Que recuerde –a menos que yo mal recuerde, lo cual es muy posible–, desde siempre la elección del candidato priista al gobierno del estado ha sido por convención de delegados.

 

Siempre. Nunca de otra forma. Por eso, no entiendo porqué tanto ruido sobre el método –el mismo de siempre– que se aprobó el sábado 12 de diciembre en el Consejo Político.

 

Incluso, dada la característica del tipo de candidato del que se trata, en su momento, cuando ha llegado el momento, reunidos ya los delegados, han hecho la elección por aclamación, es decir, como en Fuenteovejuna, todos a una, sin ni siquiera contar los votos.

Ese método, en la práctica, no ha sido más que una mera formalidad apoyada en los Estatutos para legitimar la decisión del Gran Elector –hasta antes del 2000 el presidente de la república, ahora los gobernadores–, quien –se supone– interpreta el sentir de la base militante, de los sectores y las organizaciones sobre la persona idónea para “abanderar los postulados del partido” (ésta ya es un frase hecha, que se usa siempre para estos casos).  

El mismo método de selección se ha aprobado para los candidatos a senadores y a diputados.

 

En los únicos casos en que ha habido un método diferente es en la elección de algunos candidatos a presidentes municipales de zonas serranas indígenas, donde de acuerdo con los Estatutos se ha seleccionado de acuerdo a los usos y costumbres.

 

Por lo menos eso ocurrió en algunos casos en el pasado, cuando el patriarca del pueblo, porque así se vino acostumbrando, decidió quién debía ser el candidato y próximo (y nuevo) presidente municipal.

 

No sé si con los cambios que ha habido en el país y en el estado todavía se aplique, pero me tocó ser testigo de algunos casos.

Por eso no esperaba otra cosa ni me extrañó el acuerdo tomado. Sí en cambio, con todo y los asegunes que haya tenido, me pareció un avance, así haya sido mínimo, primero que se haya aceptado la petición, luego autorizado y finalmente que se haya permitido que ante el pleno del Consejo hablara una voz para exigir apertura y reclamar imparcialidad, equidad, transparencia y un proceso democrático para la postulación de los próximos candidatos a gobernador, diputados locales y presidentes municipales.

El diputado local Héctor Yunes Landa actuó correctamente e incluso rectificó la postura que había venido manteniendo de que la elección del candidato a gobernador  fuera con base en encuestas o en una gran encuesta, pues ante el pleno tricolor coincidió en que sí, que se elija por convención de delegados.

 

Eso incluso lo puso a salvo de parecer incongruente, pues los cargos de elección popular que tenido los obtuvo de postulaciones acordadas por convención de delegados, nunca con base en encuestas.

Si se pedía, si se quiere unidad en el Revolucionario Institucional para la gran jornada electoral del 2010, se dio un primer y gran paso.

 

Me imagino que si a alguien decepcionó Yunes Landa fue a la oposición, en especial a la blanquiazul, que seguramente esperaba una ruptura e incluso, no se dude, hasta una verdadera carnicería política.

 

No la hubo, también para decepción de los que pensaban adornar sus 8 columnas del día siguiente.

Digo que representa un avance dentro de la prácticas del PRI escuchar a quien disiente o a quien no está de acuerdo en todo, como lo hicieron con respeto (muchos me han comentado  que hasta con indiferencia) los delegados de ese partido el sábado, pues como bien recordó recientemente mi compañero y amigo César Vázquez Chagoya en su columna “Pasillos del Poder”, la última vez que alguien quiso expresar un desacuerdo ante el pleno de consejeros fue el profesor y ex presidente del CDE Guillermo Héctor Zúñiga Martínez, en 2002, en el Consejo Político en que se eligió como presidente del Comité Directivo Estatal a Adolfo Mota Hernández, cuando incluso en forma reprobable y vergonzosa un grupo de porros lo acalló con violencia y agresiones verbales.
En siete años, así, ha habido un gran salto cualitativo en la forma de hacer política del PRI en Veracruz.

 

Por las características de nuestro sistema político, esto habla bien, en el fondo, del responsable político del estado Fidel Herrera Beltrán, tanto como militante especial priista como gobernador. Eso debiera, eso debe ser la práctica común, lo normal, no sólo en el PRI sino en todos los partidos si deveras se quiere hablar de avance democrático.

Héctor Yunes Landa aceptó el método pero hizo propuestas que deben atenderse si se quiere consolidar la unidad ya –tácitamente– pactada.

