En su primera etapa fui crítico, a veces creo que hasta un tanto rudo, con el entonces secretario de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón. Le criticaba que su accionar fuera limitado y que no correspondiera a su jerarquía como segundo de abordo en el Gobierno del Estado y responsable de la política interior de Veracruz.
MI apreciación cambió cuando me enteré, sin lugar a dudas, que respetuoso y disciplinado como es no atendía más que indicaciones precisas, mientras que a otros funcionarios y funcionarias de entonces les habían delegado mucho poder tanto como para que fueran ellos los que atendieran asuntos que caían en la esfera del Secretario de Gobierno. El resultado y la historia de esa etapa de gestión oficial está a la vista de todos.
Cuando decidieron relevarlo del cargo, Buganza decidió irse de la administración. Le costó trabajo al gobernador Javier Duarte de Ochoa convencerlo que aceptara ir a la entonces Secretaría de Comunicaciones, hoy de Infraestructura y Obras Públicas. El resultado de su paso por esa dependencia también es del conocimiento público. Duarte tal vez valoró entonces la calidad del colaborador que tenía, quien, además, no lo engañaba y le decía la verdad que otros le habían ocultado.
Hoy, de nuevo secretario de Gobierno, el cordobés, también en otras circunstancias porque no están ya aquellos que lo limitaron y que habían formado un circulo muy cerrado que tanto dañó al gobernador, con todo el respaldo y la confianza del titular del Ejecutivo hace lo que se debió haber hecho desde un principio: atender y entrarle de frente a los asuntos evitando un desgaste de imagen al propio gobernante.
Tal vez no dice mucho la reunión que encabezó ayer en el Salón Juárez adjunto a su despacho junto con el procurador General de Justicia del Estado, Luis Ángel Bravo Contreras, para informar a reporteros interesados en el caso sobre el resultado de la investigación que se tiene hasta ahora sobre la desaparición de Moisés Sánchez Cerezo, quien publicaba un periódico en Medellín de Bravo y fue levantado por hombres armados desconociéndose la suerte que corrió.
Independientemente de la credibilidad que se le quiera dar a lo informado por el procurador, el hecho relevante es que por fin luego de cuatro años una autoridad de nivel abrió las puertas del Palacio de Gobierno para ventilar un asunto delicado, polémico, espinoso, con lo que oxigenó una relación que está envenenada con la prensa del estado por una mala, pésima, errática conducción que se le dio a casos similares en el pasado, que en lugar de ayudar a esclarecerlos abrió un mundo de sospechas, incredulidad y desconfianza en el órgano encargado de procurar justicia y del propio gobierno, mundo de sospechas, incredulidad y desconfianza que por así haberlo dicho yo, porque no se quería una sola crítica, desató en mi contra represalias desde el poder que llegué hasta temer por mi vida, porque se dio en el clima de la desaparición o muerte de varios de mis compañeros (nunca tendré palabras para agradecer a amigas y amigos funcionarios que desde el poder mismo, desde la Procuraduría me pidieron cuidarme y estuvieron pendientes de mi suerte).
Acaso por ese clima hostil hacia quienes dijimos sólo lo que percibíamos es que me alienta que el secretario de Gobierno haya ofrecido ayer respeto absoluto a los medios de comunicación y un trato serio y responsable y que en la conferencia no haya tratado de desacreditar al desaparecido y haya atendido a mis compañeros con todo respeto y consideración, así como también que haya dicho que todas las voces pueden ser expresadas y que serán atendidas (me platicaron que entró saludando a los reporteros uno a uno en forma cordial, y a ellas incluso de besito) . Lo digo sin ningún titubeo: a Buganza le tengo confianza y sé que no permitirá ningún atropello más proveniente del poder contra ninguno de mis compañeros.
Lo que pedimos todos es sencillo: que se esclarezcan los casos, que se haga justicia, que aparezcan los desaparecidos y que se creen las condiciones para que puedan regresar sin temor alguno al estado los compañeros que prefirieron exiliarse porque consideraron que no tenían las seguridades para seguir viviendo y ejerciendo el periodismo en Veracruz.
Digo que es alentador lo sucedido ayer, pero no que por ello vaya a desaparecer ya el temor, la desconfianza, la incredulidad e incluso el rechazo a las autoridades. Ello sólo se logrará con el tiempo y con acciones acompañadas de hechos que muestren y demuestren que es en serio el cambio de actitud, que no se vea a la prensa como un enemigo sino como un actor público de calidad que sólo busca el bien común, como el gobierno mismo; que se entienda que informar, opinar, comentar, analizar, criticar, señalar y denunciar son su razón de ser y que no hacerlo es ir contra su propia esencia.
Si las propias autoridades cumplen con su deber, a partir de las más altas autoridades, entonces no tienen razón de ser engendros como la tristemente famosa Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas, que no sirve para nada salvo para sangrar el erario público, es decir, nuestros bolsillos por el alto costo económico que tiene.
Acciones como las de ayer son de las que todavía pueden componer algo la muy mala relación del gobierno de Javier Duarte con un importante sector de la prensa e incluso ayudarle a mejorar su imagen. Pero tiene que ser la generalidad, la regla, no la excepción. El siguiente paso será la liberación de Maryjosé Gamboa.
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¿Y dónde anda el piloto? Ni de domingo ni de lunes ha habido información sobre el gobernador Javier Duarte de Ochoa en la página de Comunicación Social del Gobierno del Estado. Desde el sábado cuando acudió a la entrega recepción del Mando de Armas de la Primera Región Naval en el puerto de Veracruz no se ha informado más sobre alguna actividad suya. ¿Andará gestionando recursos? ¿Buscando que ya paren a los Yunes rojos? ¿Se indispuso por algún problema de salud? Si fue esto último, se le desea pronto restablecimiento.
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A las once de la mañana de este martes 20 de enero rinde su segundo informe el diputado federal Uriel Flores Aguayo. Será en el Casino Xalapeño. Una de las cosas significativas de su gestión es que ha conseguido recursos federales para el municipio cabecera de su distrito, Xalapa, que bien ha aprovechado el alcalde Américo Zúñiga Martínez en la realización de obras, en un buen ejemplo de trabajo conjunto en bien de la ciudadanía por encima de su origen partidario, pues Uriel llegó al cargo postulado por el PRD y Américo es del PRI.
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La búsqueda de la diputación federal por el distrito de Xalapa Urbano será prácticamente un duelo de amazonas. A Elízabeth Morales García, del PRI, se le apareció ya una seria contrincante: Carla Vega Yunes, cuyos apellidos a lo mejor les dice algo. Será la candidata a diputada federal por el PRD. Ya mañana les platicaré.