El polémico tema por el alto costo del peaje del tramo Banderilla-Cerro Gordo del libramiento de Xalapa ha desnudado también cómo se perdió el sentido de la alta representación que tienen los diputados, ya sean locales o federales.
Es un decir, sólo eso –porque los hechos y sus actuaciones lo desmienten– que los legisladores son “representantes populares”, esto es, que representan los intereses de la sociedad, de la población, que con su voto los llevó a la llamada “la más alta tribuna” (je je) del pueblo veracruzano.
El Legislativo constituye otro poder, entendido como el segundo después del Ejecutivo por un sentido tradicional, de hábito o costumbre, aunque en rigor debería ser el primero precisamente porque representa (es un decir) los intereses populares, porque su función es específica de legislar en beneficio de sus representados.
En el caso del libramiento de Xalapa, que se sepa, nuestro representante local (es un decir), el joven diputado Américo Zúñiga Martínez, ha guardado silencio y no ha salido en defensa de los usuarios, muchos de ellos sus representados, para que se baje el costo, incluso como una medida para hacer que los automovilistas opten por la nueva autopista y desfoguen un poco el aforo vehicular de la capital del estado.
Del diputado federal, Uriel Flores Aguayo, tampoco he sabido que se haya pronunciado al respecto, al igual que del otro “representante popular” por la demarcación rural del área, Alejandro Montano Guzmán.
Incluso el presidente del Congreso local, el priista Eduardo Andrade Sánchez, en lugar de defender los intereses ciudadanos, del pueblo, de protestar y de reclamar para que no se le acuchille por la espalda con tal alta tarifa, ¡salió en defensa de los concesionarios y a justificar el exorbitante cobro!, según un declaración suya que se publicó ayer en El Heraldo de Xalapa.
Eso no fue lo que ofrecieron cuando nos pidieron el voto. Dijeron que nos iban a representar dignamente y a representar nuestros intereses. Ya se sabe a qué intereses responden y bien saben que tampoco lograrían nada, pero lo debieran hacer por lo menos para taparle el ojo al macho. Pero ni siquiera eso.
En pocos meses nos volverán a pedir el voto, ya sea para sus intereses personales o para los de sus partidos. Acaso es tiempo para ponerse a considerar si vale la pena tener ese tipo de “representantes”.
Pero, tristemente, tampoco mis amigos los senadores José Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa han dicho ni pío.
Ya sólo falta que también el magistrado presidente de Tribunal Superior de Justicia, Alberto Sosa Hernández, salga a justificar la obra inconclusa y el alto cobro para que todos los poderes, incluido el cuarto de la prensa (en una buena mayoría) y el quinto (o acaso el verdaderamente primero) de la Iglesia den la espalda y dejen huérfanos a los usuarios, a los que supuestamente tienen la obligación de defender.
De la única que he leído que ha estado haciendo reclamos para que la obra quede totalmente y bien concluida para que ofrezca todas las condiciones de seguridad así como que no se olvide reparar todos los daños que causó la construcción ha sido de la alcaldesa de Xalapa, Elizabeth Morales García, lo que la honra y por lo que debe reconocérsele.
Nadie se opone al progreso, al desarrollo, a más y mejores vías de comunicación. Lo que no se justifica es el abuso, la sangría al pueblo.
En la justificación que se pretende al atraco y para proteger intereses particulares empresariales transnacionales, se anuncia que se obligará a transportistas de unidades pesadas a que circulen por el libramiento. Obligar es coartar la libertad, pero suponiendo que se logre tal imposición, los transportistas pagarán finalmente la alcabala, gasto que trasladarán a los usuarios de sus servicios (comerciantes, empresarios, industriales, prestadores de servicios), los que finalmente harán que se los paguen los paganos de siempre, o sea la población, subiendo los precios. En esa cadena, los únicos que pierden y pagan son los de abajo.
A los diputados, a nuestros “representantes populares”, el problema se ve que los tiene sin cuidado e incluso justifican el cobro callando o diciéndolo abiertamente. Es entendible.
Cobran más de 100 mil pesos mensuales dizque por defender los intereses de la población y en este momento se frotan ya las manos por el aguinaldo que recibirán en menos de un mes, de al menos otros 100 mil pesos más. Cuál sufrir.
¿Usted por quién votó? ¿Lo volvería a hacer?
Qué Dios nos agarre confesados
Estamos a unas horas de que el Presidente electo de a conocer su equipo de gobierno. Qué Dios nos agarre confesados por cuanto a quienes va a nombrar, es decir, que sean los adecuados o los idóneos, que respondan, que sean los que México y Veracruz necesitan.
¿Qué veracruzanos se integran? Todo indica que de secretarios, ninguno. Pero pudiera ser que en otro nivel, de subsecretarios, directores generales, directores u oficiales mayores, pudieran ir dos: Tomás Ruiz González y Jorge Carvallo Delfín.
De éste último, no se debe perder de vista que su hermano Héctor Karim es actualmente el presidente municipal electo del municipio de Cuautitlán Izcalli, uno de los municipios industriales más poderosos del Estado de México, quien entrará en funciones constitucionales el próximo 6 de diciembre, es decir, que la familia Carvallo Delfín forma parte de la familia política del Estado de México, la que llega al poder.
Que se sepa, Jorge se mantiene trabajando en el Congreso de Veracruz, con lealtad al gobernador Javier Duarte de Ochoa y, de darse su promoción política, será otro activo político que tendrá el cordobés en el equipo presidencial.
Mientras tanto, hoy, junto con el resto de sus compañeros, será anfitrión, en el Congreso del Estado, del secretario de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón, así como de Gina Domínguez Colío, coordinadora general de Comunicación Social, quienes comparecerán para ampliar la información relativa al segundo informe de gobierno, así como del propio Ejecutivo del estado para la ceremonia en homenaje a don Adolfo Ruiz Cortines.
De ahí entrará una etapa de impasse político. El Gobernador tendría que viajar a París a recibir un galardón de reconocimiento a Veracruz la próxima semana, pero tal vez no se mueva de su base para esperar las novedades que vendrán con el cambio de gobierno federal. Todo puede ser. Habrá que estar pendientes.