(Al menos por ahora se ve que alguien por fin está pensando ya en la administración estatal y están reaccionando bien –a mi juicio– en el caso del asesinato del compañero Rubén Espinosa. El apoyo que ofreció el gobernador Javier Duarte de Ochoa en las investigaciones es oportuno y necesario porque lo que se quiere es que el crimen se esclarezca y se castigue a los responsables, sean quienes sean. Igual se vio bien ayer el senador Héctor Yunes Landa al informar que ha solicitado que el caso lo atraiga la PGR, se investigue y se castigue a los responsables.)
(Ayer durante una comida en Xalapa con un grupo de columnistas, el senador José Francisco “Pepe” Yunes Zorrilla sólo habló bien de su correligionario y homólogo en el Senado, Héctor Yunes Landa. Pepe no pierde su jovialidad, se muestra muy tranquilo y muy seguro, y hasta da la impresión de que si su partido decide que él no sea el candidato, pero sólo si lo decide su partido, no hará ningún drama ni se rasgará las vestiduras. Pero se ve muy seguro. A la comida se hizo acompañar sólo por los exdirigentes del CDE del PRI, Carlos Brito Gómez y Gonzalo Morgado Huesca, su asesor, así como por el poderoso dirigente de la CTM regional en Coatzacoalcos, Carlos Vasconcelos, y por su amigo y también asesor Armando López Contreras, quien por cierto ahí celebró su cumpleaños.)
Fue en la víspera del informe de labores del senador Héctor Yunes Landa cuando se filtró a algunos medios una fotografía donde se ven el gobernador Javier Duarte de Ochoa al centro, el senador Héctor Yunes Landa a su derecha y el todavía coordinador de los diputados del PRI Manlio Fabio Beltrones a su izquierda, abrazados, foto tomada en el departamento del gobernador en la Torre Pelícano de la zona conurbada Veracruz-Boca del Rio, presuntamente durante una comida.
No se dijo con precisión en qué fecha fue tomada la foto, pero fue evidente que con ella, con su publicación, se quiso dar un golpe de efecto para fortalecer la imagen del senador ante la inminencia de su acto político, que se esperaba como una especie de redestape en su aspiración a la gubernatura del estado, para decirle a los interesados miren, no sólo hay el apoyo del gobernador sino también el del líder camaral y futuro dirigente nacional del PRI, porque eso se decía que sería Manlio una vez que deje la Cámara en este mismo mes.
En algunos casos incluso a la foto se le acompañó con un comentario interesado en el sentido de que con ello se demostraba que Héctor ya tiene amarrada la candidatura del PRI y de que el gobernador es amigo de quien podría dirigir el CEN tricolor.
Pero hete aquí que el pasado sábado 25 de julio, en lo que se llamó acto de Unidad para Continuar la Transformación de México, celebrado en la sede nacional del PRI, el presidente Enrique Peña Nieto bosquejó a un dirigente nacional de su partido joven, el que habrá de suceder a César Camacho Quiroz, perfil en el que no encaja Beltrones.
Dijo Peña:
“Tenemos que definir juntos el PRI que queremos para los siguientes años.
Una vez más tenemos que actualizar y reformar a nuestro partido para que siga siendo el partido de la transformación nacional.
Es momento de que el PRI actualice su organización y estructura para reflejar las nuevas condiciones y dinámicas sociales del país.
Es momento de que el PRI regrese a las universidades, que despierte nuevamente el entusiasmo de la juventud.
Es tiempo y oportunidad de que nuestro partido sea un espacio de participación para los jóvenes talentosos, comprometidos con su país”.
Este bosquejo dio pie a que en la siempre bien informada columna “Templo Mayor” del diario Reforma se publicara el domingo 26 de julio:
“AHORA que Enrique Peña Nieto pidió un PRI cercano a los jóvenes y moderno, quienes saben hacer cuentas calculan que Manlio Fabio Beltrones nomás no llegará a la presidencia del tricolor.
LA VISIÓN que el Presidente trae de lo que debe de ser el priismo para los próximos años es la de un partido inserto en Twitter, Facebook y demás plataformas digitales, además de muy activo en las universidades.
INCLUSO hay quienes dicen que Peña describió en una reunión privada hace algunos días al próximo dirigente nacional de su partido como una persona joven que ‘le sepa’ a las redes sociales.
Y QUEDA claro que ese no es el perfil del ex gobernador de Sonora ni por currículum, ni por experiencia, ni por edad.
ESO SÍ, la claridad en la visión que tiene el inquilino de Los Pinos genera una duda: ¿quién de los altos cuadros priistas sí responde a esa descripción? ¿A poco será su joven jefe de la Oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño?”
En política no hay nada definitivo hasta que no es definitivo. Corre ya el tiempo para que la Secretaría Técnica del Consejo Político Nacional del PRI dé a conocer la convocatoria mañana miércoles para abrir el registro de aspirantes a la dirigencia nacional, que será el próximo sábado 15 o el domingo 16, y dé a conocer las reglas que regirán el proceso que culminará el sábado 22 cuando rinda protesta la nueva dirigencia.
¿Y si en efecto se confirma que no será Manlio Fabio el nuevo dirigente?
Quién sabe quién fue el que sugirió la estrategia de la foto de Torre Pelícano, pero todo indica que se precipitaron y que no previeron la posibilidad de que Manlio no llegue, ni calcularon el efecto negativo en el afán que tenían de mostrar que tienen “palancas” políticas en el altiplano. Hoy deben estar rezando y debieron haber encendido ya una veladora grande esperando el milagro de que llegue al PRI su santo patrono, pues de otra forma se verán mal y darán la impresión de que con la caída de Beltrones se les ha caído también su candidatura.
Pero dijo más Peña. Señaló que no son tiempos de destape. Si bien se refirió a “algunos” que “se adelantan al calendario electoral de 2018”, dejó en claro que “para nosotros, los priistas, estos son tiempos de trabajar y de cumplirle a México”, con el agregado de que “No hay espacios para proyectos personales”.
Si fustiga a los de afuera es obvio que su mensaje es una advertencia para los de adentro. ¿Era nada más para los adelantados de 2018 o tiene validez para los de 2016 en Veracruz? Desde 2014 el senador Héctor Yunes Landa vino declarando que no sólo iba a ser el candidato sino el próximo gobernador de Veracruz y el pasado 19 de julio reiteró que está “listo”.
Si Aurelio Nuño llega a la dirigencia nacional tricolor, como ha deslizado la posibilidad el diario Reforma, entonces no hay ninguna duda de que el presidente Peña Nieto continuará con el pleno control de la dirigencia de su partido y que será él quien maneje el proceso sucesorio de los estados en los que habrá renovación de gobierno incluido Veracruz y quien decida quiénes serán los candidatos. Habrá, pues, que estar bien con Nuño, si llega, y a través de él con Peña, y con nadie más.
Dos párrafos más del presidente en ese acto:
“Con acciones concretas en favor de la transparencia, la rendición de cuentas y el combate frontal a la corrupción, las autoridades emanadas del PRI deben ser ejemplo de una nueva mística de integridad en el servicio público.
Entendamos que somos un partido sobre el cual hay un mayor escrutinio; un partido al que se le exige más y al que se le evalúa con mayor rigor”.