Pues sí, resulta que sí, que en efecto el gobierno federal ha preparado un gran operativo para comprar-pagar los votos a buen precio. Ayer publiqué que según un testimonio, a personal educativo le están pidiendo que lleve sus “papeles” porque le van a aumentar 800 pesos.

 

Ayer mismo, bajo condición de la más absoluta reserva, me decían que incluso a los trabajadores jubilados del sector educativo los han llamado ya, pero que no será un aumento en nómina sino que les han dicho que será un “apoyo” que se les dará-pagará mediante una lista y que sí, que les han dicho que es de parte del PAN. Creen que atrás de todo esto está el binomio Felipe Calderón-Elba Esther Gordillo.

 

Por la información que ofrecen, pareciera un mecanismo como el que opera el gobierno federal a través de sus programas sociales, mediante el cual condiciona los apoyos a cambio del compromiso de la asistencia a los actos de los blanquiazules y del voto respectivo.

 

Esa es la explicación de por qué, no obstante los convenios firmados, el gobierno de la federación se niega sistemáticamente a entregar las listas de los beneficiados de los programas sociales al gobierno estatal. Cuando el panista Julen Rementería del Puerto anunció el recorte por 700 millones de pesos al programa carretero del estado y dijo que de todos modos ese dinero se ejercería, no mentía: ya se empieza a ver a dónde va a ir a parar esa suma y más de lo que tanto se ha recortado al estado.

Me dicen mis paisanos de Coatzacoalcos que en efecto no va a ser fácil la contienda electoral municipal por el derrotero que tomaron las cosas, pero no dudan del triunfo del PRI.

 

Me recuerdan que a Marcos Theurel Cotero lo tuvieron que invitar a incorporarse al Gobierno del Estado para sacarlo del antepasado proceso electoral municipal, ya que como parte del Ayuntamiento porteño había cobrado gran fuerza y gozaba de mucha popularidad y se estaba convirtiendo en un obstáculo para la llegada a la candidatura –y luego a la alcaldía– de Iván Hillman Chapoy.

 

Me comentan que sigue teniendo gran aceptación de la mayoría y que aglutinaría a la mayor parte de los grupos. De todos modos, de que habrá ruido, lo habrá.

Defecciones en el PRI siempre las ha habido, nunca han faltado cada tres años. Se han ido quienes no se han visto favorecidos con una candidatura, pero se van sólo por eso, no porque otra opción los atraiga de verdad o sientan los colores y las siglas de quienes los cobijan.

 

Lo anormal sería que nos las hubiera. A muy pocos les ha dado resultado el cambio, con excepción de 1997 cuando no fueron uno o dos sino decenas los que ante la imposición arbitraria y la intolerancia en el PRI de entonces se fueron a cobijar en otras siglas  para derrotar a su propio partido en más de 100 casos, una derrota escandalosa que no se olvida. A mí me llama la atención el regocijo de los dirigentes de oposición que celebran una defección priista y el arrimo respectivo a su partido.

 

Tan urgidos están de nombres y hombres que sólo el PRI les puede dar porque no tienen verdaderas opciones ganadoras que no reparan en que los escaparates mediáticos que montan los desnuda, los muestra en toda su realidad y en toda su dimensión: no tienen una verdadera estructura de partido, ni militancia efectiva.

 

Su fuerza radica en el apoyo que les da el gobierno federal, en la compra de votos como ahora cuando ya se disponen a pagarlo a 800 pesos porque de otra forma nadie opta por ellos.

 

Quién sabe si por las noches, en la soledad de sus oficinas o de sus hogares, no les da tristeza saberse dependientes de lo que al PRI le sobra, estar convertidos en “cachacandidatos” que no alcanzan postulación en sus siglas de origen.

 

Se engañan solos, porque ya se ha visto cómo con el transcurso del tiempo los que se van regresan al priismo, la mayoría incluso en plena función pública lo mismo como autoridades municipales que como legisladores.

Decía que lo anormal en época de elecciones sería que no se fueran alguien o algunos del PRI molestos o dolidos por no ser postulados como candidatos. Las imágenes no mienten. Quienes conocen de política partidista saben perfectamente bien que la maquinaria tricolor no sólo está intacta sino ahora más fuerte, bien aceitada, y que por lo mismo se puede dar el lujo de perder algunos frutos, pero es un árbol muy cargado y le quedan muchos.

 

No le impactará mayormente al grado de poner en riesgo la causa la deserción de unos cuantos. El tiempo lo habrá de confirmar.

Pero un acierto del PRI fue la postulación como candidato a diputado local por el distrito de Boca del Río de Hugo Parroquín Aguirre. Es de los casi siempre sacrificados, hasta que se le ha hecho justicia.

 

Aspiró una y otra vez a la alcaldía boqueña y siempre lo dejaron en la banca. Su persistencia, disciplina y lealtad por fin han tenido su premio. Lo traté en el sexenio pasado y viajé con él mucho tiempo en plan de trabajo, por toda la geografía del estado.

 

Lo conocí bien y sé que es un hombre trabajador, formal, responsable, positivo y que unifica.

 

Coordinador de giras del entonces gobernador Miguel Alemán y en este sexenio hasta hace casi una semana director general de Maquinaria de Veracruz, ex tesorero del Ayuntamiento de Boca del Río, es también un restaurantero de mariscos muy apreciado y seguramente, de llegar al Congreso local como sin duda lo logrará, dará un fuerte impulso a la industria turística de la zona conurbada en especial aunque también de toda la entidad. De antemano felicidades a los boqueños.