En la columna “Trascendió” del diario Milenio se publicó ayer
“:Que Miguel Ángel Osorio Chong definió cambios en la estrategia de comunicación en las delegaciones de las dependencias del gobierno federal en los estados.
Entre las medidas ordenadas por el secretario de Gobernación se incluye la difusión de los logros del gobierno de Enrique Peña Nieto, para lo cual los representantes de la Federación en las entidades deben convocar pronto a conferencias de prensa en las que presenten los avances de la administración.”
Sobre este tema he venido publicando en “Prosa aprisa” que el titular de Gobernación piensa que la baja calificación que tiene el presidente Peña Nieto se debe a que no se difunden sus logros en los estados, ni por parte de los delegados federales y menos por los gobiernos locales.
Se sabe que, en efecto, esa estrategia está lista y que con toda oportunidad se les entregó a los delegados un manual para que se preparen y cumplan el cometido que se les ha encargado, pero no pasan de las palabras y las intenciones a los hechos.
Llama la atención que se hable de cambio de estrategia cuando al menos en Veracruz o para Veracruz no se sabe que haya estrategia determinada y menos que se haya aplicado alguna. O sea, no se puede cambiar lo que no existe ni ha existido.
El año pasado, la Coordinación General de Comunicación Social de la Presidencia de la República (DGCSP) había dispuesto que en cada entidad se creara una delegación federal de Comunicación Social, con estructura y presupuesto propio, para que se encargara de lo que ahora pretende Osorio Chong, difundir los logros peñistas, pero enredos presupuestarios impidieron que se concretara la medida.
Para entonces, el titular de la DGCSP David López Gutiérrez había nombrado ya para Veracruz a Rodolfo Casanova Ortiz, un periodista de Las Choapas con fuertes lazos peñistas, egresado de la Facultad de Periodismo de la UV, con una larga trayectoria como reportero y titular de dependencias del Gobierno federal en la Ciudad de México, hoy en la gerencia de Prensa de Pemex en la zona sur-sureste del país con sede en Coatzacoalcos, quien podría regresar a Xalapa si se llegara a materializar la propuesta.
El desconocimiento de las particularidades de cada estado hace que en el centro del país todo se vea fácil o que piensen que sólo por tratarse de un asunto federal, presidencial, será aplicable y tendrá éxito, al menos el éxito que desean.
En Veracruz desde hace mucho años se volvió una práctica que para que los los medios, o al menos la mayoría, informen y difundan políticas, actividades y logros de los gobiernos (federal, estatal o municipal) se les tiene que pagar por ello; esto es, que lo que debe ser un servicio a la comunidad, a los lectores, se mercantilizó, en parte porque los gobernantes han utilizado ese recurso, el de informar, para hacerse publicidad en provecho de su imagen personal, por lo que se les aplica aquello de que el que quiera azul celeste que le cueste.
Ante las actuales circunstancias, el territorio estatal es el menos fértil para pretender que de oquis se publique algo oficial, de gobierno, logros, loas, aplausos, para mejorar una imagen personal y de poder, pues la relación de la prensa con la administración estatal no es la mejor, tanto por hechos vinculados directamente con los periodistas en sus diversas modalidades cuanto por adeudos económicos o el incumplimiento de compromisos informativos-publicitarios, que hace imposible pensar que los medios están ansiosos esperando a que los llamen o convoquen a una conferencia de prensa para encender el anafre y poner a quemar incienso a Peña o a quien sea.
Pienso, aunque puedo estar equivocado, que para Veracruz, si Osorio Chong quiere nieve de limón, tiene que enviar dinero para comprarla, esto es, el Gobierno federal tiene que poner en el estado un aparato alterno de Comunicación Social que difunda información pero que también amarre y pague convenios publicitarios, con sus recursos, porque en el estado no los hay ni se ve que los vaya a haber en el corto ni en el mediano plazo.
Claro, aunque tiene otra opción, que el Gobierno federal ya ha utilizado en otras ocasiones: apretar a los concesionarios y a los dueños de los medios con auditorías para detectar casos de evasión fiscal, de incumplimiento de prestaciones labores (pago del salario mínimo a sus trabajadores, tenerlos inscritos en el Seguro Social y en el Infonavit, por ejemplo), de ingresos, propiedades, autos, yates o hasta aviones de lujo que no se corresponden con lo que declaran que ganan, etc., y si no “cooperan” proceder contra ellos.
Pero hay que esperar a que don Narciso Alberto Amador Leal, delegado de la Segob en el estado, convoque a su primera rueda de prensa, o, en todo caso, lo haga cualquier delegado federal, para ver el resultado; a ver si con pura saliva tienen éxito, porque, que se sepa, no disponen ni siquiera de un centavo partido por la mitad para cuestiones de prensa, y si al menos alguno pretende congraciarse con un café o un desayuno, por muy modesto que sea, tendrá que pagarlo de su bolsa. A ver quién se atreve, quién quiere tanto a Peña Nieto como aflojar el billete.
Elí, le saca la vuelta al asunto
Comenté ayer que sería interesante saber si la dirigente estatal del PRI Elízabeth Morales García apoya a los senadores de su partido, sus correligionarios, José Francisco Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa, en su rechazo a que la próxima gubernatura sea de sólo dos años como está proponiendo la oposición, pero la mujer no da color.
Reporteros la abordaron ayer en un acto público en Xalapa sobre el tema y le dio muchas vueltas al asunto, dijo bastante como para llenar casi un boletín de dos cuartillas, pero de aquello que les conté, nada: “dijo que el PRI respalda la propuesta del gobernador Javier Duarte de Ochoa, que es la que busca la homologación de la legislación local con la federal en materia electoral, por lo que otras propuestas, como la de la gubernatura bianual, deberán tener su propio análisis”, y de ahí nadie la sacó.
Al menos hubiera dado su opinión personal, con la aclaración de que no podía hablar ni decidir por toda la militancia de su partido sin consultarla antes y cuya decisión acataría, ya fuera en un sentido u otro, pero nada, se ve que el ratón le comió la lengua, al menos en este caso particular.
Más fácil, si no se quiere comprometer ni con Pepe ni con Héctor: el PAN, MC y el PRD ya han presentado sus respectivas iniciativas de reformas, que coinciden en una gubernatura de dos años, ya sea por elección o porque el Congreso designe un gobierno de transición; ¿el PRI presentará la suya propia y en qué sentido?, ¿se sumará por primera vez a la oposición?, ¿o esperará para “respaldar la propuesta del gobernador”? Su opinión es muy importante porque es la del partido mayoritario en uno de los cinco principales estados del país, casi nada.