“Algo está podrido en el estado de Dinamarca” o “Algo huele a podrido en Dinamarca” (“Something is rotte in the state of Denmark”) se lee en Hamlet, de Shakespeare.
En La enciclopedia de la política Rodrigo Borja dice que en la vida política con esa frase se designa las cosas que no marchan bien en un país por causa de la corrupción.
En contraparte se acuñó otra frase popularizada y usada en nuestro medio para decir que no todo está mal: “No todo está podrido en Dinamarca”.
El pasado viernes, la planta distribuidora de Coca Cola FEMSA en Chilpancingo, Guerrero suspendió de forma indefinida sus operaciones y cerró debido a los actos violentos de los cuales ha sido víctima.
La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) analiza incluso si el cierre será definitivo.
El miércoles dos trabajadores de la empresa habían sido sacados de las instalaciones por integrantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (Ceteg) luego de que tres estudiantes fueron arrestados acusados de saquear los camiones de la compañía. Sólo tras la intervención del presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos los trabajadores fueron liberados en la madrugada del jueves a cambio de que se retirara la denuncia contra los saqueadores.
Se puso en claro que hasta el pasado fin de semana 200 unidades de la empresa habían sido saqueadas y que en 12 casos las unidades se las llevaron con todo y chofer. El gobierno de Guerrero ha pedido a la compañía que reconsidere su decisión y que no se retire.
En Veracruz bien podemos decir también que no todo está podrido en Dinamarca. Ayer, ante diputados de la Comisión Permanente de Desarrollo Económico de la LXIII Legislatura local (Ricardo Ahued Bardahuil, Juan Cruz Elvira y Tonatiuh Pola Estrada), directivos de empresas nacionales asentadas en diferentes regiones del estado sostuvieron una reunión de trabajo con el secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, uno de ellos Jaime Rocher, gerente de Protección Patrimonial Coca Cola FEMSA División México, quien dijo que el tema de seguridad ha mejorado en los últimos meses en el estado, que aquí hay garantías por lo que continuarán invirtiendo (dijo que Veracruz representa 35 por ciento de sus ingresos a nivel nacional, lo que quiere decir que somos un pueblo cocacolero).
Cobra relevancia la presencia y lo dicho por Rocher porque ellos como empresarios van a donde pueden hacer negocios y tener ganancias porque tienen garantías y existe seguridad para sus inversiones. No precisamente que Veracruz sea el paraíso terrenal en la materia, pero, por fortuna, lejos estamos de vivir la situación de Guerrero, Oaxaca y Michoacán, y lo bueno hay que reconocerlo y decirlo.
Que las autoridades fiscalizadoras y las de procuración de justicia y judiciales del estado y del país aclaren debidamente los manejos de recursos federales en la entidad y que procedan administrativa o penalmente según el grado del daño que se haya cometido, donde y cuando se haya cometido, que se castigue severamente a los responsables o culpables y que no se permita más la impunidad, pero tampoco dejemos que se nos caiga el estado, que se nos vaya de las manos porque lo hemos construido todos, nos ha costado mucho, está por encima de cualquier gobernante y es patrimonio de todos los veracruzanos.
Por más que algunos quieran ocultar o ignorar los señalamientos que se han hecho por un presunto mal manejo de fondos federales en el estado, es imposible impedir que la sociedad está informada merced a la prensa que sí cumple, que está dando cuenta de todo, así como a las redes sociales, hoy por hoy el mejor vehículo de difusión masiva de lo bueno y de lo malo que sucede en el país y en el estado.
Que las autoridades a quienes compete actuar lo hagan, pero creo que tampoco debe estancarse la vida pública del estado y si las autoridades responsables no lo hacen, los veracruzanos debemos impedir que por la mala actuación de unos cuantos paguemos todos, como sucedió cuando quitaron a Xalapa y a Veracruz la sede del Hay Festival y con ello perdimos un espacio cultural único que además nos distinguía.
Quienes nos gobiernan ahora se van a ir en 22 meses y 4 días (y réstele las horas en que me lea), pero mientras tanto con o sin ellos mantengamos nosotros nuestra casa en buen estado, a ver si con los que llegarán podemos, por fin, construir el segundo piso con el que hace mucho soñamos y que nos prometen pero no nos cumplen.
Veracruz es más que sus gobernantes y por eso también creo que no debemos dejar de ver lo bueno para el estado, como el hecho, por ejemplo, de que el viernes pasado por fin se empezó a construir en el exejido San José Novillero, del municipio de Boca del Río, el Centro de Tecnología para Aguas Profundas (CTAP) del Instituto Mexicano del Petróleo, un centro público de investigación, algo que considero relevante por ser Veracruz un estado petrolero y con oro negro en su lecho marino, que atraerá a investigadores de todo el país y del extranjero, que en lo inmediato crea fuentes de trabajo durante la construcción, cosa que se perdió ante tanto escándalo por presuntos actos de corrupción.
Para dicho centro se destinarán dos mil 117 millones de pesos del Fondo de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico del Instituto y del Fondo Sectorial Conacyt-Sener-Hidrocarburos, algo que seguramente impactará positivamente en el mundo académico y de investigación no sólo de nuestra Universidad Veracruzana sino de tecnológicos y casas de estudio de todo el país.
Un día después, el sábado, en Papantla el secretario de Educación Emilio Chuayffet y el gobernador Javier Duarte pusieron en servicio el Clúster Politécnico Veracruz, un complejo extensión del Instituto Politécnico Nacional que atenderá no sólo a jóvenes de Veracruz, sino también de Tamaulipas y San Luis Potosí, relevante además, considero, por estar enclavado en la cabecera de una zona con un alto número de habitantes indígenas, tanto totonacos como huastecos.
Como se advierte, por fortuna no todo está podrido en Dinamarca y, también por fortuna, Veracruz no todo es presunto desvío de recursos públicos ni actos de corrupción, ni tampoco pleito entre políticos y quienes se aferran a conservar o a conseguir el poder. Veracruz es más que eso.
Veracruz es ciudadanos, personas de bien, hombres y mujeres trabajadoras que sólo quieren lo mejor para sus familias y que cada vez creen menos en sus autoridades, en sus gobernantes, en sus políticos.
¡Ya revivió Héctor!
¡Todavía respira! Parece que no hemos perdido del todo a Héctor, ¿o sí? Anoche el senador Héctor Yunes Landa, luego de su presunto acuerdo con el gobernador Javier Duarte de Ochoa, mediante boletín de prensa exigió que se castigue “a los funcionarios que incurrieron en responsabilidad administrativa susceptibles incluso de ser denunciados penalmente por el manejo inadecuado de recursos públicos”.
Dijo que le “inquietan” las observaciones que hizo la Auditoría Superior de la Federación a la cuenta pública 2013 de Veracruz, y de paso le dio un lleguecito a la Sefiplan al decir que está obligada a informar y explicar porqué ha retardado la entrega de las participaciones federales a los municipios.
Héctor reaccionó sólo después de que un día antes su homólogo José Francisco Yunes Zorrilla había declarado en Coatzacoalcos que no era “cómodo” estar entre los estados más observados por la Auditoría Superior de la Federación.