¡Vaya! Ayer durante el desayuno que ofreció el gobernador Javier Duarte de Ochoa a reporteros de Xalapa y la región con motivo del Día de la Libertad de Expresión le lanzó un guiño al senador José Francisco “Pepe” Yunes Zorrilla: sentó a su lado, a su derecha, al joven periodista Ramsés Yunes Zorrilla, hermano de Pepe.
Duarte se mostró excesivamente cordial con Ramsés, quien conduce por la mañana el noticiario “Más Noticias” de Radiotelevisión de Veracruz y a la una de la tarde el noticiario radiofónico “Uninoticias” en La Invasora, una estación de Perote con 44 años de antigüedad y  que tiene estudios en Xalapa.

El gobernador tejió fino, hizo un zurcido invisible, le platicó al periodista sobre su infancia en Córdoba, sobre su gusto por el béisbol, le dijo que le va a los Yankees de Nueva York, que su esposa Karime, a los Medias Rojas de Boston, que ganaron el distrito de Córdoba porque él lo recorrió para recordar su niñez, y ya al final, como no queriendo la cosa: Ah, por cierto, me saludas a Pepe.

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Político profesional, al fin. ¡Vaya detalle ayer de Fidel Herrera Beltrán! Estuvo a darle el pésame al exgobernador Miguel Alemán Velasco con motivo del fallecimiento de su hermana la señora Beatriz Alemán Velasco.
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Y comíamos ayer en un famoso restaurante de Xalapa con los expresidentes del PRI estatal Carlos Brito Gómez, Felipe Amadeo Flores Espinosa y Gonzalo Morgado Huesca, así como con el gastroenterólogo Jorge Williams y la joven licenciada Lisandra González Fernández, cuando de pronto llegó la excandidata a diputada federal por Veracruz Urbano, Anilú Ingram Vallines.

Para no tener siquiera nueve días de su derrota, se nota que lo empieza a superar bien. Muy esbelta, súper guapa, sonriente y cordial, como siempre. Se toma dos meses de descanso y de vacaciones.

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El pretexto fue el festejo de su cumpleaños 35, pero, de hecho, Vicente Benítez González inició el domingo en Catemaco su carrera rumbo a la diputación local por los Tuxtlas para el 2016. Vicente pudo haber sido secretario de Educación a la salida de Adolfo Mota Hernández si lo hubiera querido, pero optó, más discretamente, por la Oficialía Mayor de la SEV, con una petición a su jefe y amigo Javier Duarte de Ochoa: que influya para que el PRI lo designe candidato. La “militancia” le ha dicho que así será.

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Pero mientras que Benítez se quedó a festejar con topotes, tegogolos y mojarras de la laguna de Catemaco, apenas recibió su constancia de mayoría el diputado federal electo por el distrito de Cosamaloapan, Tarek Abdala Saad, tomó el avión y se fue ¡a Las Vegas!, lo que me hace recordar aquella frase del periodista Rubén Pabello Acosta, fundador y director hasta su muerte del Diario de Xalapa: ¡Qué chulo veraneando!

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Se filtra: que el aspirante al Gobierno del Estado Héctor Yunes Landa paga más de medio millón de pesos al mes por una asesoría de prensa. Si es cierto, se ve que no escatimará nada para lograr su objetivo.

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Fuimos compañeros de trabajo por muchos años. Viajamos juntos por el estado, el país y el extranjero. Fue un gran profesional de la lente. Me duele la partida de Noé Valdez. Admiro a su esposa Margarita. El viernes pasado por la tarde cuando estuve con ella y platicamos ampliamente junto con la compañera Sheyla Fuertes no pude más que admirar el amor de ella por él y la entereza y fortaleza con que enfrentó la difícil situación que vivieron desde abril pasado cuando se empezó a complicar su estado de salud. Mi abrazo a toda la familia y mi recuerdo permanente para Noé. Qué cosas de la vida. Se fue a pocos días de la partida de otro gran amigo y compañero nuestro de muchos viajes, el también fotógrafo Sergio Maldonado Rosales. Descansen en paz.
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Por todas las fotos que vi, le salió bastante bien al Gobierno del Estado el desayuno que ofreció ayer el gobernador Javier Duarte de Ochoa a periodistas de Xalapa y la región. Estuvo muy concurrido y el Ejecutivo departió con todos con mucha cercanía.
Pronunció un mensaje y luego fue entrevistado por los reporteros. En su mensaje se refirió a las nuevas formas que tiene la sociedad para comunicarse. “Estamos viviendo todos un cambio… la manera como interactúa la sociedad es distinta hoy a la que era hace apenas unos años”.

