La fuerza de los hechos hace que uno termine por creer que ciertamente en Veracruz no pasa nada.
Lo digo porque en una de esas, con respecto a la denuncia que presentó la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ante la Procuraduría General de la República (PGR) contra funcionarios y exfuncionarios de la actual y de la pasada administración por presunto mal uso de recursos públicos, no va a pasar nada, esto es, no habrá ninguna sanción y todo habrá quedado en el escándalo mediático.
Presuntos implicados lo repiten desde adentro y desde afuera del gobierno: no hay forma de que les comprueben nada, esto es, nadie se atreve a afirmar que no hizo nada indebido sino que no hay modo de que se los prueben. Están tranquilos, muy tranquilos, se pasean muy tranquilos, duermen muy tranquilos, y muy en corto comentan y confirman la versión que circula en mentideros políticos y periodísticos, que además ya se ha hecho pública en columnas periodísticas, de que entregaron al Auditor Superior de la Federación, Juan Manuel del Portal, 120 pruebas de descarga de las grandes, de nueve dígitos, suficientes para que el respectivo expediente llegara “solventado” a la PGR, endeble, muy endeble, de tal forma que se caerán las acusaciones una a una y, como en los cuentos de hadas, se casaron y fueron muy felices por el resto de sus días (en noviembre pasado ya un compañero columnista me había platicado en corto que tenía la versión de que habían sido 80 argumentos de los grandes).
Estos presuntos implicados platican también la versión (la compañera Claudia Guerrero publicó detalles en su columna “Entre lo utópico y verdadero” del pasado 20 de mayo) de que en esta entrega de 120 “pruebas” de las grandes hubo un enredo en el que se vio implicado el exsecretario de Finanzas y Planeación, Mauricio Audirac Murillo, que le costó el cargo, enredo que se habría corregido a tiempo antes de que el caso llegara a la Procuraduría.
Supuestamente, esta versión habría llegado ya a la Ciudad de México y el más preocupado y encabronado con los de Xalapa sería el propio Auditor, porque estarían poniendo en riesgo su prestigio, debido a lo cual no los baja de “bocones” y ahora no quiere saber nada de ellos y menos verlos ni en pintura.
Sin embargo, quienes conocen o comentan estas versiones, no creen que por muy molesto que pudiera estar el Auditor estuviera dispuesto a “desechar” las “pruebas” que le enviaron y que lo comprometerían, como tampoco que pudiera cambiar el expediente que entregó por otro con las pruebas para que la PGR pudiera proceder sin que se le cayera el caso.
Incluso, el 7 de mayo pasado los coordinadores de las fracciones legislativas del PVEM en el Congreso local, Juan Eduardo Robles Castellanos, así como el del PRI, Juan Nicolás Callejas Arroyo, dijeron de dos de los acusados, ahora candidatos a diputados federales: Édgar Spinoso Carrera “está más limpio que el aire que se respira”; él y Tarek Abdala Saad son priistas “limpios, transparentes… son gente honesta”. Su seguridad es plena, como se ve.
Por eso mismo estarían por demás los puntos de acuerdo en el Congreso federal y las entrevistas del joven senador panista Fernando Yunes con la Procuradora General de la República, Arely Gómez, para que agilice las indagatorias y proceda contra los responsables, simple y sencillamente porque no los habría, porque no habría pruebas que los señalaran en forma contundente.
Las versiones y comentarios que se han venido manejando es que la PGR actuaría una vez que pasen las elecciones del 7 de junio, pero parece que eso quedará sólo en un comentario o especulación periodística. Cuando platico con algunas personas que quisieran que se hiciera justicia, hasta me parece que han terminado por convencerse de que son ciertas las versiones del acuerdo con Del Portal y que, en efecto, no va a pasar nada.
Sólo el tiempo nos confirmará la veracidad de lo que se dice y comenta, repito, incluso por parte de algunos presuntos implicados. Pero que no pase nada, que no se castigue a nadie y que siga imperando la impunidad no será ninguna sorpresa.
