Sí, se trata del mismo proceso electoral que inició el 31 de marzo pasado, pero es otra la campaña electoral que estamos viviendo ya.
En cuestión de cinco días, entre el 6 y el 11 de mayo cuando tuvo lugar el primer debate entre los candidatos presidenciales y cuando Enrique Peña Nieto salió entre protestas de la Universidad Iberoamericana, el panorama cambió totalmente.
Vivimos tiempos inéditos en la vida pública y política del país y debemos prepararnos para todo. La única certeza que se tiene ahora es que gane quien gane la elección sabe ya que tendrá que gobernar con una sociedad renovada por jóvenes cuyo poder reside en 140 caracteres, los de un twitt.
Era yo muy joven, pero ya tenía varios años ejerciendo el periodismo. Han pasado 37 años y todavía recuerdo la foto a media plana en la primera página de El Heraldo de México, ya desaparecido, que mostraba al entonces presidente Luis Echeverría sangrando de la cara y tratándose de limpiar la sangre con un pañuelo: estudiantes de la UNAM lo habían corrido de Ciudad Universitaria y en la persecución le habían alcanzado a dar con una piedra, en lo que ya la historia registra como “La pedrada a Echeverría”.
La de Echeverría fue una provocación. Estaba muy viva todavía la represión a los estudiantes en 1968 ordenada por el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz pero apoyada por su secretario de Gobernación, el propio Echeverría, quien tres años después, ya como presidente, había ordenado también otra represión contra jóvenes estudiantes, el conocido “Halconazo” del 10 de junio de 1971, por lo que la mañana de aquel 14 de marzo de 1975 no le podía esperar otra cosa. Él se había empeñado en ir a inaugurar los cursos pese al rechazo de los jóvenes y desde que estaban en el auditorio empezaron a lanzar al presídium monedas de 20 centavos de entonces, que eran grandes, gruesas y pesadas, al tiempo que protestaban ruidosamente.
Echeverría cometió la imprudencia de enfrentárseles micrófono en mano y todavía les gritó “¡Jóvenes manipulados por la CIA!”. La situación se salió fuera de control.
Desde entonces no había ocurrido algo igual hasta el pasado 11 de mayo en la Ibero, situación que seguramente los estrategas de Enrique Peña Nieto y menos los responsables de su seguridad no esperaban, tal vez pensando en que se trataba de una universidad privada y no pública como la UNAM, es decir, que se trataría de un auditorio a modo, pues no es un secreto que solo lo estaban llevando a actos en los que no estuviera expuesto a ninguna situación incómoda. Se equivocaron.
Hasta ayer, la secuela no solo no paraba ni disminuía, sino que se mantiene viva, con los jóvenes, ahora de todas las universidades, públicas y privadas, protestando.
Ayer temprano quedé verdaderamente sorprendido al ver el despliegue informativo de más de 20 minutos efectivos de tiempo que dedicó Carlos Loret de Mola apenas abrir su noticiero “Primero Noticias” a las 7 de la mañana en Televisa para reseñar todo lo sucedido en torno al caso, desde que se inició con el rechazo en la Ibero hasta las manifestaciones por las calles de la ciudad de México y de las principales ciudades del país incluidas las protestas frente a las instalaciones de la propia Televisa, algo que nunca jamás había ocurrido en la historia televisiva de México.
Fue una victoria limpia, legítima de los jóvenes estudiantes. Pero con qué elementos contarán en Televisa, con qué información sobre el poder de estas manifestaciones, que siendo tan soberbios doblaron las manos, consiguiendo así este grupo de jóvenes lo que nunca antes nadie había logrado. Es hora de acabar con este monopolio.
Ayer temprano leí, como lo hago siempre, a Ciro Gómez Leyva, quien minimiza el movimiento juvenil hasta ahora. Y con base en la encuesta que lleva a su diario, escribió: “Hay otra variables que medir. Por ejemplo, en la encuesta de seguimiento diario MILENIO-GEA/ISA, Enrique Peña Nieto, objeto de la protesta, tenía el jueves 10 de mayo, el jueves previo a la Ibero, 47 por ciento de las intenciones de voto (22 por ciento más que Andrés Manuel López Obrador). Ayer tenía 48 por ciento, 26 más que López Obrador”.
Por la tarde, en el portal de la agencia Proceso, leí otra cara de la moneda: la encuestadora María de las Heras “destaca que el candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, se acercó a 8 puntos del abanderado del PRI, Enrique Peña Nieto, mientras que la aspirante del PAN, Josefina Vázquez Mota, se rezagó a un tercer lugar”.
De acuerdo a De las Heras, el mexiquense sigue adelante con el 39% pero El Peje subió ya a 31 y la panista está en 26. Se aclara que esta encuesta se levantó entre el 10 y el 13 de mayo, por lo que aún no refleja el impacto de lo ocurrido en la Ibero el día 11.
Así, Peña tendría 19 millones de votos, López Obrador 15, y Vázquez Mota 13. Pero casi coincidente, en el mismo portal, leí que Covarrubias y Asociados acerca la distancia a 9 puntos. Según esta encuestadora, Peña Nieto cayó seis puntos porcentuales, ubicándose con el 36% mientras que López Obrador subió tres puntos y llegó a 27%. Parametría, por su parte, daba 46% para Peña Nieto, 26 para Vázquez Mota y 21.2 para López Obrador, y Rafel Giménez, encuestador que ha trabajado para el PAN, daba a Peña 32%, a Josefina 27 y a Andrés Manuel 20.
En medio de este inesperado panorama, se prepara ya la visita que Peña Nieto hará el próximo 17 de junio, Día del Padre, a Lerdo de Tejada, Minatitlán y Coatzacoalcos, para lo cual se realizó una reunión en un hotel del antiguo Puerto México encabezada por Jorge Carvallo Delfín, coordinador general de la campaña del mexiquense en la entidad y a la que habrían asistido el maestro Carlos Brito Gómez, presidente de la Comisión de Procesos Internos del CDE tricolor, el alcalde Marcos Theurel Cotero, el candidato a diputado federal por el distrito, Joaquín Caballero Rosiñol, y los dirigentes petroleros Ramón Hernández Toledo y Edith Carrillo Díaz, de Nanchital y Minatitlán, respectivamente, entre otros.
La visita cobra especial significación porque se dará una semana exacta después del segundo y último debate de los candidatos presidenciales, pero ya prácticamente en la recta final, a solo dos semanas de que tengan lugar las elecciones. Y desde ya empezó a hacer ruido que en Minatitlán encabezará un acto con trabajadores petroleros que estarán encabezados por su dirigente nacional Carlos Romero Deschamps, a cuya hija Paulina acaba de exhibir el diario Reforma por la forma ostentosa y hasta ofensiva con que se conduce pues se pasea por todo el mundo mejor que la hija de algún jeque árabe cuando el sueldo oficial de su padre es de apenas poco más de 24 mil pesos mensuales.
No está por demás recordar que en el sur del estado está el mayor bastión de Andrés Manuel López Obrador.
El priismo tendrá que echar toda la carne al asador en lo que resta de la contienda, pero también cuidarse hasta el exceso de no cometer más errores como el de Córdoba si es que quiere sumar y no restar; pero también los candidatos a diputados federales tendrán que intensificar sus campañas para ayudar a la causa, aunque se da por descontado que algunos perderán. Héctor y Pepe Yunes tendrán que seguir por lo menos igual que como van, aunque seguramente también apretarán el acelerador.
Después del 1 de julio, ya muy próximo, no habrá un mañana. Mientras hay que registrar bien, para recordar mañana, el cambio que se está dando en el país y que estamos viviendo.