¿Donar 75 mil dólares para el cuidado de animales desamparados? ¿En especial para animales de Veracruz?
Más aún, ¿para animales de Xalapa o muy cerca de Xalapa? Pues sí.
El sábado, en el marco del primer día de actividades de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2011, al recibir el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, el escritor colombiano-mexicano o mexicano-colombiano Fernando Vallejo anunció que el premio de 150 mil dólares lo daba por partes iguales a dos asociaciones caritativas de México, una de ellas los “Amigos de los Animales”, que preside la señora Martha Alarcón, activista que, en efecto, desde hace varios años realiza una altruista labor al frente del Centro Veterinario y de Convivencia “Sergio Pitol” en Palo Gacho, municipio de Emiliano Zapata, muy cerca de Rinconada, pero también en una clínica que sostienen en la capital del estado, entre otras.
El Centro Veterinario lleva el nombre del maestro Pitol porque ha sido otro gran animador de dicho centro y del cuidado y protección de animales e incluso también hizo una importante donación en efectivo cuando ganó el Premio Cervantes.
De acuerdo al ofrecimiento de Vallejo, ayer en un encuentro con jóvenes universitarios, en el mismo recinto de la feria, haría la entrega del dinero, por lo cual no puede más que reconocérsele a este enamorado de México, hijo adoptivo, quien llegó al país hace cuarenta años y en 2007 recibió su nacionalización. Tanto Vallejo como Pitol son amantes de los perros y tanto a ellos como a la señora Alarcón y a las demás personas que participan hay que felicitarlos.
Pero el autor de La virgen de los sicarios y La puta de Babilonia, a quien también se le adjudican, entre otros, adjetivos tales como perturbador, revolucionario, deslenguado, insólito, azote del papa, hereje ejerciente, martillo de ortodoxos, genial, irreverente sobre todo con la Iglesia católica y con los políticos mexicanos, dijo cosas muy propias de su estilo que causaron revuelo, que merecieron censura de algunos y reconocimiento y aplausos de muchos.
Por ejemplo:
“Cada que cogíamos una moneda, mi mamá nos decía: «Vaya lávese las manos m'hijo, que tocó plata». (Allá –nació en Medellín– a los niños les hablan de «usted».) De unos niños educados así, ¿qué se podía esperar? Puros pobres. Me hubieran educado en la escuela del PRI, y hoy estaría millonario. ¡Pero qué iba a haber allá PRI!”
Narró cómo su primer contacto con México fue a través de la música, de su música y fue citando a compositores y letras de sus canciones, “el más grande de todos” (para él), Fernando Rosas, guerrerense autor de aquella “carta a Eufemia” que popularizó Pedro Infante. “Fernando Rosas murió joven, una noche, allá por 1960, en Acapulco.
Lo mataron por defender a un borracho al que estaba apaleando la policía. Fernando Rosas, tocayo, paisano, te mató la policía de Acapulco, los esbirros del presidente municipal. La siniestra policía del PRI, semillero de todos los cárteles de México.”
En clara alusión a Fox dijo: “Mi gallo era un gallo con botas. No bien subió al poder y se instaló en los Pinos, se infló de vanidad y se transformó en un pavorreal, y el pavorreal en un burro, y la quimera de gallo, pavorreal y burro empezó a rebuznar, a rebuznar, a rebuznar, día y noche sin parar, hasta que ajustó seis años, cuando se le ocurrió, como a Perón con Evita o con Isabelita, que podía seguir rebuznando otros seis a través de su mujer.
No se le hizo, no pudo ser. Hoy de vez en cuando rebuzna, pero poco, y lo critican. ¡Por qué! Déjenlo que rebuzne, que se exprese, que él también tiene derecho. Yo soy defensor de los animales. Yo quiero a los burros, a los pavorreales, a los perros, a los gallos.”
Dijo que nadie tiene la obligación de hacer el bien, todos tenemos la obligación de no hacer el mal. “Y diez mandamientos son muchos, con tres basta:
“Uno, no te reproduzcas que no tienes derecho, nadie te lo dio; no le hagas a otro el mal que te hicieron a ti sacándote de la paz de la nada, a la que tarde que temprano tendrás que volver, comido por los gusanos o las llamas.
“Dos, respeta a los animales que tengan un sistema nervioso complejo, como las vacas y los cerdos, por el cual sienten el hambre, el dolor, la sed, el miedo, el terror cuando los acuchillan en los mataderos, como lo sentirías tú, y que por lo tanto son tu prójimo.
Quítate la venda moral que te pusieron en los ojos desde niño y que hoy te impide percibir su tragedia y su dolor. Si Cristo no los vio, si no tuvo ni una palabra de amor por ellos, ni una sola (y búscala en los evangelios a ver si está), despreocúpate de Cristo.
“Y tres, no votes. No te dejes engañar por los bribones de la democracia, y recuerda siempre que: que no hay servidores públicos sino aprovechadores públicos. Escoger al malo para evitar al peor es inmoral. No alcahuetees a ninguno de estos sinvergüenzas con tu voto.
Que el que llegue llegue respaldado por el viento y por el voto de su madre. Y si por la falta de tu voto, porque el día de las elecciones no saliste a votar un tirano se apodera de tu país, ¡mátalo!”
El periodista Carlos Marín, director de Milenio, en su minicolumna “El asalto a la razón” de ayer, con el título “Los renglones torcidos de un escritorazo” trae también a colación lo que dijo fuera de su mensaje, sobre Felipe Calderón, por ejemplo: “no puede presidir el destino de 110 millones de personas porque no es nadie ni ha hecho nada por México, sino es un vivo de la política. Él, como su antecesor (Vicente Fox), se apoderó de un partido limpio, como era el PAN; de sus posibilidades electorales, y dejaron impunes todos los delitos, todo el saqueo, todo el envilecimiento que el PRI provocó a México en 70 años…”.
“Refiriéndose a Fox y Calderón, afirmó que «ellos dos son alcahuetes de todos los delitos del PRI, y son unos vivos de la política, de lo que llamo aprovechadores públicos…»”.
“Por fortuna para los aludidos, pero igualmente calumnioso, Vallejo se fue también sobre Andrés Manuel López Obrador: «Estamos al borde de tener uno de esos, de tener otro Chavecito en México, y entonces sí, vayan preparándose para el desastre en grande, para que vuelvan esto una cárcel como en Cuba…»”.
“Si de políticos no dejó títere con cabeza, de la Santa Madre no dejó cura con sotana: Ante la visita que hará Benedicto XVI al cerro del Cubilete, recordó que Juan Pablo II vino cinco veces a México, pero sólo «a azuzar la paridera. Durante los 26 años de su pontificado, se le aumentó a la población de la Tierra en 2 mil 200 millones. La Iglesia defiende un óvulo fecundado por un espermatozoide, pero sí permite que acuchillen a las vacas y a los corderos, que sí tienen sistema nervioso; ahí sí no levantan la palabra”.
Y pensar que todavía hay quienes dudan que haya y se permita la libertad de expresión en México.