En la columna “Prosa aprisa” del jueves comenté la promulgación que hizo el miércoles el presidente Enrique Peña Nieto de la reforma constitucional en materia de combate a la corrupción. Dije al respecto del caso del que me ocupo: “El propio Presidente reconoció ayer que hay incredulidad hacia el combate a la corrupción. En Veracruz existe ya un caso en marcha que pone a prueba la palabra presidencial, la denuncia concreta de un organismo fuera de toda sospecha como lo es la ASF, cuyo fortalecimiento en sus atribuciones anunció él mismo. Cuando veamos que se actúa, entonces empezaremos a creerle”.
Si no llega a pasar nada, que no es improbable dada la impunidad que prevalece en nuestro sistema, quedará confirmado que, efectivamente, en Veracruz no pasa nada. Cuál tos.
Ferrari, en el centro, como eje articulador
Entrevistó la reportera Noemí Valdez al dirigente estatal del PRI, Alfredo Ferrari Saavedra, y éste le dijo que tras terminar el actual proceso electoral se concentrará en formar una escuela de cuadros, de jóvenes afines a la ideología del tricolor, para que hagan carrera y sean los relevos de las viejas generaciones de políticos de su partido, los cuales, afirma, ya es hora de que se jubilen.
Algo que lo diferencia de sus antecesores en el cargo (Carvallo, Erick, Elízabeth) es que Alfredo no anda buscando ser gobernador y por lo tanto no se ha distraído en su tarea, primero de mantener la unidad dentro de sus filas, segundo de acompañar una y otra vez por todo el estado a los candidatos de su partido, y tercero de ver para adelante, porque la gran prueba para el tricolor será en 2016.
Incisiva, Noemí le preguntó si el gobernador Javier Duarte tendría la culpa del descalabro que pudiera haber para el PRI el próximo 7 de junio, y Ferrari le respondió que es respetuoso y no se mete en los asuntos de su partido, con lo cual lo ha exculpado de antemano y de hecho él ha asumido toda la responsabilidad.
En eso de que es necesario renovar los cuadros dirigentes tricolores tiene toda la razón, como también de que los relevos sean jóvenes bien preparados.
Sea cual sea el resultado del próximo domingo, Ferrari Saavedra habrá de cumplir su ciclo como dirigente priista antes de que finalice el año, aunque seguramente su experiencia será bien aprovechada pues tanto Pepe Yunes Zorrilla como Héctor Yunes Landa lo consideran su amigo, le tienen respeto, hablan bien de él y saben que ha sabido mantenerse en el centro como eje articulador político sin tomar partido por nadie.
Garcimarrero, el único que presentó declaración patrimonial
Terminan las campañas y en Xalapa Urbano el único que presentó declaración patrimonial fue el candidato del PT-PRD Magno Garcimarrero Ochoa. Tiene una casa copropiedad conyugal con valor catastral de 1 millón 112 mil 105 pesos, un terrero de 411 metros copropiedad con tres amigos en Alto Lucero con valor de 82 mil 200 pesos, otra propiedad donde está su casa de campaña con valor catastral de 536 mil 133 pesos, un coche Renault 2004 que ahora tiene un valor de 50 mil pesos, un piano acústico que le heredó su padre que vale 30 mil pesos y dos cuentas bancarias, una con 11 mil 441 pesos y otra donde Pensiones le deposita 25 mil pesos. Magno ya fue diputado federal y senador y por el patrimonio que posee, ya se ve, como legislador no abusó del poder ni se dedicó a robar.
Pepe, sobre Ampudia: es mi amigo
El viernes, en la comida de aniversario del portal Crónica del Poder.com, cuando le hice notar al senador José Francisco “Pepe” Yunes Zorrilla el fuerte abrazo que le dio a la vista de todos y la plática que acababa de tener con Enrique Ampudia Melo, secretario particular del gobernador Javier Duarte de Ochoa, me dijo: “Acuérdese que Ampudia y yo somos amigos”.
La foto de Perote
Más que el hecho de que la hayan acompañado en el cierre de su campaña en Perote, Noemí Guzmán propició un encuentro y una foto con gran contenido político: que Pepe Yunes, pero Suárez, el papá del senador, y el senador Héctor Yunes Landa, estuvieran a su lado, o sea juntos.