 

No se debe desdeñar su petición de que todos los proyectos políticos de la militancia se expresen y que el PRI actúe, incluya, incorpore y sume, ni que se someta ni que se excluya o lastime a nadie si se quiere ganar.

 

No se debe escuchar a los “asesores”, a los “consejeros”, a los profesionales del aceleramiento, que proponen todo eso.

Disentir es positivo, enriquece. El día en que el PRI actúe como un ente monolítico, ese día estará cavando su tumba. Así actuaron los regímenes hitlerianos, stalinistas, hoy en la basura de la Historia.

 

Disciplina implica el acatamiento de normas, no la unificación del pensamiento ni la cancelación de libertades. Por eso, cuánto enriquecen y dan vida al tricolor, representantes como la diputada local Dalia Edith Pérez Castañeda y el diputado federal Ricardo Ahued Bardahuil, por el apego a sus convicciones y el respeto al compromiso que contrajeron al recibir el voto ciudadano. Una se opuso, con éxito, a la ley antiaborto.

 

Otro, se opuso, lamentablemente sin éxito, al aumento de impuestos federales, pero demostró a sus representados que por encima de cualquier otro interés está el de ellos.

En fin. El primer paso formal dentro del PRI con miras al 2010 se dio bien y en firme. El saldo fue blanco y positivo. Dentro de la diversidad, el sábado 12 de diciembre, se salió con unidad.

 

Tiene que reconocerse el trabajo, el tejido político de Fidel Herrera Beltrán. Sin embargo, acordada en principio esa unidad, lo difícil ahora será mantenerla. En gran parte, ahí se fincará el éxito para el 2010.

Pero esta última quincena quiero dejar descansar a quienes hacen el favor de leerme y aviso que no voy a escribir el resto del año. Aunque no quiero salir del aire sin comentar que me felicito por tener a autoridades en el Ayuntamiento y a un representante en la Cámara federal de Diputados que sí están pendientes de quienes votamos por ellos.

En fechas recientes estuvieron en mi colonia, la 2 de Abril, en el área de La Piedad y la Casa de Gobierno, en Xalapa, primero la presidenta del DIF Municipal, Mariana Munguía de Velasco, esposa y digna y eficaz representante del alcalde David Velasco Chedraui, y luego el diputado federal Ricardo Ahued Bardahuil, admirable también por su sencillez y su preocupación por quienes vivimos en el distrito.

Ambos, aunque en fechas diferentes, se reunieron en un domicilio particular en la privada de Hernán Cortés y ahí escucharon a los vecinos, uno a uno, con toda paciencia y atención, quienes les plantearon los problemas de la demarcación, principalmente el de la inseguridad, aunque según una nueva vecina llegada del Distrito Federal es de risa hablar entre nosotros de inseguridad –ella hasta se rio– “porque ustedes viven en un verdadero vergel; inseguridad la que hay en la ciudad de México, de donde yo vengo”. 

 

 El caso es que, para contento y satisfacción nuestra, el alcalde a través de su esposa y el diputado federal, sin alharaca, sin reflectores, de la forma más sencilla y directa, nos atienden y le dan sentido y valor real a nuestro voto.
No sé cuantos veracruzanos, de los 212 municipios, puedan felicitarse como lo hacemos por el motivo que lo hacemos los vecinos de la (mi) colonia.

 

No sé cuantas autoridades municipales más están atendiendo así a los vecinos o cuantos diputados federales y locales lo hacen con sus representados.

 

Generalmente sólo se escribe de lo malo, de lo negativo. Yo quiero resaltar también lo bueno, lo positivo.

 

No todas las autoridades municipales ni todos los legisladores han de ser pura demagogia, promesas, “rollos”, ofrecimientos que no cumplen, irresponsabilidad, abandono de sus representados, desinterés hacia ellos.

 

Mi reconocimiento a David Velasco  Chedraui y a su esposa Mariana así como a Ricardo Ahued Bardahuil. Sin ninguna duda, volvería a votar por ellos.

Agradecimiento y felicidades a mis amigos de los portales informativos www.gobernantes.com, de Xalapa, y www.cambiodigital.com.mx, del puerto de Veracruz, por sus brindis de fin de año este viernes por la noche, y a  los de www.crónicadelpoder.com, también de Xalapa, por la comida del lunes con motivo de la mención honorífica que les otorgó el Club de Periodistas de México, A.C. 

 

Felicidades anticipadas también al colega Marco Antonio Aguirre por la presentación de su libro Más de 10 para el 10, este viernes en un hotel de la capital del estado y mi agradecimiento por su invitación personal para acompañarlo. Dios mediante estaremos de vuelta aquí en el 2010.