Interesante, en lo político, lo que se publicó ayer en la columna “Trascendió” del diario Milenio: “Que Manlio Fabio Beltrones, coordinador del PRI en la Cámara de Diputados, frenó en seco a los adelantados que en lo personal o como grupo buscaban la presidencia de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública”. Que: “La instrucción fue directa: el nombramiento no se decidirá en la fracción priista de la Cámara de Diputados, porque lo hará directamente el presidente electo”.

La referida comisión, de acuerdo a la Ley Orgánica del Congreso, tiene la facultad de dictaminar el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación y emitir acuerdos para realizar las actividades que se establecen en la misma y en otros ordenamientos aplicables.

La información es ilustrativa y tiene varias lecturas, la más importante: que el nuevo Presidente, como en el pasado priista antes del año 2000, ejerce, desde ya, un control político absoluto en todo lo que tenga que ver con asuntos no solo del Ejecutivo federal, sino también del Legislativo e incluso de los estados y hasta de los municipios más relevantes del país.

Con un criterio legalista se podría argumentar y alegar que el Poder Legislativo es autónomo y que por lo tanto puede decidir libremente sobre su vida interna y sobre su toma de decisiones. Que no obedece a ningún sometimiento ni ante el Ejecutivo ni ante el Judicial, pero, en la práctica, en los hechos, ya empezamos a ver que se retorna al ejercicio vertical, centralista, hegemónico del poder; es decir al de aquí solo mis chicharrones truenan y solo se hace lo que yo digo.

Se sabe que al Presidente Electo le preocupan varios estados del país, por sus malos resultados políticos, electorales, de inseguridad, de desorden administrativo, etcétera, tres de ellos Nuevo León, Quintana Roo y Tamaulipas, pero hay más, y se sabe que está decidido a meterles mano, Tamaulipas uno de los primeros, adonde había decidido que llegara a hacerse cargo de la Secretaría de Gobierno, enviado por él para meter orden ante la mala gestión del gobernador Egidio Torre Cantú, el ex diputado federal y ex senador Felipe Solís Acero, un tamaulipeco con trayectoria partidista y en la administración pública, quien debía haber asumido el cargo el pasado 1 de septiembre, lo que no se concretó porque al final decidió incluirlo en su equipo de transición como coordinador Jurídico, área que depende de la coordinación de Política y Seguridad, que dirige Miguel Ángel Osorio Chong. Pero el calambre político en Tamaulipas debe seguir y estar muy fuerte.

Seguramente en el futuro, más temprano que tarde o más tarde que temprano, habremos de ver movimientos en algunos estados, movimientos ordenados por el presidente Peña Nieto, pero el hecho del que ahora informa Milenio no expresa más que el control que ya ha tomado de la vida política de su partido, del que ya empieza a tomar en la conducción del gobierno, que quien sepa de política sabrá y tendrá que interpretarlo, tomar nota y actuar (o no actuar) en consecuencia.

Pero el freno que aplicó hasta el fondo el diputado Beltrones a los adelantados (dice el periódico), a los acelerados también suele llamárseles, empieza a confirmar lo que se ha venido diciendo en el círculo cercano al mexiquense: que no se permitirá más desorden ni de personas ni de grupos, que no se permitirán más presiones de ningún tipo.

El hecho de que el nuevo Presidente vaya a decidir quién presidirá una de las más importantes comisiones de la Cámara de Diputados, la de Presupuesto y Cuenta Pública, habla también de que toma ya bajo su control el manejo y la distribución de recursos federales, incluidas las partidas que se habrán de asignar a los estados y municipios del país. Poder, pues, político, pero también poder económico. Y de ellos se deriva el poder social.

Lo anterior confirmaría lo que publiqué ayer: “Puede ser sintomático. El hecho de que en el equipo de transición presidencial no esté ningún veracruzano podría apuntar a que la titularidad de las delegaciones federales podría recaer en funcionarios no necesariamente veracruzanos y con sello totalmente peñanietista, esto es, que vendrían del altiplano, con lo que muchos aspirantes de la aldea se quedarían con las ganas de pasar a formar parte de la nómina federal. Por lo que se empieza a ver, el del mexiquense es un equipo muy cerrado y seguramente querrán tener como funcionarios a personas que respondan a su confianza”.

¿Querrá el presidente Peña Nieto dejar en manos de políticos locales el manejo del jugoso Programa Oportunidades? ¿O la siempre atractiva delegación de la Secretaría de Desarrollo Social?

Lecciones de una democracia verdadera
Leer para creer. En el diario ABC de España se publicó ayer que la presidenta de Castilla-La Mancha (una comunidad autónoma del país ibérico formada por 919 municipios que integran las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo), María Dolores de Cospedal, anunció que reducirá a la mitad el número de diputados regionales, que ahora es de 49, previa reunión con el Grupo Parlamentario Socialista, que si la apoya hará que los nuevos parlamentarios no cobren un sueldo del Parlamento regional sino que solo reciban dietas por asistencia, y que solo si tienen un trabajo y lo permite la ley de incompatibilidades percibirán su sueldo pero de su trabajo privado.

La presidenta del Ejecutivo castellano-manchego manifestó que el objetivo es que los diputados “vivan de sus profesiones y no de la política”. Ante la grave crisis económica que vive España, ha dicho: “En tiempos difíciles, los políticos somos los primeros que tenemos que dar el ejemplo. No podemos hacer de la política una profesión para toda la vida, sino servidores públicos”. “Demostremos a todos los ciudadanos que cuando uno es diputado regional lo hace porque, pudiéndose ganar la vida, se quiere dedicar a trabajar por los demás”, puntualizó.

Pero la señora no está sola en su propuesta. Su idea ha sido planteada también por Madrid, Extremadura, Galicia y Baleares, y el portavoz del grupo popular en las Cortes de Castilla-La Mancha, Francisco Cañizares, defendió la iniciativa planteada por su jefa de filas y señaló: “Quien ha vivido de la política toda la vida no es capaz de saber las necesidades de la gente”. Qué come que adivina, maestro, le diría uno acá.

Y pensar que acá los diputados no solo cobran sus jugosas dietas, sino que incluso algunos tienen sueldo aparte en la Universidad Veracruzana y otros tienen una y hasta dos plazas como profesores afiliados al SNTE, aparte de sus negocios o empresas que han hecho al amparo del poder.

 

Ahora sí, como diría el inolvidable y siempre bien recordado periodista Rubén Pabello Acosta, ¡qué chulo veraneando!
Lamentablemente, estamos a años luz de distancia de que alguna vez lleguemos a escuchar, leer, enterarnos de una propuesta similar a la que ha hecho ahora la política española. Pero allá, allá sí existe una democracia verdadera.