La vista se no puede mostrar porque supera el umbral de vista de lista (5000 elementos) aplicado por el administrador.

Para ver los elementos, intente seleccionar otra vista o crear una nueva. Si no cuenta con permisos suficientes para crear vistas para esta lista, solicite al administrador que modifique la vista de modo que cumpla con el umbral de vista de lista.

Más información sobre la creación de vistas para listas grandes.

Arturo Reyes Isidoro

Prosa Aprisa

La lección de Proceso

22/11/2011 08:08 a.m.

Resuelto el caso de los tuiteros encarcelados, un día, mientras disfrutábamos un café, una persona, amistosamente pero me cuestionó que yo defendiera a Maruchi Bravo Pagola, que la hiciera víctima y que la elevara casi a condición de héroe, me dijo. Le expliqué mis razones.

Le dije que no se trataba de Maruchi, que mi actitud y defensa iba más allá de su persona, que lo que yo estaba defendiendo en ella era la legalidad, la libertad de expresión a la vez que denunciaba un atropello del que también yo, ella –mi interlocutora– y cualquier ciudadano podíamos ser víctimas.

La legalidad porque sin ningún sustento legal habían detenido a Maruchi junto con otra persona y fuera de toda ley se les había dictado formal prisión, acción tan injustificada que al final se les tuvo que dejar libres sin haberles dicho siquiera el clásico usted perdone. La libertad de expresión porque se les había querido acallar

y con ellos a todos quienes usamos el twitter. Y la denuncia de un atropello, porque aparte de que se les había recluido se pretendía imponerles una pena de hasta 30 años de cárcel en un vergonzoso maridaje entre la Procuraduría General de Justicia estatal y el Tribunal Superior de Justicia que les ha dejado una mancha, una tacha imborrable, aparte de que su caso se había tomado como pretexto para promulgar una ley verdadera espada de Damocles que pende sobre quienes escribimos y que espero que un día, cualquier día, sea echada atrás finalmente.

Eso, eso fue lo que defendí y denuncié. Pero tan cambiantes, frágiles, convenencieros o interesados como somos los seres humanos, en especial como son los hombres públicos, los políticos, a mi para nada me sorprendería que en un futuro a Maruchi le ofrecieran un jugoso cargo y quizá hasta terminara defendiendo a quienes la inculparon, la llevaron a prisión y la quisieron encerrar por 30 años, para nada me sorprendería como tampoco me sorprendería que entonces se me recordara la defensa-denuncia que hice. No me arrepentiría ni me arrepiento de haber hecho lo que hice porque me motivaron convicción, legalidad, justicia, valores, principios.


Por qué todo esto. Porque mientras que la revista Proceso recibió un duro revés de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su lucha por la legalidad, la justicia, la transparencia y la democracia en México, la persona motivo de esa lucha, Andrés Manuel López Obrador, en una más de sus incongruencias, de pronto, por sólo atender sus intereses, su conveniencia, su ambición de poder, se acaba de echar en brazos de uno de los orquestadores y cómplices del atropello de que fue víctima: Televisa, a la que tanto acusó de formar parte de un mafia que, decía y repetía, tiene secuestrado al país junto con un grupo de potentados.

La historia es de todos conocida: en 2006, aparte de la campaña amañada, tendenciosa, fuera de toda ética, que desataron desde el gobierno panista en contra de El Peje en complicidad con Televisa y ricos empresarios del país llegándolo a calificar como un peligro para México, existió y existe la sospecha de que desde el poder legalmente constituido consumaron un fraude para arrebatar el triunfo al tabasqueño en un caso similar al despojo que sufrió Cuauhtémoc Cárdenas frente a Carlos Salinas de Gortari y el gobierno priista de entonces.

