Problemas los ha habido en todos los sexenios. No son privativos de la actual administración. Para el caso del trato con la prensa, todo está en cómo se atienden, se explican, se informan.
Cómo recuerdo al gobernador Fernando Gutiérrez Barrios, con quien tuve el honor de trabajar en su campaña y en su gobierno, quien no obstante su fama de duro debido a su paso por los cuerpos de seguridad del país, como político y gobernante era sumamente respetuoso con la prensa, atento, amable, caballeroso. Él la atendía personalmente.
No era raro que él mismo tomara el teléfono para hablar así fuera con el más sencillo reportero o con el director de un medio para explicarle alguna situación, para pedirle de la forma más comedida la aclaración necesaria, incluso para solicitarle hasta con humildad si se quiere que le quitara estridencia a alguna nota si afectaba los intereses del estado. “Hágalo por Veracruz”, era una de sus frases favoritas.
Don Fernando nunca respondió mal a ningún reportero ni actuó con soberbia, con desplantes, con advertencias, con amenazas, con agresiones, con represión, pidiendo al medio que removiera de la fuente o cesara al reportero o censurara a tal o cual columnista porque le pudiera resultar incómodo, al contrario, lo acercaba, platicaba con él, le informaba y de paso lo cultivaba.
Durante su gestión, el director y dueño de Política Ángel Leodegario Gutiérrez Castellanos, “Yayo”, durante una época trajo a tiro por viaje al entonces rector de la Universidad Veracruzana, Rafael Hernández Villalpando, contra quien publicaba unas demoledoras caricaturas de Alberto Morales “Beto Gato”. En su momento, don Fernando le “sugirió” a Rafael que fuera a hablar con Yayo, que platicara con él, que aclarara lo que tuviera que aclarar, o que limara asperezas que estuvieran causando la crítica sistemática, que además era despiadada. Pero nunca pensó en acallar a Política, lo que sí intentó el siguiente gobernador Patricio Chirinos (entonces Regina Martínez era reportera del diario y Yayo le publicaba todo).
El lunes 2 de febrero, cuando se hizo pública la petición de intelectuales, periodistas y organizaciones defensoras de los derechos de los periodistas para que se retirara a Veracruz (a Xalapa) la sede del Hay Festival, según la agencia norteamericana Associated Press (AP) Cristina Fuentes, directora del Hay Festival para América Latina, “no descartó” trasladar el Festival pero primero propuso “entablar un diálogo” con la comunidad intelectual para buscar una mejor solución.
La petición la basaban intelectuales y periodistas en el señalamiento de que la administración estatal “es la peor enemiga de la libertad de expresión, del derecho a la información y del pensamiento crítico en México”, todo relacionado con la muerte, desaparición y agresiones contra los periodistas en el estado.
Cristina Fuentes no descartaba mover la sede, pero tampoco era contundente de que ello iba a suceder, como finalmente sucedió el viernes 6. Cabría pensar que tal vez había una posibilidad de que se mantuviera la sede en la capital de Veracruz, pero, quiero creer yo, tal vez pudo haber sido decisivo para que finalmente se tomara la decisión que se tomó un incidente más de agresión contra la prensa en Coatzacoalcos, nada más y nada menos que por una propia funcionaria de la procuración de justicia.
El martes 3, ocasionalmente la policía pudo rescatar a dos hombres que cavaban la tumba en la que serían enterrados casi a orillas de la playa, luego de que serían asesinados por encapuchados, y a raíz de ello se descubrió una fosa clandestina con varios cadáveres. Al lugar de los hechos acudió el día 4 la Subprocuradora Samyra del Carmen Khouri Colorado, quien al término de su diligencia trató de ser entrevistada por la prensa que cubría los hechos, pero para sorpresa de los reporteros la funcionaria corrió a su vehículo, su chofer les echó encima el coche y ante la insistencia de los comunicadores por obtener una declaración, entonces la subprocuradora envió a un guardaespaldas metralleta en mano quien en una imagen que se difundió se ve en el momento en el que jala a un reportero que también es contenido por un policía de la naval.
Por fortuna no se sabe que ningún periodista haya salido lastimado, pero la imagen no deja lugar a dudas de que se ejerció violencia contra quienes sólo trataban de cumplir con su trabajo, nunca, que se sepa, con la intención de agredir o de causar daño a la subordinada del fiscal Luis Ángel Bravo Contreras.
Ante cualquier alegato que se pudiera haber hecho desde el aparto oficial de que es mentira la agresión contra la prensa en Veracruz, la imagen habla por sí sola. La fotografía circuló tanto en las redes sociales como en muchos medios informativos del país e incluso del extranjero y es dable pensar que llegó a los ojos mismos de los organizadores del Hay Festival, quienes ya no tuvieron entonces ninguna duda de que lo que los intelectuales y periodistas y organizaciones decían era cierto y retiraron la sede a Veracruz, a Xalapa.
Es impensable que en la ahora Fiscalía del Estado o en el propio Gobierno del Estado no hayan visto la imagen ni leído la nota que dio cuenta del hecho, y si no la vieron entonces es gravísimo que no estén informados, pero eso no exculpa de ninguna responsabilidad a la funcionaria que ordenó la agresión, por lo que estando el ambiente como está, con la condena internacional en contra de la administración estatal, lo menos que debieron haber hecho en Xalapa hubiera sido ordenar a la subprocuradora que ofreciera disculpas por su comportamiento, o las mismas instancias de Gobierno la hubieran reprobado y le hubieran hecho un extrañamiento en forma pública, con el ofrecimiento de que no se volverá a repetir. Pero nada de eso ocurrió.
Mis compañeros reporteros lo único que hacen es su trabajo. ¿Por qué se les ve como enemigos? ¿Por qué se les agrede? ¿Qué es lo que se pretende ocultar? ¿Acaso que rehúyan, que eviten a la prensa así sea con violencia es la instrucción, la línea que tienen los funcionarios estatales? ¿Por qué nadie se preocupa por concentrar un buen día a toda la estructura de gobierno, desde los secretarios de despacho hasta los funcionarios de menor nivel, en El Lencero, por ejemplo, con asesores, expertos, que los instruyan cómo tratar a la prensa, o cómo enfrentar una situación delicada y ofrecer una explicación posible sin ninguna actitud que refleje un signo de maltrato, de violencia o de agresión contra los reporteros, los periodistas?
El ciudadano tiene derecho a saber lo que pasa en el Gobierno, en su gobierno porque él lo eligió, y es obligación del funcionario dar la cara, informar, y el vehículo transmisor es el reportero, el periodista. Cuando se agrede a la prensa se agrede a la sociedad.
Lo más sencillo es que la subprocuradora los hubiera atendido, se hubiera disculpado por no poder proporcionar detalles hasta que no estuviera concluida la investigación, e incluso los hubiera invitado a su oficina para informarles sobre los pocos elementos que hasta ese momento tenía. Insisto, con este tipo de funcionarios para qué quiere más enemigos el gobernador Javier Duarte.
Vuelve el buen cine
La Secretaría de Gobierno, a través de la Dirección General de Desarrollo Político e Institucional, en coordinación con la Universidad Veracruzana (UV), inicia este martes el Ciclo de Cine “La Política a través de las Imágenes”. Esta actividad se inscribe en los programas de fomento de la cultura política y valores democráticos que llevan a cabo tanto la administración estatal como la casa de estudios. Las proyecciones se realizarán en la Aula Clavijero de la UV, ubicada en Juárez 55 (junto al Colegio Preparatoria de Xalapa), a las 18:15 horas. Comienzan con la película británica “La Misión”, con Robert De Niro.