Un tema que ha estado vigente en la agenda mediática de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río-Medellín es el de la aparente quiebra financiera del Sistema de Agua y Saneamiento Metropolitano, mejor conocido como el SAS, un organismo, vale la pena destacarlo, codiciado por el volumen de recursos económicos que maneja.
 
El asunto, además de económico-financiero, es político, ya que dos de los tres municipios que conforman el sistema operador del agua, Boca del Río y Medellín, serán gobernados por integrantes del Partido Acción Nacional a partir de enero próximo, y por cuatro años. Veracruz, el más grande, es el único priista.

 

Para entender mejor por qué hoy es un tema de debate, polémico y de interés, se debe recordar que la precaria situación financiera del organismo tiene sus orígenes precisamente desde cuando los ayuntamientos panistas tenían mayoría en el Consejo de Administración y autorizaron y avalaron extravagantes canonjías al sindicato de trabajadores.

 

Ahora, los nuevos alcaldes de extracción albiazul que conformarán el próximo órgano de gobierno, sobre todo el boqueño Miguel Ángel Yunes Márquez, seguramente querrán hacer del tema un vendaval político no sólo en contra del titular del sistema, José Ricardo Ruiz Carmona, sino también en contra del gobernador Javier Duarte de Ochoa.

 

A Ruiz Carmona, mejor conocido como “Pepín”, ex diputado local del PRI, cercano en su momento al ex gobernador Fidel Herrera Beltrán y ahora al actual mandatario, le han llovido ya criticas acusándolo de carecer del perfil adecuado para su nombramiento.

 

Quienes conocen al clan Yunes aseguran que se frotan las manos pensando en que tendrán en su poder la administración del SAS, una fuente de recursos para apuntalar sus proyectos políticos en especial los de 2015 y 2016 cuando se renovarán la Cámara de Diputados federal y la gubernatura, y desde esa cabeza de playa enviar misiles en contra de la clase política priista, pero sobre todo en contra de Herrera Beltrán y Duarte de Ochoa.

Del lado oficial, al parecer hasta la fecha hay indefinición acerca de este tema, acaso porque han estado más ocupados con el problema magisterial y el de la inseguridad pública en especial por los robos denunciados, pero se acorta el tiempo para tomar alguna decisión y el día D llegará y ya se verá qué se resuelve.

Lo que se sabe ahora es que hay quienes aconsejan como salida viable y para la salud del priismo, en especial ahora que tendrán mayoría abrumadora de votos en el Congreso local, que el SAS pase a control de la Comisión de Agua del Estado de Veracruz (CAEV).

Su argumento es que los Yunes de Boca del Río no harán concesiones y no se tentarán el corazón para actuar, en especial si teniendo el control del organismo de paso se hacen de información que pudieran aprovechar y que representaría un costo político para los tricolores. El tema es delicado, espinoso e interesante. A ver en qué termina todo.

Otro tema de la zona conurbada que despierta curiosidad es ver si la administración municipal panista que arribará el 1 de enero próximo cobrará impuestos a los dueños de los Tiburones Rojos de Veracruz, ya que se sabe que el actual gobierno municipal priista no lo hace bajo la amenaza de que si los aplica se llevarán el equipo a otro lado.

La curiosidad es porque en el pasado proceso electoral, el dueño de los Tiburones Rojos, Fidel Kuri Grajales, habría “jalado” con Miguel Ángel Yunes Linares, padre de quien será el nuevo alcalde boqueño, y habría algún compromiso por lo cual tampoco la nueva administración panista le cobrará un solo peso de impuestos.
¡Uf! La tormenta que viene.

Quién la viera
La ve uno tan seria, tan callada, tan mesurada. Cualquiera que no la conociera diría que es una mujer delicada, que no mata ni una mosca, que se la pasa en y sólo le gusta la comodidad, pero no es así.

El viernes pasado, la subsecretaria de Educación Básica de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV), Xóchitl Adela Osorio Martínez, mostró por qué en los últimos gobiernos ha permanecido en el cargo. Con todo valor, decisión y entereza fue a enfrentar a docentes de la Sierra de Zongolica y a rescatar a compañeros suyos de la SEV y de la delegación de Política Regional que estaban retenidos desde la tarde del jueves en la cabecera municipal de aquel lugar.

Llegó temprano, pasó al Palacio Municipal por la alcaldesa Lidia Irma Mezhua Campos y se fue al campamento de los rijosos. Los saludó a todos (demostró que se ha ganado su respeto) e incluso a los retenidos y se metió a dialogar y negociar en una casa habilitada para el propósito.

Se sobreentiende que los convenció, llegó a un arreglo con ellos y preparó el terreno para que el secretario del ramo Adolfo Mota Hernández fuera a cerrar acuerdos con los inconformes. Para ello logró que una veintena viajara con ella y con la alcaldesa en un camión hasta Orizaba, y de ahí en forma sigilosa se trasladaron a Córdoba donde en las primeras horas del sábado se dio por zanjado el problema.

Y quién la viera con esa sonrisita tan candorosa.
Una rectora sencilla, que no ha cambiado
Resulta fuera de lo común, pero a la vez estimulante, ver a la nueva rectora de la Universidad Veracruzana, Sara Ladrón de Guevara, comportarse como el común de los mortales xalapeños. La vi el pasado fin de semana en un centro comercial conducirse con toda sencillez, sin lujos, sin ostentación, sin “ayudantes”, sin guaruras, saludando a sus conocidos.

 

Por lo que se ve, el cargo que tiene, significativo sin duda, no la ha hecho cambiar ni a ella ni a su estilo de vida. Dada su alta representación y responsabilidad, que se pasee en la forma en que lo hace no demuestra más que es una funcionaria que da la cara, que no tiene nada que esconder ni de que esconderse, que no tiene temor a algún reclamo o reproche público porque está haciendo bien su tarea, que fue todo un acierto haberla designado como rectora y que deja bien al género. Y hay que reconocérselo.

 

Otro que también cuando puede viene a Xalapa e igual se pasea con toda sencillez en los centros comerciales, que lo que recibe son sólo saludos, que anda sin guaruras, es el ex Subsecretario de Gobierno, Enrique Ampudia Mello. El hombre, sin duda, aprovechó el cargo que tuvo para sembrar y cosecha ahora.

 

En la misma línea, estuvo el pasado fin de semana en Xalapa Sabás Huesca Rebolledo, ex Coordinador General de Comunicación Social en el Gobierno del licenciado Miguel Alemán Velasco.  Sigue dedicado a las tareas académicas en la Ciudad de México, relacionadas con la comunicación. Fuimos compañeros de trabajo y siempre he lamentado que las circunstancias no nos hayan permitido consolidar una verdadera amistad, porque aunque lo vi mucho pero lo conocí poco, siempre tuve la impresión, y la sigo teniendo, de que es un buen hombre, y que fue víctima y no culpable de situaciones que se le atribuyeron, de las habituales “grillas” palaciegas, así como de malos colaboradores que tuvo. Se le ve bien física y anímicamente.