(Quién lo iba a creer. Aquel grito de guerra pejista de voto por voto casilla por casilla se aplicará este martes cuando sea en Xalapa, en la propia sede del Instituto Electoral Veracruzano, donde se haga el recuento de los votos de la elección de Chumatlán, ante el reclamo del Partido del Trabajo, PT, que no acepta el resultado.
Se sabe que se contará voto por voto y casilla por casilla, y que también en la sede del PRI estaban tranquilos anoche pues según en la sede del tricolor, a la hora del cierre de la votación los representantes de casilla petista no hicieron ninguna observación y firmaron de conformidad las actas que se levantaron porque no detectaron ninguna anomalía; que los documentos no dejan lugar a dudas sobre quién ganó.
Hoy también entregarán constancia de mayoría a Teresa Amor Muñoz como presidenta municipal electa de Tepetzintla, así como a Marcos Estrada Montiel, de Las Choapas.)
El sábado 31 de mayo, con la integración de la nueva Comisión Permanente del PAN, concluyó el proceso de renovación de la dirigencia nacional de ese partido, en el que Gustavo Madero resultó reelegido como presidente.
Además de ganar la elección a Ernesto Cordero por amplio margen en una votación en la que por primera vez sufragó toda la militancia albiazul en el país y ya no sólo los consejeros, también acaparó las posiciones en la Comisión Permanente. Su corriente, pues, quedó muy fortalecida.
Pero el proceso de elección de la dirigencia nacional sirvió para aclarar en el estado el panorama panista de cara a la elección de consejeros estatales, qué grupos y cuántos subgrupos existen, cuáles se identifican entre sí por ser de la corriente maderista y cuáles por ser de la corderista, y por lo tanto cuáles podrían negociar y llegar a entenderse tanto para pujar por hacerse de la dirigencia estatal como luego de las candidaturas a diputados federales y más delante de la candidatura al Gobierno del estado.
De la corriente corderista, identificado plenamente con la actual dirigencia estatal, un grupo lo encabeza el actual presidente Enrique Cambranis Torres, que tiene a la vez dos subgrupos encabezados por Tito Delfín y Domingo Bahena, y alrededor de ellos Federico Salomón, Alba Leonila Méndez, Danilo Alvízar y María del Carmen Pontón Villa.
Otro grupo lo lidera Julen Rementería del Puerto, con subgrupos muy fragmentados en todo el estado, de diez personas en promedio; y un tercero es el Juan Bueno Torio, pero sólo con presencia e influencia en la región de Córdoba.
De la corriente maderista, teniendo como eje a Miguel Ángel Yunes Linares, estarían los grupos de los propios Yunes con influencia sobre todo en Veracruz-Boca del Río, Alvarado, Cosamaloapan y Alvarado; el de Joaquín Guzmán Avilés, con predominancia en Pánuco, Tantoyuca y Chicontepec; el de José de Jesús “Pepe” Mancha Alarcón, con poder en Tuxpan, Álamo, Poza Rica y Papantla y con quien jalaría también el subgrupo de Gonzalo Guízar Valladares, de Coatzacoalcos; el de José “Pepe” de la Torre, con peso en Martínez de la Torre, Misantla y Xalapa Rural; y el de Miguel Ángel Serralde, con fuerte presencia en Huatusco, Zongolica, Córdoba y Orizaba.
Entre todos ellos, si bien no comen en el mismo plato, al menos se entienden, se comunican y son capaces de negociar apoyos y posiciones y en una de esas jalar juntos y en contra de la otra corriente.
Por lo pronto, el miércoles de la semana pasada, 28 de mayo, se venció el plazo para que se inscribieran quienes desean presentar examen para ganarse un boleto a participar en la elección de consejeros estatales.
Entre los requisitos que les pidieron fueron que tuvieran por lo menos cinco años de militancia, haber sido miembros de un comité (municipal, estatal o nacional), y haber figurado como candidatos de elección popular. Como se advierte, todos los aspirantes tienen que ser militantes con experiencia, fogueados.
A diferencia del PRI donde se elije por dedazo aunque se valida en una convención de delegados que ya llevan línea, en el proceso panista cada comité municipal que tenga más de 31 miembros activos tiene derecho a proponer a dos personas, una mujer y un hombre; se calcula que los aspirantes que participarán en la elección serán un aproximado de 250, de los que saldrán los 100 nuevos consejeros, más los que ellos llaman “ex oficio”, o sea el dirigente estatal, el coordinador de los diputados locales, el senador (Fernando Yunes Márquez), la dirigente de Promoción Política de la Mujer y el líder de los jóvenes.
Luego vendrá el renuevo de la dirigencia estatal la que, también como ocurrió con la dirigencia nacional, será elegida por primera vez por toda la militancia veracruzana, unos 20 mil panistas.
Lógicamente, quien se haga del Comité Directivo Estatal será decisivo en la designación-elección de candidatos a diputados federales en unos cuantos meses más.
La ruleta, pues, está girando. Unos le apostarán al rojo, otros al negro.
La actual conformación de fuerzas podría inferir quién ganará, aunque los mayoritarios maderistas no dejan de considerar que los minoritarios corderistas tienen el colmillo muy retorcido pues se han pasado más de 20 años con el control de la dirigencia estatal y por lo tanto con la toma de decisiones, por lo que conocen todos los recovecos para defender el poder que hasta ahora tienen, por lo que, sin duda, serán un hueso duro de roer.
Lo único que garantizan es que habrá función y show.
Por lo pronto, el coordinador de Asesores del Grupo Legislativo del Partido Acción Nacional (PAN), Eduardo de la Torre Jaramillo, inició el sábado en Tlapacoyan un recorrido por todo el estado para trabajar de lleno en la búsqueda de la dirigencia estatal, cuyo renuevo podría darse en septiembre, según dio a conocer ayer.
Dijo que por ello el viernes pasado decidió separarse de su cargo para iniciar su periplo por toda la geografía estatal para estar cerca de la militancia. Señaló que no está de acuerdo con el manejo que hace la actual dirigencia que encabeza Enrique Cambranis Torres.
Atrás de él, el domingo en Amatitlán, el excandidato panista al Gobierno del estado, Miguel Ángel Yunes Linares, anunció que en las próximas semanas iniciará un recorrido por todo el estado “para dialogar con los ciudadanos, escuchar sus problemas, sus propuestas y plantear las suyas”.
Miguel no adelantó que su recorrido tenga carácter proselitista electoral con miras a la elección de 2015 o de 2016 y sólo enfocó sus baterías contra la administración pública estatal, aunque no puede dejar de considerarse que su presencia también lo hará acercarse al electorado ya sea para capitalizar la simpatías que despierte para una eventual candidatura suya o bien de alguno de sus hijos para el Gobierno del estado.
El comal ya está en el hornillo y comienza a calentarse.