Que dos senadores del PRI disientan abiertamente del gobernador en turno, también del PRI, es noticia. Que se opongan a un proyecto político del ejecutivo, también. Que hagan crítica, más, porque no es usual en nuestro sistema.

Es por eso que mediáticamente después del 18 de diciembre pasado cuando se aprobó la gubernatura de dos años los reflectores se centraron en el diferendo que surgió porque los legisladores de la Cámara alta del Congreso de la Unión nunca estuvieron de acuerdo con ese periodo tan corto.

 

Luego del sábado pasado cuando uno de los actores, Héctor Yunes Landa, habló de ganar para su causa las gubernaturas de dos y de seis años a partir de 2016 y 2018, respectivamente, y de que al día siguiente, el domingo, su homólogo José Francisco Yunes Zorrilla enfatizó su proyecto alternativo al de Palacio de Gobierno, en el priismo hay la intención –y el deseo– de que las cosas se enfríen para tratar de sentar las bases para una negociación que salve la causa en donde no haya ni vencedores ni vencidos.

 

Tanto en Palacio de Gobierno como en el edificio de Francisco Moreno y Ruiz Cortines donde está la sede del CDE del PRI tienen muy claro que, oh Perogrullo, lo primero es lo primero: que primero hay que enfrentar con éxito el proceso electoral federal en marcha, ganar el mayor número de distritos, y después entrarle de lleno al tema del relevo gubernamental.

 

Hasta ahora no se ha iniciado ni se ha dado ninguna negociación o intento de negociación de algún emisario del Palacio de Gobierno –Enrique Ampudia Mello, por ejemplo– con los senadores, aunque sí hay la más firme intención de tratarlos con todo respeto y consideración, darles su lugar, atender sus gestiones, escucharlos y hacer causa común con ellos en todo lo que sea para bien de Veracruz y de los veracruzanos.

 

Acaso la primera muestra de ello es el anuncio que hizo ayer el secretario de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón, de que el Gobierno del Estado gestiona ante la Federación, a través de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), que los recursos del Fondo de Infraestructura Social Municipal (FISM) se distribuyan con las bases de 2013, para dar  tranquilidad a todos los alcaldes de que recibirán igual o mayor cantidad de apoyos que los que han recibido con anterioridad.

 

Si se recuerda, el lunes los alcaldes del PRD se manifestaron en el centro de Xalapa para protestar por el recorte de cerca del 70 por ciento a los recursos federales que les destinan a sus municipios. Pero esa causa ya la había hecho suya el senador Yunes Zorrilla, lo que se entendió como una crítica indirecta al Gobierno del Estado y una defensa que desde Palacio de Gobierno no se hacía y se enmarcó en la confrontación que existe ahora.

 

Fechado en Papantla, el jueves 15 de enero se emitió un boletín que decía que  Pepe Yunes Zorrilla buscará que el Gobierno Federal reintegre a los municipios veracruzanos las participaciones federales que les fueron recortadas en el presente ejercicio fiscal.

 

“Durante una gira de trabajo por el norte de la entidad, el presidente de la Comisión de Hacienda y Crédito Público de la Cámara de Senadores explicó que se explorarán los mecanismos que permitan resarcir los recursos de los ramos de infraestructura social a los 109 municipios que fueron perjudicados en la entidad, sin menoscabo de aquellos que sí fueron beneficiados”.

 

Sin hacer alusión para nada a este boletín, ayer se dio cuenta que el secretario Buganza se reunió con  los alcaldes perredistas inconformes y su líder estatal, Rogelio Franco Castán, y de las gestiones que, a su vez, hace para enfrentar el recorte.

 

Al final de cuentas, tanto el senador Yunes Zorrilla como ahora el Gobierno del Estado van en la misma dirección y no sería nada raro que al final hubiera una propuesta institucional para empujar juntos y tratar de resolver el problema. Lo que queda claro es que la competencia es buena, pues necesariamente obligará a las partes a servir a los intereses de los veracruzanos y en la disputa nadie quedará quedarse atrás. El ciudadano saldrá ganando.

 

Por ahora, pues, a lo que se dedicarán en Palacio de Gobierno será a cuidar que el PRI saque adelante a sus candidatos, que salve el reto del 7 de junio próximo, y ya luego tratarán de buscar puntos de acuerdo.

 

Bases las hay. Por ejemplo, que, según me declaró el senador Yunes Zorrilla, no necesariamente él o Héctor Yunes van a ser los próximos candidatos, aunque lo pueden ser; y que en Palacio se insiste y asegura que el gobernador Javier Duarte de Ochoa ha reiterado que no tiene candidato; que en la última oportunidad que tuvo de hablar con sus colaboradores hoy aspirantes a candidatos a diputados federales les dijo que su único compromiso es que el próximo gobernador sea un priista, sin mencionar nombre alguno.

 

Seguramente tendrán tiempo para, en una de esas, buscar un candidato común, una opción que deje contentas a las dos partes. Hay que esperar.

 

Pero hacen bien los priistas en tratar de atemperar las cosas y buscar salir avantes en la próxima elección, porque mientras que todos están entretenidos en el diferendo entre los senadores y el gobernador, el PAN lanza ya avisos de que será hueso duro de roer, sobre todo por la fortaleza que significa que el candidato a diputado federal plurinominal, cuasi diputado federal ya, Miguel Ángel Yunes Linares, no sólo encabece la lista de la tercera circunscripción, sino que su gran aliado, Gustavo Madero, haya retomado la dirigencia nacional albiazul.

Miguel hará campaña con toda la fuerza de la dirigencia nacional. Tiene experiencia y  miles de simpatizantes, además de que encuentra terreno fértil para la cosecha por los desatinos que cometieron los funcionarios del gobierno estatal que ya se fueron. Vendrá a levantar polvo en todos los distritos.

 

En complemento a ello, ayer la dirigencia estatal, que encabeza José de Jesús “Pepe” Mancha Alarcón, anunció que iniciará una gira por todo el estado, que inicia este jueves en Xalapa para estar cerca de su militancia y buscar la unidad.

 

 Pepe Mancha boletinó que estarán también en Álamo Temapache y  Poza Rica el viernes 23, en Orizaba el sábado 24, en Huatusco el domingo 25, en Veracruz y San Andrés Tuxtla el lunes 26, en Acayucan y Coatzacoalcos el martes 27 y en Córdoba el miércoles 28.

 

Un hecho que no se debe perder de vista es que la dirigencia estatal jala con Yunes Linares, a diferencia del pasado reciente cuando la encabezaba Enrique Cambranis. Allá, pues, si el priismo continúa dividido.