Estamos, seguimos de luto. Mi solidaridad con la familia de Víctor Manuel Báez Chino, con los compañeros a los que duele su muerte.
Me sumo a quienes demandan y exigen el esclarecimiento de los hechos. Me preocupa, como creo que a todos, el grado al que han llegado las cosas. Grave que la Procuradora General de la República, Marisela Morales Ibáñez, haya declarado que la dependencia asumirá las investigaciones de los casos pendientes por su cuenta y ya no en colaboración con la Procuraduría General de Justicia del Estado.
Hay varios pendientes. Faltan respuestas. Y pensar que Víctor, que en paz descanse, estuvo a celebrar el pasado 7 de junio el Día de la Libertad de Prensa en el World Trade Center. Ya lo único que nos queda es pedirle a Dios que nos proteja. Solo él. En Veracruz, por lo que se continúa comprobando, nadie más.
Ayer no escuché o leí a ninguno de los integrantes ajenos al gobierno que forman la llamada Comisión Estatal para la Atención y Protección (?) de los Periodistas pronunciarse sobre el caso y sobre la situación que prevalece en la entidad cuando era –tristemente, cierto, pero necesario– la gran ocasión para estrenarse. Qué bueno que ya pronto habrán de reunirse para comenzar a organizarse y bla bla bla.
Veracruz, de nuevo, será hoy escenario de la batalla electoral por la Presidencia de la República. Prácticamente todo el día estará en el centro y sur del estado Enrique Peña Nieto. Irá a Tierra Blanca, Lerdo de Tejada y Coatzacoalcos. En este último lugar es donde se espera la mayor concentración, por la tarde. Los organizadores hablan de un acto de 30 mil almas. Ya no hay un mañana. En aquel extremo de la entidad prácticamente ya están en el día “D” y ha empezado el desembarco para una batalla que se espera cruenta contra el pejismo, que tiene bien sembrada una cabeza de playa.
El sur es, será determinante para la victoria en el estado o bien del copetudo o bien del tabasqueño. La guerra será calle por calle, casa por casa. Los reportes previos para el tricolor no son nada tranquilizantes, menos optimistas. Pero la situación es en general para el priismo en el estado. Qué reportes tendrá el equipo de campaña de Peña Nieto sobre cómo están realmente las cosas en Veracruz que a partir de ayer empezaron a llegar a la entidad operadores directamente enviados por el mexiquense quienes con base en un mapa de rutas críticas empezarán a encabezar personalmente actos, mítines, visitas, para promover el voto a favor de Peña Nieto, o sea, ya no esperaron más y decidieron meterle mano directamente a la operación, lo que deja muy mal parados a los responsables de la campaña en el estado.
Pasada la batalla el cada vez más cercano 1 de julio, al hacer el recuento del saldo y el control de daños, se comprobará quiénes fallaron porque no supieron, porque no pudieron o porque se confiaron y no hicieron lo que debían, todo ello agregado a los malos candidatos que fueron postulados. Por ejemplo, en Martínez de la Torre la situación está en focos rojos, muy rojos, porque a quien le encargaron operar directamente el distrito lo hacía a control remoto desde Xalapa hasta que apenas en días pasado el jefe político le preguntó que hacía aquí, por qué no estaba trabajando en lo que le encomendaron, y aunque ya se empezó a mover con la ayuda de otros, tal vez ya es tarde.
Aquí he comentado que en el distrito de Xalapa Rural, Alejandro Montano Guzmán va a ganar gracias a un trabajo de mucho tiempo atrás y de tiempo completo. Pero ahora el clima se le está enrareciendo mucho, empezaron a aparecer muchos nubarrones. Los últimos reportes, los informes, las encuestas son preocupantes para el priismo. Ciertamente lleva la ventaja en varios municipios, pero en los pequeños, no así en los grandes como Alto Lucero, que está pintado de azul, o en los que están de cara a la costa, que están pintados de amarillo y que es donde se concentra el mayor número de votantes.
Xalapa prácticamente es una versión del Distrito Federal, acaso en parte gracias a la comunidad académica y estudiantil universitaria: está pintada de amarillo y según las encuestas pierden no solo Reynaldo Escobar Pérez sino el propio Enrique Peña Nieto, ganan ¡Uriel Flores Aguayo! y López Obrador. Y así. Solo se salvan y llevan una buena ventaja los candidatos al Senado José Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa, en quienes ahora recae el peso de ayudar a sumar el mayor números de votos para el tricolor y quienes, vistas como están las cosas, son los únicos que pueden sacar a flote, hasta donde puedan, al candidato presidencial de su partido, que es en lo que se concentrarán y para ello han programado varios precierres de campaña en las cabeceras distritales para, además, de paso, darles respiración electoral de boca a boca a los candidatos a diputados federales, aunque algunos ya huelen a flores de cempasúchil, ceras o parafinas de velas y veladoras, agua bendita, café negro y pan de dulce, o sea, a velorio. Por lo pronto, Pepe y Héctor, Héctor y Pepe harán su cierra de campaña regional en Veracruz-Boca del Río mañana sábado por la tarde con una concentración en el estadio Luis “Pirata” Fuentes donde, además, el platillo fuerte serán Paquita la del Barrio y Lalo Desezarte. Como dice Joe de Lara, ¡allá nos vemooos!
Hasta ahora, de acuerdo a las encuestas que se tienen, la mayor competencia y el más serio contrincante que tiene el PRI es López Obrador y no Josefina Vázquez Mota, quien por cierto hoy mismo llega por la noche a Poza Rica para iniciar un recorrido por la entidad en donde cifra sus esperanzas de alcanzar un significativo número de votos. Ayer su equipo presentó una encuesta que, según, arroja que ya empató al Peje. Si así fuera cierto, al único que benefician es al PRI, pues fraccionan el voto que podría ser para cualquiera de los dos que van en segundo lugar.
Yo soy de los que me apantallé con la intervención de Gabriel Quadri en el primer debate. Pero no sabía de sus cualidades de payaso. Mire usted que haber pedido ayer a su madre política –Josefina Vázquez Mota dixit– Elba Esther Gordillo que convenza a Enrique Peña Nieto ¡para que decline a su favor! Tiene gracia. Por lo menos, en estos días tan aciagos, sirve para siquiera para esbozar una sonrisa. Y no está mal como fin de semana.