadores y gobernadoras, incluso con la electa, es decir, con Delfina Gómez, según para felicitarla. Sin embargo, a este convite también asistieron las llamadas “corcholatas”.
Se dice que, en esta reunión, AMLO le pidió renunciar a sus cargos lo más pronto posible a quienes deseen buscar la candidatura para la presidencia en 2024 por MORENA. Así, el primero en anunciar su renuncia sería Marcelo Ebrard, de ahí se sumaron Ricardo Monreal, Gerardo Fernández Noroña y Manuel Velasco con anuncios sobre las solicitudes de licencias de sus puestos.
La que ha dejado su decisión hasta el último momento es la “corcholata” favorita, Claudia Sheinbaum, ya que aseveró que decidiría después de la sesión del Consejo Nacional de su partido, en la cual, se definirían los detalles de las encuestas que seleccionarán a quien dará la cara en la contienda nacional.
La jefa de gobierno ha dicho que el lunes daría a conocer su posicionamiento, sin embargo, lo que es un hecho es que se aferra con uñas y dientes a su regencia sin querer soltar la candidatura de 2024. La regenta quiere ambos hasta que el Consejo de su partido se lo ordene o los plazos de la ley lo demanden.
Así, este consejo, el día de ayer, determinó que las personas aspirantes a la candidatura presidencial, deberán renunciar a sus puestos en máximo una semana, no obstante, para quienes ostentan cargos de elección popular se les da la opción de solicitar licencia. Ya se verá cómo procederá Sheinbaum, sobre todo porque, al parecer, la encuestas se llevarán a cabo entre agosto y septiembre.
Se supone que la renuncia de Ebrard tomará efectos el día de hoy a mediodía y se espera que la cuestión de las licencias de los legisladores sea resuelta esta misma semana. Por su parte, Adán Augusto, en una marcha en Nayarit, se despidió solemnemente de la Secretaría de Gobernación, pero no dio más detalles. La separación de los cargos ya es inminente, solo es Claudia la que falta por definir.