El 3 de octubre de 2019, con el encabezado: “Estoy enterado de todo, advierte AMLO”, comenté en “Prosa aprisa”: “El sábado pasado, en un mensaje en Guachochi, Chihuahua, Andrés Manuel López Obrador dijo en un mensaje que ningún acto de corrupción se comete sin el visto bueno del presidente y de los gobernadores, en los casos de los estados.
“Al volver al tema central de su gobierno de que el principal mal de México es la corrupción, insistió en que va a acabar con ella y expresó que ya empezaron ‘de arriba para abajo y hay que hacerlo así para dar el ejemplo’.
“’Porque nada de que el presidente no sabe, el presidente no se enteró, el presidente no tiene buenos colaboradores, lo engañan, el presidente es bueno pero sus funcionarios no le ayudan, son corruptos. Mentira, el presidente de México se entera de todo y no hay un negocio jugoso que se haga sin el visto bueno del presidente, para que quede claro’.
“Añadió: ‘Si hacen una transa grande, grande, grande, es porque el presidente lo permitió. Es lo mismo en los estados, si hay un negocio jugoso es porque lo permite el gobernador, nada que no se enteró’”.
Días después, el 15 de ese mismo mes y año, al inaugurar el hospital rural del IMSS “Los Hernández”, en Villa de Ramos, San Luis Potosí, volvió al tema: expresó que aunque no firmaran, los presidentes estaban enterados de las grandes transas que se llevaban a cabo al amparo del poder público.
Manifestó: “Nada de que el presidente no sabía, no se enteraba, lo engañaban, eso es falso, el presidente de México está informado de todo lo que sucede y de las transas grandes que se llevaban a cabo y que pudiesen realizar… todas esas transas llevan el visto bueno del presidente, aunque no firme”.
Sus palabras hoy lo incriminarían
Sus palabras quedaron registradas en audios, video y notas de los medios y hoy cobran plena actualidad y son de gran valor testimonial porque presuntamente lo incriminan en la acusación que hizo el Gobierno de Estados Unidos en contra de la casa de bolsa Vector, del cual es accionista el empresario Alfonso Romo, quien fue Jefe de la Oficina de la Presidencia de la República entre 2018 y 2020, en el gobierno de AMLO, y cuando renunció siguió como consejero empresarial… ¡de López Obrador!
Ayer, el diario El País, insospechable por su altos estándares éticos y profesionales, informó que la Fiscalía General de la República (FGR) inició una investigación en torno a transferencias millonarias pagadas a Vector por parte de Prestadora de Servicios Murata, S.A. de C.V., que resultó una empresa fachada que encabeza una red de blanqueo de dinero al servicio del Cartel de Sinaloa.
De acuerdo con información fiscal que obtuvo ese medio y que forma parte de la indagatoria, Murata depositó a Vector 97.6 millones de pesos (casi 100 millones de pesos, 5.2 millones de dólares) mediante 53 transferencias realizadas en 2017.
El País recuerda que el Departamento del Tesoro de EEUU acusó la semana pasada a Vector –y a CI Banco e Intercam– de desempeñar “un papel clave y prolongado” en el blanqueo de millones de dólares de los carteles de la droga mexicanos.
“El Gobierno estadounidense documentó que Vector presuntamente ha prestado sus servicios al Cartel de Sinaloa y al Cartel del Golfo. Según esas pesquisas, entre 2013 y 2021, un empleado del cartel de Joaquín El Chapo Guzmán lavó dos millones de dólares mediante envíos desde EE UU a México a través de Vector. La casa de bolsa también sirvió para que el cartel gestionara pagos por precursores de fentanilo, según la acusación”.
La nota informativa abunda en datos y detalles, pero para efectos de esta columna considero que con lo anterior es suficiente. Entiendo que El País destacó el resultado de su investigación luego de que la presidenta Claudia Sheinbaum exigió a Gobierno norteamericano pruebas de las acusaciones. El medio dijo que incluso la FGR turnó ya el expediente a la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO).
Si el morenismo acusa corrupción, podría escupir para arriba
Según lo que dijo López Obrador en Chihuahua y luego en San Luis Potosí en aquel octubre de 2019, sabía todo, estaba enterado, él lo permitió, tenía su visto bueno aunque no llevara su firma. ¿Lo sabía pero se hizo el occiso porque los carteles financiaron su campaña, como le han hecho muchas acusaciones? ¿Por eso no los persiguió ni los combatió y al contrario les ofreció abrazos en lugar de balazos, e incluso fue a saludar a la mamá de El Chapo?
El pez por su boca muere, dice el famoso dicho. Pero aunque no lo dijera, siempre se supo que en nuestro sistema político tanto el presidente como el secretario de Gobernación en turno, ahora secretaria, eran o son los hombres y mujeres más y mejores informados de México. Se duda que en México se llegue a fondo en la investigación y más que alguna vez algún gobierno de Morena toque a su mesías tropical, pero no se cree que el Gobierno de Estados Unidos se va a quedar callado si encuentra elementos para hacer una denuncia pública.
Ya habremos de ver y de saber, pero creo que por lo pronto los gobiernos morenistas y sus actores más destacados habrán de tener cuidado en hablar de corrupción contra gobiernos pasados o sus opositores, porque pende sobre ellos un pesado mazo que les puede caer encima en cualquier momento y hasta triturarlos políticamente.
¿Mejor pónganse a trabajar?
Mejor pónganse a trabajar, recomendó el senador Manuel Huerta a sus críticos dentro de Morena. Otro morenista, también autocrítico, Esteban Bautista Hernández, parece que quiso ejemplificar cómo y mostró testimonios.
El martes publicó en las redes: “Siempre es bueno tomarse un tiempo de paz, para descansar la mente y estar en familia, en casa, en nuestro pueblo, lejos de las grandes ciudades. Trabajar y disfrutar del campo, de sus paisajes y de la buena compañía de nuestra gente, nos recarga de energía y nos recuerda lo valioso que es nuestro origen y nuestras raíces”.
El diputado local y presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local acompañó su texto con un video donde se le ve conducir un pequeño tractor y fotografías en medio de un maizal verde, en plena producción, que tiene en Tatahuicapan, su municipio, del que ha sido alcalde.
El profe Esteban, como le dicen, muestra que no está atenido a vivir del presupuesto público, que sabe sembrar el campo y, según quienes lo han escuchado en corto, no pasa por su cabeza terminar como un parásito de la política viviendo a costa del impuesto de los veracruzanos.
El hombre de la sierra del sur del estado ofrece audiencia pública los miércoles y atiende a todos quienes lo buscan, no pierde su sencillez, sabe muy bien, como dice la gobernadora Rocío Nahle, de quien es un gran aliado, que el poder es prestado y, según repite, quiere irse con la satisfacción de haber tratado de servir a sus paisanos los veracruzanos, y con ello a su partido.