López Obrador inició una serie de acciones y de denuncias, y a su lado, congruente con su línea editorial, Proceso, como medio de información libre, independiente, profesional, responsable y comprometido con sus lectores, muchos simpatizantes del ex jefe de Gobierno del Distrito Federal, comenzó otra en defensa de la transparencia, de la justicia, de la legalidad, de la verdad y de la democracia demandando que se abrieran los paquetes electorales de la cuestionada elección, que no se quemen o destruyan, que se haga un recuento así sea a toro pasado y que se compruebe si hubo o no fraude electoral a lo que, por supuesto, los órganos impugnados y los de justicia en el país se han opuesto, a los que se sumó ahora, lamentablemente, la CIDH.

¿Proceso en evidencia, en ridículo? Para nada. Al contrario. Las sentencias de rechazo a su demanda lo fortalecen y el tiempo, sin duda alguna el tiempo, habrá de darle la razón. Claro que su interés era exhibir al gobierno de Felipe Calderón pero también al de Vicente Fox y de paso a todo el sistema que se confabuló para perpetrar un fraude que significó un duro golpe para la democracia, para el avance democrático del país y que dañó seriamente la credibilidad de las instituciones políticas y legales del país, de paso los intereses ciudadanos, los de los mexicanos que todavía creen en la efectividad y la legalidad del voto.

¿Y López Obrador? López Obrador, en lugar de hacer causa común, en lugar de sumarse a la lucha de Proceso, en lugar de protestar por las sentencias en contra de la demanda del semanario, feliz de la vida estuvo la semana pasada “inaugurando una nueva etapa” con Televisa, con la mafia a la que tanto acusó; dándole “el beneficio de la duda”; ofreciéndole “reconciliación” y extendiendo “mi mano franca” al periodista Joaquín López Dóriga, el conductor estrella de la empresa.

Proceso, aparentemente quedándose solo en su lucha, exhibe la incongruencia y la pobreza moral de un político o politiquillo aparentemente de oposición y de izquierda, características de prácticamente todos los políticos del país de todos los partidos políticos.

La actitud de López Obrador ejemplifica por qué no se puede confiar en los políticos, por lo menos en los políticos mexicanos. Sólo les importan sus intereses o sus conveniencias o sus ambiciones y no les importa abrazar de verdad las causas justas e incluso son capaces y muy capaces de sacrificar o dejar mal o en entredicho a personas e instituciones que los secundan en sus aparentes buenas causas, luchas o propósitos.

Como periodista que desea que cambien las cosas en el país, que triunfe la democracia y con ello la verdad, la transparencia, la justicia, la legalidad, la libertad de expresión; las causas y los intereses ciudadanos; que tengamos un México mejor, no puedo menos que expresar mi solidaridad con los compañeros de la revista Proceso y reiterar mi admiración por el maestro Julio Scherer. Sin ninguna duda, somos muchos mexicanos los que nos vemos reflejados en el interés del semanario por llegar a la verdad.

Finalmente, El Peje es uno más. Como bien dice la revista en el eslogan publicitario con motivo de su 35 aniversario, el poder ha cambiado (muestra las fotografías de los presidentes, desde Echeverría, por cuyo atropello al Excelsior que dirigía el maestro Scherer nació la revista, hasta Felipe Calderón, con quien no han cesado las agresiones), Proceso no. En su lucha por la verdad, la de siempre, no están solos. Que El Peje claudique hace resaltar más el valor, la ética, los principios, los valores, la línea profesional del semanario, baluarte del periodismo mexicano. Un abrazo sincero desde provincia.

Glosa del Informe
La Fundación Colosio, haciendo lo suyo. Mañana miércoles, a las 17:30 horas, en sus instalaciones de la calle Úrsulo Galván de Xalapa, se hará una glosa ciudadana del primer Informe de Gobierno. Buen trabajo el del presidente de la Fundación, Fernando Sánchez.


¿Te ha parecido interesante la columna?

Comentarios

Comparte
La vista se no puede mostrar porque supera el umbral de vista de lista (5000 elementos) aplicado por el administrador.

Para ver los elementos, intente seleccionar otra vista o crear una nueva. Si no cuenta con permisos suficientes para crear vistas para esta lista, solicite al administrador que modifique la vista de modo que cumpla con el umbral de vista de lista.

Más información sobre la creación de vistas para listas grandes.