Duarte se refería a las redes sociales, a las que, apuntó, los medios han sabido adaptarse. “Y los gobiernos, en este caso particular el Gobierno de Veracruz no puede ser omiso, no puede estar ajeno a esta situación y tiene que cambiar también, y eso es lo que también hemos venido haciendo y desarrollando, un cambio en la estructura institucional para podernos adaptar a la nueva realidad, a la nueva forma de comunicarnos y de interactuar con la ciudadanía”.

Entonces dijo algo que, a mi juicio, no debe desestimarse: “Cambiar inercias, queridas amigas, estimados compañeros, todos saben que cambiar inercias siempre es complicado, romper con ciertas formas de actuar que llevaban en ocasiones décadas de desarrollarse es muy difícil, muy complicado y más en un gobierno donde existen ya intereses creados por mucho tiempo por grupos, por personas que se encuentran desarrollando una labor desde hace mucho tiempo. El poder adaptar a las instituciones a esta nueva realidad ha sido una tarea también muy ardua y difícil, pero creo que también la hemos podido lograr y lo hemos podido conseguir poco a poco”.

¿A qué venían estas palabras? ¿Qué quiso decir? ¿Quiénes eran los destinatarios? ¿A qué inercias se refería? ¿A qué intereses creados?

Si me atengo a lo que he escuchado de personas de adentro del gobierno, Duarte aludió indirectamente al hecho de haber acabado su gobierno con el reparto indiscriminado de dinero a muchos medios y a muchos “periodistas” que por años, sobre todo en los últimos años, se entregó en forma disfrazada de publicidad sin que el “medio” o el “periodista” justificara lo que recibía y que hizo ricos a muchos a los que ahora se les levantó la canasta.

La relación comercial que había entre el Gobierno y los medios serios se pervirtió cuando en lugar de promocionar a las instituciones y a las acciones de gobierno los políticos decidieron promover su imagen personal y ocultar sus fechorías y decidieron pagar para ello lo que fuera necesario olvidándose que el que utilizaban no era dinero de su peculio personal sino de todos los contribuyentes. Entonces, tristemente, muchos medios echaron al bote de la basura aquella sentencia del inolvidable maestro Alfonso Valencia Ríos que aplicaba para El Dictamen de Veracruz: Aquí vendemos espacio, no nuestro criterio.

Cabe pensar que fue la crisis económica en que cayó la administración estatal la que orilló a revisar cuánto se gastaba en los medios, la relación costo-beneficio, y se fueron de espaldas cuando supieron el monto total y que de todos modos la imagen oficial estaba por los suelos. Pese a que sistemáticamente se niega que hoy haya una cuantiosa deuda producto de esa relación, “que llevaba en ocasiones décadas de desarrollarse”, de adentro mismo se maneja una cifra de dos mil millones de pesos.

Lo que trasciende es que el gobernador ha dado una orden terminante a los secretarios de despacho: no den ni un solo peso más a ningún medio ni a ningún periodista. A ver quiénes aguantan y cuánto tiempo. Claro que cambiar inercias “siempre es complicado”.

Pero si se le critican muchas cosas a su gobierno, también tiene razón, por lo menos hasta ahora los hechos avalan sus palabras de que a diferencia de otros estados –sin duda se refería a Guerrero, Oaxaca y Michoacán, entre otros– en Veracruz no se ha roto el andamiaje institucional.

Cuando no hay fortaleza institucional, apuntó, la sociedad tiene que buscar otros mecanismos para desarrollar su vida de manera natural, “como el agua encuentra su cauce”, y aquí en Veracruz, agregó, “a lo que nos hemos dado la tarea es precisamente a tener instituciones sólidas, un gobierno que responda… a los nuevos tiempos que vivimos, que sea tolerante a la crítica y que al mismo tiempo reacciones ante esta crítica cuando es constructiva”.