Se comentó ayer en la columna “Trascendió” del diario Milenio que mal le han salido las cosas en el Distrito Federal al candidato Enrique Peña Nieto; que su frecuente presencia en actos, acompañando a la candidata a jefe de Gobierno, Beatriz Paredes Rangel, ha buscado levantar a la tlaxcalteca en las encuestas, pero también mejorar sus números ante Manuel López Obrador; que dos semanas después de su última presencia, Beatriz Paredes Rangel sigue 30 puntos abajo del perredista Miguel Ángel Mancera y que la ventaja de El Peje sobre el mexiquense es de más de 15 puntos. Y se preguntan: “¿Abandonará la plaza o la peleará con todo?”
Hasta donde “Prosa aprisa” sabe, en el equipo del candidato priista no es que vayan a abandonar esa plaza, sino que están plenamente conscientes de que Paredes Rangel ya no va a crecer más y hasta han estimado el número posible de votos que alcanzará; en pocas palabras, que el PRI perderá la elección en el Distrito Federal… y de paso Peña Nieto también.
Si de un estado se siente seguro el grupo compacto del candidato presidencial –grupo del que habla la revista Proceso en el número de ayer domingo– que ganarán, ese es, lógicamente, el suyo, el Estado de México, donde tienen un absoluto control y el que más conocen, por razones obvias.
El Distrito Federal y el Estado de México son las demarcaciones con los padrones electorales más grandes del país; en la primera ya tienen muy claro que van a perder y en la segunda que van a ganar.
Así las cosas y por eso mismo, para Enrique Peña Nieto y su grupo cercano, el padrón electoral más grande del país en disputa, el número uno, la prioridad, es Veracruz, estado que han elevado a la categoría de clave para asegurar el triunfo, pero también para ponerlo en riesgo.
El martes 8 de mayo, con el encabezado “Ni el PRI estatal afirma que ganó Peña”, publiqué: “… lo que debieran hacer (en el priismo estatal) es dejar la comodidad de la oficina y las poses de autosuficiencia, la soberbia, pues debieran saber que en el equipo del candidato presidencial Peña Nieto no confían ni en el trabajo ni en los reportes de los responsables del priismo en Veracruz ni de su campaña, y que debido a ello están cruzando información y consultando con otros actores…”.
Ayer la revista Proceso publica una nota que explicaría la causa de esa desconfianza. Con el encabezado “Se prenden focos de alarma”, firmada por los reporteros Jesusa Cervantes y Jenaro Villamil, se informa que el “grupo compacto” de campaña, alterno al formal con cargos partidistas y de campaña, detectó focos rojos donde existe el riesgo de que el PRI pierda la elección del 1 de julio: Oaxaca, Veracruz, Tabasco, Morelos y Chiapas, en ese orden. Según un integrante del equipo de campaña del mexiquense, “tres encuestas elaboradas por despachos diferentes indican que en Veracruz los resultados (de la campaña del PRI) son ‘un desastre’, lo cual tiene alarmados a los integrantes del equipo peñista”.
En la nota de Proceso se recuerda que el 11 de enero, el candidato anunció la conformación de su equipo de campaña, pero que, sin embargo, la verdadera conducción es de la “estructura paralela” que trae el aspirante priista. “Su gente de confianza es la que dispone la forma en que debe distribuirse el dinero, quién recolecta apoyos entre gobernadores, qué lineamientos de defensa se esgrimen ante el IFE y quién evalúa verdaderamente la campaña”. Se citan dos nombres: Alfredo del Mazo y Juan Antonio González, como los verdaderos asesores.
A ese equipo es al que me referí el 8 de mayo, del que dije “no confían ni en el trabajo ni en los reportes de los responsables del priismo en Veracruz ni de su campaña, y que debido a ello están cruzando información y consultando con otros actores…”.
Proceso no lo dice ayer, pero el foco de alarma es porque, de acuerdo con las encuestas de los mexiquenses, Andrés Manuel López Obrador despunta otra vez, como hace seis años cuando quedó en primer lugar, y ahora no solo está jalando a los indecisos sino también a una gran cantidad de jóvenes, además de a importantes organizaciones del priismo tradicional como la de los taxistas ante la nula dirigencia de lo que fue la CNOP a cargo de una gris mujer, Guadalupe Porras, cuestionada además por actos de corrupción a su paso como presidenta municipal de Minatitlán.
Sobre este particular, este fin de semana estuve en el sur y me sorprendió especialmente en Coatzacoalcos comprobar que todos los taxistas se unieron para hacer labor a favor de El Peje, situación que también, por si no están enterados los responsables en esta capital, se da en Xalapa. En Minatitlán tuve el testimonio directo de responsables de seccionales priistas que me comentaron que ven todo “muy flojo” y la impresión que me quedó es que los empieza a invadir el desánimo.
Sumado a lo anterior, en el estado especialmente los candidatos a diputados federales del PRI viven ya las consecuencias del efecto de la manipulación de los programas sociales que está haciendo el Gobierno Federal para favorecer a los candidatos del PAN y ven, comprueban cómo una parte del electorado los ha dejado de seguir, les está dando la espalda, pero además se están multiplicando los desafectos ya que los operadores oficiales y oficiosos blanquiazules están condicionando pero también ofreciendo más apoyos a todo aquel que lleve a dos beneficiarios más, que a su vez se convertirán en potenciales votantes a favor del panismo, porque también los seducirán con “apoyos”.
Donde más se advierte este manipuleo y control es en los municipios gobernados por alcaldes panistas, donde a base de beneficios como los del programa Oportunidades, los presidentes municipales albiazules han logrado que en algunos casos los candidatos priistas se queden solos en sus actos o cuando mucho tengan registros de diez, quince o veinte personas, y que los promotores del voto tricolor se queden con sus gorras, lapiceros, propaganda o lo que lleven, porque los ya convencidos beneficiarios y ahora pro o neopanistas los rechazan. Para ellos están mejor las ofertas del Gobierno Federal y su partido.
Se trata de un trabajo silencioso pero efectivo, tanto que seguramente el rejuego de candidaturas al Senado que traen en la cúpula estatal no afectará la cooptación de votos, pues, hasta donde se sabe, en lo que resta de la campaña los panistas meterán más recursos en forma de apoyos sociales, además de que, también se tiene conocimiento, tienen una gran reserva económica para comprar votos el día de las elecciones.
Por eso regresa mañana Peña Nieto ahora a Misantla, para tratar de capitalizar el voto de los maestros con un acto masivo en la tierra de los caciques magisteriales Alfonso Arroyo Flores, extinto cuya figura veneran, y Juan Nicolás Callejas Arroyo, pues sabe y teme que si los mentores jalan con Gabriel Quadri para tratar de ayudar a su lideresa Elba Esther Gordillo a mantener el registro de su franquicia electoral, el famoso Panal, la posibilidad de triunfo estaría en serio peligro por la resta de votos.