Todavía me pregunto que hubiera sido de la actual administración estatal si el gobernador Javier Duarte de Ochoa hubiera salido siempre a enfrentar personalmente los más graves y complicados problemas que se le han presentado al Gobierno del Estado como lo hizo el miércoles de la semana pasada cuando prefirió dejar una comida a la que había convocado en Xalapa a los alcaldes de la entidad para ir a negociar personal y directamente con el alcalde de Soledad Atzompa, un pequeño municipio enclavado en la Sierra de Zongolica.
En realidad se había estado negociando y el acuerdo era que una representación de ese municipio vendría al Palacio de Gobierno para ser informado sobre el resultado de peticiones de obras y servicios, y la sorpresa fue mayor pues cuando ya tenían todo listo en la capital del estado para recibirlos se enteraron de que acababan de tomar y bloquear la autopista México-Veracruz (en ambos sentidos) a la altura de la caseta de Fortín.
El primero en irse de inmediato a dialogar con ellos y llevarles los informes que les iban a dar en Xalapa fue el Secretario de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón. Aun así, el alcalde Bonifacio Aguilar Linda no cedió en liberar el paso y mantendría una actitud intransigente hasta en la noche, no obstante que ya le habían concedido todo lo que había pedido (según informes que se tienen en el Gobierno, lo están asesorando grupos radicales de la ciudad de México, a donde viaja muy seguido, y temen que otros intereses relacionados con la delincuencia organizada estén contribuyendo a azuzar para crear inestabilidad en la región).
Duarte empezó a estar pendiente de la situación y cuando supo que en una hora ya había una cola de 8 kilómetros de vehículos parados y atorados ordenó que los cuerpos de seguridad empezaran a recorrer el tramo para auxiliar a las personas afectadas. Consideró entonces ir a negociar como lo pedían los inconformes, cosa que hizo a las 2:30 de la tarde, que era la hora en que debía comenzar su comida.
Que sepamos, fue la primera vez en más de cuatro años de su administración que tomó una decisión de esa naturaleza. Aguantó seis horas de negociación (y sin comer, ¡y sin comer!), fue concediendo lo que le pedían no sin dejar de pedir que abrieran el paso, argumentando en qué tenían razón y en qué no y, según testigos presenciales, siempre mostró serenidad de ánimo y hasta buen humor. Ese Duarte es el que hubieran querido Veracruz y los veracruzanos desde el inicio de su gestión.
Pero habrá que ver si ese Javier Duarte del miércoles pasado sale, igual, a enfrentar el problema de la no entrega de los subsidios que corresponden a la Universidad Veracruzana y que amenaza estallar este lunes cuando 7,500 académicos podrían parar y mañana iniciar movimientos de protesta en todo el estado porque no les han pagado a una parte de ellos, así como tampoco a investigadores del Sistema Nacional de Investigadores (SIN), un adeudo global preliminar de 80 millones de pesos que podrían llegar hasta los 350 millones de pesos, según informó el dirigente sindical de los trabajadores académicos, Enrique Levet Gorospe, exdiputado local del PRI.
El viernes los afectados protestaron ante la Rectoría de la Máxima Casa de Estudios exigiendo el pago al estímulo a la productividad académica, que se les debió haber depositado el pasado 29 de junio con retroactivo al mes de abril. Aparte del estímulo al desempeño, se les deben a los académicos gastos médicos, liquidaciones, quincenas del periodo vacacional y prima vacacional, entre otros rubros, informó Levet Gorospe.
El dirigente desglosó los adeudos: 35 millones de pesos por productividad (estímulo al desempeño académico), 40 millones de pesos de liquidaciones a maestros por jubilación, a quienes no se les ha pagado, 5 millones por concepto de gastos médicos. En el primer caso, el recurso es federal, que se deposita en la Secretaría de Finanzas y Planeación, y al decir del dirigente sindical, la Sefiplan, el Gobierno del Estado, no ha entregado, lo que ha hecho caer a la máxima casa de estudios en la insolvencia.
Pero el problema, de no resolverse satisfactoriamente este lunes, podría escalar a nivel nacional pues durante su pasada gira de trabajo por el norte del estado, miércoles y jueves, académicos de Poza Rica viajaron a Tuxpan para entrevistarse con el senador José Francisco “Pepe” Yunes Zorrilla, a quien le platicaron con detalles el problema y le solicitaron que los apoyara y los ayudara, ante lo que el legislador se comprometió a promover un punto de acuerdo en el Senado de la República para exhortar al Gobierno del Estado a que cumpla y pague los recursos que le corresponden a la Universidad Veracruzana.
Pepe les dijo que haría un pronunciamiento pues el Gobierno Federal ha cumplido, además de que se solidarizaba con una causa justa como es la de los académicos e investigadores, y en general con la Universidad Veracruzana y toda su comunidad, pues si algo no se debe afectar es a la educación, a la enseñanza, al conocimiento y a la investigación, bases para el desarrollo del estado y del país.
Así amaneceremos este lunes, que podría ser un lunes caliente, pues la comunidad académica no es sólo pensante y no manipulable, sino que sabe muy bien qué le corresponde por derecho y no aceptará abonos o promesas de abono como los que reciben los proveedores del Gobierno y los prestadores de servicios a lo que se les adeuda, en algunos casos desde 2011.
Claro, todo lo anterior a menos que este lunes por la mañana muy temprano salga el gobernador a decir en conferencia de prensa que abriendo los bancos ahí estará el dinero y que en Veracruz no pasa nada.
Si se observa el panorama en lo general, menos de un mes demoró el contento político que pudo haber en el poder por el triunfo electoral en 16 de los 21 distritos el pasado 7 de junio, pues se ha vuelto a la realidad real, terca, contundente, caracterizada por el enorme y crítico déficit económico de la administración estatal, que no tiene para pagar. Ahora sólo quedan 16 veracruzanos contentos, los diputados federales electos del PRI, pero miles, millones, con un descontento que si no es bien canalizado desembocará en una histórica derrota y pérdida de la gubernatura en 2016.
El miércoles pasado, durante una gira de trabajo por la Huasteca, Pepe Yunes hizo un paréntesis de más de media hora para platicar conmigo sobre todo lo que hay que platicar acerca de Veracruz, su actualidad y su posible futuro, abordamos sobre una encuesta que se haría pública al día siguiente y no le dio vueltas al asunto: Miguel Ángel Yunes Linares, esto es el PAN, o viceversa, amenaza seriamente la permanencia del PRI en el Gobierno. Pepe, el mejor posicionado, le saca sólo un punto de ventaja al panista, o sea, nada.
En parte, o en mucho, eso refleja el descontento ciudadano por la forma en que se ha administrado, o mal administrado al Gobierno, y quiere un cambio. Si en el PRI no lo encuentra, esto es, si continúa o pretende continuar el actual grupo en el poder, el cambio ya sabe con quién lo va lograr afuera, ya lo tiene bien definido y con qué persona. Mientras, dejemos correr este lunes.